Por @MisledTheYouth Hozier (Island Records, 2014), el álbum debút de Andrew Hozier-Byrne, está repleto de ricas mezclas, contrastes, y estimulaciones a los cinco sentidos. El primer lanzamiento de estudio después de dos EPs –Take Me To Church (Rubyworks, 2013) y From Eden (Rubyworks, 2014)– con una explosión de Blues, Soul, R&B, y letras excepcionales, resulta en un material de gran calidad.
Y la calidad está en las combinaciones; luz y oscuridad, dulce y amargo, el misterio y lo rural. Justo la estética del homónimo se encuentra cimentada en la voz del irlandés; a la vez azucarada y con una facilidad de fusionarla en ritmos conscisos, crea un perfecto glaseado para lo más impresionante en el álbum: la fluidez que tiene al contar historias.
El primer track, "Take Me To Church", sumerge al escucha en la característica seducción que se extiende a través de todo el disco, esto con un coro Gospel (que se nota en la mayoría de las pistas) remite a la oscuridad de la noche; contrarestando así la soleada voz de Hozier con un ambiente que se asemeja a la profundidad del oceano.
La penumbra en forma de Folk que se encuentra en Hozier, parece más adecuada a un veterano cuasi anciano con un alto grado de experiencia, pero en este caso, la sabiduría proviene de un joven con sólo 24 años, lo que hace de este lanzamiento algo mucho más interesante. Temas relacionados con la muerte como en "In A Week", –"and they'd find us in a week / when the weather gets hot / after the insects have made their claim"– refuerzan este espíritu romántico de alma vieja llegando a su muerte.
Al reproducir Hozier, se visualiza una casa abandonada, un tanto embrujada, de tonos grises y con telarañas pero con una pequeña ventana que deja entrar un rayo de luz dorada; se saborea un whisky de buena calidad; se olfatea una mezcla entre rosas y miel; y se siente un envolvimiento de un material parecido al terciopelo. Un desborde de elementos que hacen de este, unos de los más apreciables debút del año.