[RESEÑA] The Bedridden Triptych – DISTRITAL 2013

Hay un consenso tácito cuya distinción primaria es declarar que la vida moderna consiste de monotonía trituradora y terror paralizante. Si bien, no a todos aplica este supuesto, es innegable que la vida moderna y su ajetreado estilo de vida no sólo imponen sino también alienan y generan profundo resentimiento en algunas instancias. The Bedridden Triptych; Contentment, Self Gestation, Losing es un retrato de instancias en las cuales la modernidad aplasta a los individuos que ya no tienen como responder. El nombre extendido se debe a la segmentación del largometraje, el cual está divido en tres historias de tres personajes diferentes pero comparten algo: están atados a sus camas y se reúsan y resisten a cualquier movimiento lejano a éstas. A pesar de que en esencia la trama de las viñetas es la misma, cada uno tiene diferentes razones por las cuales están anclados a sus lechos. En sí, la película denuncia cómo las poblaciones mundiales están indefensas ante una sociedad y un sistema opresor, el cual tiene como producto entes inútiles o, al menos, que la sociedad los ha llevado a creer que son inútiles y el mundo no tiene más cabida para ellos.

Si bien este es un lado fuerte, The Bedridden Triptych también peca de ser condescendiente, intencionalmente grotesca y sumamente lenta. En ocasiones, su fuerte crítica no justifica la manera en la cual el paso narrativo avanza —cual perezoso. Del mismo modo, sus intentos orgánicos de cine pueden parecer molestos o simplemente irrelevantes para una crítica de este estilo.

La película es una gran apuesta de Distrital que apunta al cine más experimental y casi nada narrativo. Sus pocos valores de producción la hacen un verdadero logro tratándose de una película que se ve estuvo hecha con pasión, pero sus enfoques de a momentos pueden parecer molestos o simplemente demasiado apesumbrados.

 

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