Por Chelita (@Se_los_dije) A sus casi 50 años, Moby regresa con Innocents, el onceavo disco en su carrera, misma que a finales de los años 90, viviera su punto más álgido con Play (V2, 1999) , un álbum que utilizó todos sus temas como sencillos y con el que logró el éxito que, pese a varios intentos posteriores, no ha logrado igualar. Con Innocents (Arts & Crafts México, 2013), Moby se sumerge nuevamente en sonidos de profundas y misteriosas atmósferas, pero no es un disco fácil de escuchar y recomendar, está hecho sólo para fans de hueso colorado, pues no es precisamente el álbum con el que se pueda entrar a su música y ganar más adeptos.
Es evidente que a estas alturas Moby no pretende revivir aquellos años mozos de su carrera, al parecer es lo que menos le interesa, pero tomando en cuenta su capacidad como músico, éste resulta ser un disco que carece de la chispa que lo colocó como un remolino creativo e innovador, como un genio en su género; sin embargo, las colaboraciones que van desde Skylar Grey hasta Mark Lenegan, llegan a rescatar esa atmósfera insípida del álbum.
Como si se hubiera ahogado en un mar de sonidos actuales, en los que ya no puede o quiere encajar, Moby sigue haciendo discos por el llamado “amor al arte”, aún así, este álbum puede crear un halo esperanzador en el que las voces conectan perfectamente con un ambiente inocente.
Innocents tiene un intro perfecto para musicalizar el despegue de un vuelo en avión, “Everything that Rises” sirve para prepararse hacía un viaje lleno de nubes acolchonaditas y un cielo azul claro, justo como la portada de este disco.Con sonidos contemplativos y con pocas sorpresas, pero inspiracional al final de cuentas, hay que buscar el momento perfecto para escucharlo como soundtrack de una tarde nublada, esas en las que se prefiere terminar el día pacíficamente.
Entre las colaboraciones más destacadas está “A Case for Shame” con la voz de Cold Specks muy a la Adele, le sigue “Almost Home” con Damien Jurado, que continua en un mood desestresante y da paso a “Going Wrong”, tema instrumental que le da cierto aire de Boards Of Canada a este álbum.
Tampoco se puede ignorar “The Perfect Life”, track en el que se hace acompañar de Wayne Coyne, vocalista de los Flaming Lips, quien contagia el disco de optimismo y coros gospel revitalizadores.
Con Innocents, Moby entrega un álbum lineal, muy propio y cómodo, en el que no buscó ir más allá, a pesar de tener a Mark “Spike” Stent como co-productor, quien también ha trabajado con Madonna, Depeche Mode, Björk, Massive Attack y los Yeah Yeah Yeahs.
Ahora más que nunca, Moby se convierte en el marcianito de “In This World” quien recorría el mundo sin encajar pero que al final no se rinde, y para muestra está “The Last Day”, canción que por cierto se acerca un poco a lo que el neoyorkino entregaba en sus mejores años. Mención aparte merece “Don’t Love Me”, corte que empapa de sensualidad a Innocents, de un ritmo que oscila entre jazz, funk y soul, gracias a la exquisita voz que Inyang Bassey le presta a este disco.
Así es como Moby no logra destacar por sí mismo en este álbum, pues hay momentos en los que su presencia parece ser nula y queda al completo margen, las voces cobran protagonismo y él queda en un opaco regreso a la música, aún así, Innocents logra mantenerlo en la mira de aquellos fans que, sea como sea, siempre esperarán escuchar algo nuevo de Moby.