Cuando la música se vuelve arte contemporáneo: El performance de Rosalía
Fotos: Fabiola Luna
Pocos shows han impactado tanto como el que dio “La Rosalía” este domingo 14 de agosto. Su performance podría ser comparado con otros memorables y emocionantes como el de Roger Waters o Massive Attack. ¿La fórmula?
Se prende el escenario. No hay más que una pantalla blanca. El auditorio abarrotado. Sale Rosalía. ¡Sin una gota de maquillaje! Ocho bailarines y ya. No más; eso fue suficiente para impactar.
La noche de anoche fue, para miles de capitalinos y capitalinas, inolvidable. Rosalía se presentó en el Auditorio Nacional y no lo hizo con un show normal. Ella optó por un performance minimalista, algo poco usual para el género urbano en el que la artista suele estar. Pero que mucho, mucho le agradecemos.
Rosalía es disruptiva, desafiante. Lo sabemos porque sus productos musicales siempre tienen detalles que salen de la caja. Y es que, más allá de lo que el colectivo piensa: Rosalía no hace reggaeton. Repito: Rosalía no hace reggaeton.
Sus discos han ido del folk, al flamenco, al pop experimental. Todo esto, mezclado con ritmos latinos o más rockeros pero su base, definitivamente no es lo común.
Entonces, en ese contexto; sabíamos, imaginamos que el concierto iba a volar cabezas pero definitivamente nunca dimensionamos cuánto.
El show comenzó con “SAOKO”; siguió “CANDY” y para la tercera canción “BIZCOCHITO” ya teníamos comprendido el concepto del Motomami Tour. ¿Han visto los TikToks del show? Bueno, todo está armado para que cuando el público lo presencie en vivo, se sientas como si fuera parte del backstage de esas grabaciones.
Durante todo el performance, Rosalía y los bailarines, tuvieron un camarógrafo siguiéndoles, transmitiendo en vivo a las pantallas que estaban de fondo en el escenario. Que, por cierto, son horizontales y tan angostas como las del celular, para que, sí, sientas como que lo ves en la pantalla pero al mismo tiempo en vivo, en el escenario.
“Linda”, “MOTOMAMI” y “LA NOCHE DE ANOCHE” sonaron antes de que Rosalía diera un descanso del baile para deleitarnos cantando y tocando “HENTAI” en el piano. Sí, la chica además de tener una gran voz toca guitarra y piano.
Para entonces ya nos tenía a todxs en el público euforicxs, plasmadxs de tanta energía. Y es que, me atrevería a decir que todxs fuimos superados por el nivel del show que, esta vez, no era protagonizado por luces increíbles, ni botargas de colores o cientos de bailarines. Minimalista pero potente.
Rosalía se veía muy contenta pero firme con su equipo. Hacía pausas para ajustar cosas técnicas y regresaba a darlo todo.
Y es que, quien protagoniza el Motomami Tour, no es Rosalía, ni aún los bailarines: es la energía. Hay puestas en escena como la de “MALAMENTE” o “Con Altura” en donde Rosalía se hace una misma con los bailarines y eso, en el público, sólo se ve como una gran, gran bomba de potencia que te quiebra la cabeza.
La puesta en escena está llena de coreografías intensas, con muchísimo vigor. Así que, para el encore tú, aún como simple público, ya sientes la cabeza abrumada de tanta potencia.
¿Así como cuando vas a una obra de teatro y lloras muchísimo por la trama o cuando en el cine ves un thriller que te impacta muchísimo? Ese es el nivel de interpretación que transmite el show de Rosalía.
No es un simple concierto para disfrutar y cantar. Sino un perfomance que representa lo ecléctica y talentosa que es la Rosalía.
El show cerró con “Con Altura”, “CHIKEN TERIYAKI” y “CUUUuuuute” y aquí, tenemos que decir que, la verdad, esperábamos ver salir a Tayhana, la productora mexicana de éste último track pero bueno, nos quedamos con las ganas.
Algunos detalles chistosos del performance fueron que los peluchitos de Dr. Simi no faltaron y ella los agradeció. En “DESPECHÁ” subió a bailar a gente del público y entre ellxs estaban Eva Blunt participante de La Más Draga y su espose, Almondi. Esa española bebe litros y litros de agua durante el show. Nos hizo la distinción en el abcdario: M de México los más Motomamis.
Rosalía es, sin duda, una de las artistas con mayor valor dentro de la industria musical. Su registro vocal, su intensidad artística y creatividad, la llevan a ser un ícono de lo contemporáneo. ¿Chica qué dice? Saoko, papi, saoko.
¡Gracias por la noche de anoche y que así, vengan mil más!