por Miguel López Valdivia Cuando Gauthier Valence (Lambert Wilson), un famoso actor de televisión le ofrece a Serge Tanneur (Fabrice Luchini), su viejo amigo retirado participar en la producción teatral de El Misántropo de Molière se genera el conflicto que le abre paso a Paseando con Molière, película de Philippe Le Guay.
Siempre ha y seguirá existiendo la discusión entre el valor del arte sobre lo comercial, o viceversa. Serge protege la belleza de las piezas, mientras que a Gauthier le molesta la idea clasista de alejar la obra de un público común, y ¿qué mejor que una película para hablar de este problema? Porque esencialmente una cinta es un arte de masas, no es una ni una ni otra, y en este conflicto, típico de cine, es donde radica la problemática central de esta historia: un clásico ego de artista peleando por lo que cree que debe o no ser el arte.
La cinta también explora el reencuentro del amor a una edad mayor y la paz así como la armonía que uno encuentra fuera de las grandes urbes en un entorno rodeado por la naturaleza. Lo que falta en esta película es la exploración exhaustiva hacia el interior de los personajes, por lo que nos quedamos deseando más.
Puedes encontrar Paseando con Molière en la programación del 17º Tour de Cine Francés.