[Reseña] Woodkid- The Golden Age

UN RELATO EN TONOS GRISES

Por Rodrigo Martínez

¿Qué tienen en común Katy Perry, Lana del Rey, y Taylor Swift? Las tres han trabajado con el director Yoann Lemoine en sus videos musicales, “Teenage Dream”, “Born To Die”, y “Back To December”, respectivamente. Este diseñador gráfico francés de 30 años empezó a hacer música hace aproximadamente dos años bajo el nombre de Woodkid. Así es, Yoann es un hombre multidisciplinario. Dicha cualidad es fácilmente distinguible en el pop sinfónico que compone y que ha amenizado pasarelas de diseñadores como JC de Castelbajac, o Dior Homme, así como el anuncio para el videojuego Assasin’s Creed: Revelations, y la película Hitchcock.

Después de haber sacado un EP en 2011, el 18 de Marzo de 2013, Woodkid nos entregó su álbum debut, The Golden Age, a través de la disquera independiente Green United Music. El título hace referencia a la infancia, y como Lemoine dijo en entrevista con Prime Time Russia: “Todo mi trabajo es acerca de la transición entre ser un niño y un adulto.” Al recorrer la vida de un personaje ficticio, este álbum es un relato contado en la escala de grises: un principio brillante y alegre, que gradualmente llega a la inminente y oscura muerte a través de una perfecta síntesis de música, letras e imágenes.

La narrativa musical de este LP puede dividirse en cuatro partes: infancia, juventud, adultez, y vejez. La primera consta de los temas “The Golden Age”, “Run Boy Run”, y “The Great Escape”, el segundo es uno de los tres sencillos que hasta ahora se han desprendido del álbum. Aquí, el compositor romantiza la edad dorada y el principio de la aventura que la adultez parece ser. El primer tema es cínico, ya que habla de un final: el final de la infancia. Las fanfarrias en los metales exaltan el significado de las palabras. Es un comienzo energético en donde la instrumentación orquestal (una constante en todo el disco) se acompaña de ritmos rápidos que emulan una carrera en “Run Boy Run” y el trotar de un caballo en “The Great Escape”. El carácter cinematográfico es una parte intrínseca en la música del director francés.

La segunda parte podría considerarse inaugurada con “The Boat Song”, en donde sintetizadores evocan el sonido del viento sobre el mar. El océano es una importante referencia en “I Love You”, el sencillo más reciente, en donde el sonido de metales golpeados y timbales elaboran un ritmo bastante agradable que acompaña una canción de soledad y perdición. Esta perdición habrá de llevar al personaje al fondo del mar, el cual es evocado con un piano melancólico en “The Shore”. Este segundo cuarto del álbum habla de las decepciones y conflictos que aparecen con la madurez y justamente, “Ghost Lights” es una canción que, con un ritmo constante, reivindica esta tristeza con recuerdos de la infancia. Un coro con redobles de tarola y trompetas épicas acompaña a Woodkid mientras canta “jamás caeré”, y “salvaré las luces fantasmas”, que bien pueden ser interpretadas como esperanzas o recuerdos de la infancia.

 

 

La tercera parte comienza con “Shadows”, un interludio instrumental. Se siente un cambio inmediato con “Stabat Mater”; el título y el coro con tintes gregorianos evocan a la música medieval y al sufrimiento de la madre de Jesús mientras éste era crucificado. Durante su plena edad adulta, el personaje se sitúa en una encrucijada. En “Conquest of Spaces” una flauta un tanto misteriosa y Woodkid, quien canta: “florece la edad de la avaricia”, dejan claro que el álbum llegó a un polo opuesto al inicial.

El principio del final aparece con “Falling”, otro interludio musical. Claramente, el personaje va a caer. “Where I Live” es sin duda el momento más melancólico del disco, en donde Lemoine escribe sobre un hombre que ha llevado una vida triste y ermitaña. Un suave piano, metales y alientos son el acompañamiento perfecto. “Iron” es un sencillo desprendido del EP previo al álbum. Los metales y los timbales iniciales nos remiten a una escena de guerra, la guerra contra el destino y la muerte. Por último, una sección de tarolas militares y campanas en “The Other Side” crean un ambiente funerario, que le da fin a la vida del personaje y al álbum The Golden Age.

La verdad es evitada por muchos. La seriedad es difícil de digerir y fácilmente interpretada como algo triste. Esta música tiene mucho de eso. Las armonías son elaboradas, las letras tienen un mensaje sobrecargado de verdad –ni la canción ‘romántica’ es feliz– y esa seriedad puede llegar a ser pesada. Pero con la elaboración de ritmos y melodías pegajosas, Woodkid logra darnos un material serio, de altísima calidad y fiel a una esencia pop y actual.

 

Impala // 1 de Abril

Cenaron Birria