Por: Miguel Zamacona
La pérdida de un ser amado sumerge a las personas en un profundo mar de emociones, difícil de entender, aún más difícil de explicar. En el caso del chelista y compositor neoyorquino, Erik Friedlander, esa pérdida lo llevó a encontrar la belleza en medio del caos. Hacia finales de 2011, Friedlander, perdió a su esposa, la coreógrafa y bailarina Lynn Shapiro, después de una larga lucha contra el cáncer de mama. Esto provocó su paulatino distanciamiento de la composición y del jazz. Después de meses fuera de escena y sin haber superado esta tragedia, decidió retomar su carrera y vivir su duelo a través de la música.
Producido por Scott Solter, bajo el sello SkipStone Records (productora creada por Erik, para difundir su trabajo), Erik Friedlander nos entregó el pasado primero de octubre, su nuevo material de estudio, titulado Claws & Wings. Con la colaboración de Silvie Courvoisier (piano) e Ikue Mori (percusiones eléctricas), logró crear una atmósfera minimalista en la cual verter todo su dolor.
Sus movimientos de arco, van de lo violento a lo tranquilo, reflejando furia, melancolía y una profunda soledad. Su viaje comienza con el track “Frail as a Breeze” , tocada en dos partes. Esta canción recuerda lo vulnerable de la vida, y la impotencia ante el cambio. Hacemos parada también en distintas etapas de este proceso, como las noches sin dormir en “Insomnia” , y la frustración por la pérdida en “Dreams of Your leaving“. Finalmente, cierra con en el dulce y melancólico recuerdo de sus 22 años de matrimonio en “Cheek to Cheek”.
Friedlander, quien comienza a perfilar como el mejor exponente del jazz de violonchelo, logró elevar la partida de su esposa, a lo poético y transcendental, haciendo de este álbum, algo digno de ser escuchado.
http://youtu.be/Vr7YKXLlhQY