Por: Adrían Blanco y David SegundoFotos: Ana Laura Hernández y Luis Calleja
Días después de que la Condesa y La Roma fueron sacudidas por un gran conjunto de bandas reunidas para el Festival Marvin, llegaba la hora para una sesión más de Mercado Negro en el Imperial, esta vez con la fiesta y el baile corriendo a cargo de Los Negretes, Los Rusos Hijos de Puta y Mako.
Aproximadamente a las once treinta de la noche la parte exterior del Imperial se vio inundada por un sonido atractivo comandado por guitarras frenéticas provenientes del interior, –seguramente por momentos los asistentes pensaban que al cruzar esa puerta viajarían en en el tiempo y regresarían al 2008– en pocos segundos una pequeña aglomeración en el escenario dejaba todo listo al unísono de los primeros acordes de Los Negretes. Los integrantes dedicaron su presentación a complacer al público con "Princesa de media noche" e incluso se dieron la oportunidad de sacar a la luz material de su último disco México City Blues. Cuando el final se acercaba, un ritmo un tanto más acelerado que el resto de la presentación y una invitación a mostrar un lado más primitivo acabó con la timidez de los asistentes que entre saltos, codazos, empujones y sudor dieron una merecida despedida a Los Negretes.
Muchos hablaban acerca del peculiar nombre de los argentinos, o que “La Rusa” emite unos gritos histriónico mientras sus caderas se mueven vertiginosamente, pero cambia mucho la perspectiva en vivo. Aunque en el Imperial el público se encontraban más interesados en la “peda personal” los soviético-argentinos nunca perdieron la magia que envuelve al punk sobre el escenario. No era pura moda pasajera: hubo estruendo permanente. Por otro lado, el tweet folk se escapaba de por las venas de los pamperos con “Nubarrón "y "Castañeda”, en esos instante el bajista Santi Mazzanri y el guitarrista Julián Guille toman la batuta y la música de los Rusos cuenta con un despliegue profundo, un letargo sintético cautivador. Para finalizar, “Tu mami” funciona como el mejor ejemplo de la catarsis generada en el escenario, los gritos que recuerdan a de Los Saicos y un efectivo coro: (“tu mami no me quiere”) hacen que las personas que se mostraron indiferentes durante la actuación reaccionen. Pequeños movimientos que convierte a todos en grandes "hijos de puta".
Aunque la gente era escasa, Mako, presentado a todos como un osito cariñosito de tamaño real logró hacer bailar a aquel público que decidió olvidar por un momento sus deberes del día siguiente para moverse con ritmos de hip hop y un selecto repertorio de propuestas de Mercado Negro como “Meta y Dinero” de Los Blenders entre muchas otras declarando así nuestra sesión 29 como terminada.