A finales de 1992, la filial mexicana de Sony Music, decidió eliminar de su serie de producción los formatos físicos de discos de acetato -llamados entonces así-, en 12” y 7” en 33 ⅓ y 45 revoluciones por minuto (rpm). La tendencia a la baja en la demanda de este formato, fue el motivo por el cual los principales productores de fonogramas en México decidieron dejar de producirlo en su totalidad; un formato que por décadas había sido el principal medio de distribución de música y sonidos en todo el mundo. https://www.youtube.com/watch?v=681A9Rtc9xU
Sony fue el último productor transnacional en lanzar discos de vinil en nuestro país. Para mediados de los noventa, el formato prácticamente se había extinguido en el mercado mexicano, o por lo menos en su producción local.
Durante los años noventa y la primera década del siglo XXI, el vinil, otrora “Rey de la música grabada”, fue relegado como medio principal, inclusive llegó a ser despreciado y tachado de vejestorio por su tamaño e impracticidad.
Sin embargo, siguió vivo en mercados con hábitos de consumo musical más sofisticados, como el británico o alemán, donde el disco de surcos impresos jamás se ha dejado de producir, promocionar y vender.
Relegado a melómanos con cualidades nostálgicas y de sobrevivientes de un holocausto nuclear, donde solo quedan unos pocos, en 2007 un grupo de dueños de pequeñas tiendas independientes de discos, luego de una lluvia de ideas en un coloquio de marketing en Baltimore, tuvieron la iniciativa de instaurar un sábado de abril para celebrar la persistencia del formato físico de reproducción musical, representado como la suma de sus partes, por el disco de vinil.
Al año siguiente artistas como Vampire Weekend, o R. E. M., se unieron a la celebración con showcases, firmas de autógrafos y en años siguientes con lanzamientos limitados para el Record Store Day. Ejemplos sobran y sobrepasan la memoria, pero llegan pronto a la mente los casos de la reedición de los sencillos de Morrissey en 7” en 2008, ediciones que se agotaron en minutos, o el single “Fool’s Day” de Blur, que no solo fue lanzado exclusivamente en 7” para este día en 2009, sino que fue la primera grabación del grupo en años con su alineación original.
https://m.youtube.com/watch?v=FArouKj8vGU
En México -uno de los pocos mercados donde se celebra el RSD a nivel mundial-, el festejo llegó en 2011. Primero en un cerrado círculo de disqueras independientes que buscaban su sobrevivencia, aferrados a la vida física del fonograma a pesar de la marea digital que entonces era dominada por el mp3, y veía venir la revolución del streaming en servicios On Demand.
https://www.youtube.com/watch?v=_oRi-P03cPU
Han pasado seis años de la llegada del fin de semana de mayor ventas de viniles en el año a nuestro país. El RSD ha crecido de la mano con el interés de un público nuevo que ve al disco de vinil como una novedad que sobrepasa la nostalgia que originó esta fiesta de lo independiente. Para Gilda González, presidenta en turno de Amprofon -Asociación Mexicana de Productores de Fonogramas-, esta situación es una moda: “en 2011 se vendieron 3 millones de discos de vinil, para 2015 se registró una venta de 10 millones de unidades en el mundo”.
“Es un volumen importante en la venta de discos físicos, aunque representa arriba del uno por ciento de las ventas físicas, en un mercado donde el total de las ventas de música solo cuenta con el treinta por ciento de estos formatos”
“...sin embargo en Japón, el segundo mercado en importancia de ventas en el mundo las ventas físicas son del 67 por ciento. Lamentablemente en México no hay cifras registradas”
Lo declarado por Gilda González no está lejos de la realidad. Es complicadísimo llevar un conteo confiable de ventas de discos de vinil, en una burbuja comercial como la que se vive en México al respecto de este formato. Las tiendas independientes acaparan la mayoría del mercado, que sigue siendo un nicho y que no es accesible para las masas. Cada día los precios de los discos van en aumento, inflados por los antiguos sobrevivientes del holocausto del vinil, las tiendas independientes, que han dejado de ser la resistencia a los abusos del mercado, antes controlado por los gigantes distribuidores de discos como lo fue Promotora Musical en México -dueños de Mixup y la franquicia de Tower Records en nuestro país-. Las tiendas del circuito Roma - Condesa, que en otros años eran ejemplo de persistencia y melomanía, han caído en los abusos del control de precios, así como lo hicieron los monopolios del pasado. Sumado a las tiendas independientes de discos, están los vendedores unitarios que distribuyen en Internet, y los pequeños intercambiadores del Tianguis Cultural del Chopo, que también contribuyen a la burbuja del disco de vinil, con precios irracionales que dificultan el acceso del formato a las nuevas generaciones, por ejemplo a los menores de 18 años, que difícilmente tienen la capacidad económica para adquirir un disco de mil pesos.
La distribución independiente, el digging, la importación directa por parte de las tiendas de discos, el comercio electrónico, el intercambio en foros, hacen imposible la contabilización de viniles vendidos en México, uno de los principales mercados musicales de América Latina. Mercado que ya ve en la cercana distancia, el próximo boom físico del revival: los cassettes.
Record Store Day, una celebración con diez años de vida, y seis en México de existir -cabe señalar que este año el RSD se extendió a las tiendas en el interior de la República, excluyendo de nuevo al lupanar de la melomanía mexicana, el Tianguis Cultural del Chopo-, con una historia de claroscuros que elevan a la fiesta de los vendedores independientes de discos, en una celebración mundial a la persistencia y la fe en un producto casi muerto, o la rebajan a una moda centralizada en el objeto, en la apariencia y elitismo del vintage wave, del movimiento hipster clasemediero y excluyente.
En cualquiera de sus fases oscuras o luminosas, el Record Store Day en México, es una fiesta a la música, que algún día en un futuro ideal, celebrará al disco como el slogan dicta y como el mantra único en el mundo creado en México: El Disco Es Cultura.