por @ElRoyMT
¿Qué pasa si músicos académicos investigan y ponen en práctica la música popular de su país? Han existido compositores que incorporan los estilos más folclóricos a piezas destinadas a la sala de conciertos. Y qué sublimidad la de los Carlos Chávez, los Silvestre Revueltas, y los Igor Stravinsky. ¿Pero y si Igor hubiera armado su trío de jazz? ¿Por qué Revueltas no le raspaba a los sones huastecos en las ferias? A un lado de estas románticas (y probablemente ofensivas) imágenes iconoclastas, aparece la figura del colombiano Eblis Álvarez, guitarrista y compositor académico con estudios de electroacústica en Dinamarca, colaborador en proyectos como Los Pirañas, Frente Cumbiero, Ondatrópica, y fundador del ecléctico grupo Meridian Brothers, quienes este junio lanzaron Salvadora Robot (2014, Soundway Records).
La escuela de cumbia vanguardista del Pocajú tiene ya varios años volteando a ver esta escena tropical colombiana, de la cual los Meridian forman parte. Y es que, desde luego, su música no es cualquier cosa. No sólo se escucha, se baila y se corea. Mucho menos la música de los Brothers. Ésta te deja pensando un poco. Hay una arquitectura sonora subyacente a esta música que la hace particular. La personalidad del maestro Álvarez cuenta con un puñado de sellos que lo demuestra: él mismo construye sus sintetizadores en la computadora; el manejo de la guitarra con un chorus a todo lo que da anuncia siempre su colaboración; y, por último, tiene una fijación por el espacio, los extraterrestres, y las historias fantásticas.
El disco es un atasque sofisticado de percusiones y riffs con rítmicas truncadas en la guitarra. Reluce la manera tan orgánica con la que el compositor logra navegar entre diferentes ritmos tropicales y latinoamericanos: hay cumbia en el “Doctor Trompeta”, chicha en “El Gran Pájaro de los Andes”, reggaetón en “Baile Último” y merengue en “Somos Residentes”. Todo licuado en una máquina intergaláctica, que también nos da temas de saxofones alienígenas y la voz de una mujer robot en “Tristeza”.
Además de la extravagante mezcla musical a lo largo de Salvadora Robot, el guitarrista de Frente Cumbiero nos entrega letras e historias con una carga creativa y fantástica que no hemos escuchado en otro proyecto serio de cumbia. En “Salvadora Robot” habla de una robot rebelde que planea “cambiar mis comandos, me voy a trabar y voy a escapar con la pistola de mi patrón”. El mismo aire de forajido del futuro aparece en la frase “¡Aaaay! Mientras mi espada tenga filo, peleare contra el enemigo en el campo de batalla” del tema “De mi Caballo, Como su Carne”. Más adelante, en “Tristeza” la cosa se pone un poco más intima, y Eblis declama (desde un papel femenino), “y es que me duele hasta el fondo del alma, las noches enteras de vapor amoroso. Su mirad varonil. Ese hombre era alto, siempre desabotonando su camisa. Y me decía, canta, canta, canta, canta, canta, canta mi cielo.” Los Meridian son de otro planeta.
Es reconfortante ver a músicos estudiados conservar la rebeldía de un alma joven y retratar ésta en un marco completamente popular y creativo, como lo hace Meridian Brothers. Si a lo largo de Salvadora Robot usted escucha risas macabras, sonidos guturales remitentes a los de una cabra, o glitches en las bocinas de su computadora, no se asuste, es solo Eblis jugando con su cabeza. La suya y la de usted.
https://soundcloud.com/soundway-records/meridian-brothers-el-gran-pajaro-de-los-andes-instrumental