☼ narrado por la memoria de @aybetoques ☼
Apenas estaba subiendo al Tsuru taxi cuando ya me habían sembrado furia en mi ser, sólo bastó un “oigan, se me fue decirles que la fiesta es barra libre” para calentar las ganas de ahogar mi hocico y saciar mi alma.
La Rorra (también conocido como Rodrigo Sariñana o McPapi) había asistido a la noche anterior titulada “Kiss My Vans” (con la que habrían el maratón de neceo de tres días) para reseñar a Chromeo.
Así como un guía cotorro con licencia del INAH dando clases en la zona arqueológica, La Rorra nos explicaba la fachada del lugar (lo según él solía ser el espacio que ocupaba un Hotel) junto con la posición geográfica de los servicios (baños, barra y food trucks).
Cuando ingresamos al edificio ubicado en Paseo de la Reforma #109 , quedamos abobados al tantear las dimensiones y atasque del lugar..:
*piso tras piso que al parecer sólo era para los vips-paps o a la banda de prensa.
** un cuarto que albergaba la barra más justa y rápida de Reforma.
***espacio abierto para fumadores con food trucks y una barra en las esquinas.| Fotografía tomada por Paulina Maqueda |
Como los erizos que somos, fuimos directo al cuarto-barra y después de que cada quien tenía su trago (…fallando el intento de que sirvieran más o aflojaran otro vaso) nos dirigimos hacia el escenario donde estaba terminando de tocar Andre VII.
Para el segundo día de House of Vans llamado “Underground Realm”, tenían un lineup conformado por: Climbers, Andre VII, Machine Drum, Matthew Dear y Green Velvet.
La misión que yo tenía el día 19 de septiembre era mantener terreno en la pista con el propósito de presenciar el acto de Travis Stewart a.k.a Machine Drum y después plasmarlo en typeo para el wordpress de 90.9, como un mérito extra sería chutarme toda la madrugada del evento…prueba difícil con barra abierta y compañía recia.
Mientras concluía Andre VII con un sonido old school y trabado de claps, mantras de syntes dando como resultado algo así como techno con leggins y elementos de pre-house ochentero; brotó en mi mente la canción “This Muthafuk’ ka” del profe Omar –S… quedaba muy atinada al cierre de Andre VII y la intención que andaba trabajando en los últimos minutos de su set.
Por ahí de las 12:30 subió al escenario Machine Drum irradiando la confianza que le caracteriza o por lo menos se la ha percibido durante sus tocadas en México, algunos dicen que su temple lo ejerce el bigote.
Comenzando suave pero aclarando que se avecinaba la agitada, su set merodeaba por épocas noventeras hasta lo contemporáneo adornado por un híbrido de beats.
En el dancefloor detonaba elementos de hip-hop sintonizados a una velocidad jukera muy similar al estilo Tek Life que se almacenaban en la esencia bass que actualmente está explorando la disquera Ninja Tune (y que en ocasiones se puede relacionar con Planet Mu).
Subiendo hasta más allá de los pisos del edificio, el set de Machine Drum cada vez fue adquiriendo más energía y movimiento provocando un desquite colectivo en la pista del escenario.
Durante uno de los pocos momentos en que logré desconectarme del hechizo sónico, asocié el performance de Machine Drum como un tipo de homenaje o cápsula del tiempo de las escenas que han estado presentes desde los noventa hasta ahorita en la música electrónica (específicamente las que tienen raíz en el dub, dancehall).
Las transiciones que exploró Machine Drum aquella noche oscilaban desde el jungle hasta híbridos de house con bass y juke, teniendo suspensiones de hip-hop y garaje constantes… un reciclaje y reinterpretación de historia, contexto y música abrumador…
Travis ya tiene sus buenos recorridos y por lo tanto experiencia como productor, sin duda es uno de los más chonchos en el ámbito.
Teniendo al acto rifado de Machine Drum como la mitad de la noche-madrugada, House of Vans dejó claro su atinada creación de fiesta... esperemos que el siguiente año se arme y tenga una carga parecida... invoquemos a un DJ Spinn + Tek Life crew.