Roosevelt en la edición 50 del Festival Internacional Cervantino Foto: Victoria Villalobos

La Alhóndiga de Granaditas se iluminó al son de cada nota tocada por Roosevelt, proyecto solista del músico alemán Marius Laube. De este modo, la tercera velada cervantina culminó con un viaje en el tiempo, propulsado por el sonido vintage que combina cálidos visuales y un diseño sonoro que hace vibrar a todos los cuerpos del recinto.

Roosevelt es un músico emergente; sin embargo, cada vez más reconocido a nivel internacional por su singular y genial combinación de géneros. Tanto así, que el portal del Festival Internacional Cervantino puso a disposición del público un glosario para identificar cada una de sus influencias musicales, entre las cuales destacan el synth-pop, indie rock y balearic beat, por mencionar algunos, además de la clara marca sonora que la escena local de Colonia, Alemania, ha dejado en sus composiciones.

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El llamado balearic beat se resalta por su curioso génesis, dado que hace referencia a un estilo de dance-electrónica popularizada en clubs nocturnos europeos y las legendarias raves de las Islas Baleares en Ibiza, un destino turístico juvenil sumamente popular en los 80 y 90. Basta con decir que este género le hace justicia a una atmósfera cálida, propia de una vacación dedicada al baile.

A la fecha, Roosevelt ha sacado tres álbumes, Roosevelt, Young Romance y Polydance. Todos siguiendo la misma linea de estéticas análogas y notas llenas de nostalgia. Este elemento también se debe a su característica de hypnagogic pop, un subgénero que ya ha sido ampliamente reconocido por su capacidad para remontar a los públicos a ambientes sonoros del pasado, al mismo tiempo que se combina con ingredientes contemporáneos.

Esta fría noche de octubre fue cubierta por los matices acogedores de los teclados, las maracas y los potentes bajos de cada canción. En particular, los éxitos por los cuales el público se emocionó fueron “Moving On”, “Feels right”, “See YouTube again”, “Sign” y “Strangers”.

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