Estamos acostumbrados a separar el arte de los deportes por lo diferentes que son y por las pasiones que generan, si aprecias uno difícilmente gustas del otro, salvo honrosísimos casos de artistas fuboleros, o futbolistas con sensisbilidad estética. Pero: ¿realmente son tan diferentes? ¿No es posible apasionarse por los dos? En Bambis Dientes de Leche, somos testigos que esa teoría es completamente errónea porque, en el caso concreto de fútbol y teatro, son mucho más similares de lo que parece a simple vista.
Se trata de un monólogo donde Antón Araiza nos cuenta parte de su niñez (con algunas partes no autobiográficas), y de la compleja situación en la que el niño le revela a sus padres que no quiere dedicarse a lo que ellos siempre han querido.
Por supuesto que al tener tintes autobiográficos, el monólogo es escrito por el mismo Antón Araiza, quien desempeña una actuación realmente asombrosa y desgastante en el escenario; haciendo que el espectador esté enganchado de principio a fin.
Probablemente, al ver la postal de la obra podemos inferir que es una puesta en la que se va a hablar de fútbol, y digamos que sí, pero no. Lo anterior se asegura porque es un monólogo en el que el tema del fútbol es circunstancial, digamos un detonante y, por lo mismo, la gente que no es futbolera puede sentir cierto gusto por lo que escucha de este deporte pero, curiosamente, la gente que si es futbolera (aficionada al fútbol) también la va a disfrutar mucho, ya que finalmente no es tampoco una crítica al mismo, es una perspectiva personal a esta disciplina que puede lograr empatía, incluso, un amor más grande hacia el balompié, como es el caso de quien escribe.
El monólogo cuenta con un elemento fundamental y original para contar la historia: el tap. Así es, durante la gran mayoría de la historia, Antón baila con diferentes pasos de tap que logran dar mucha vida a lo que se está contando, le añade el ritmo y la gracia de los elegantes cómicos de bombín de la segunda mitad del siglo XX. Dichos pasos fueron supervisados por el actor y bailarín Vince Miranda. Además del tap, también se tiene un trazo escénico muy peculiar en un espacio reducido en el que se implementa agua a través de un trapeador y una cubeta. Estos trazos y la obra en general es dirigida por David Jiménez Sánchez.
Bambis Dientes de Leche se presenta en la Sala Chopin los miércoles a las 20:30 hrs. hasta el 29 de octubre.
@rodrigoadea