"Que se rinda tu madre". Nicaragua en búsqueda de libertad
La Universidad Centroamericana (UCA), miembro del Sistema Universitario Jesuita (SUJ), sufrió un ataque en la madrugada del pasado domingo 27 de mayo, dirigido hacia los vigilantes de las instalaciones. El atentado fue realizado por cuerpos paramilitares.
El Presidente Daniel Ortega, jefe supremo de la policía, tiene control sobre parte del ejército y sobre los poderes del Estado, razones por las cuales la población lo acusa por los ataques realizados contra civiles.
En los años sesenta, Ortega inició sus estudios de derecho en la UCA y se dio de baja para ser parte del Frente Sandinista de Liberación Nacional, en épocas de la revolución, para luchar contra el dictador Anastasio Somoza García. Esto lo llevó a su aprisionamiento por parte de la Guardia Nacional en 1967, donde permaneció siete años. Los miembros del FSLN, conocidos como sandinistas, ahora son criticados por recibir una remuneración económica para proteger y seguir órdenes del gobernante.
Somoza estuvo en el poder por 16 años y curiosamente, Ortega ya igualó el tiempo. ¿En qué momento el oprimido se convierte en el opresor?
Tristemente, el pueblo nicaragüense se ha visto obligado a protestar y alzar la voz contra su gobierno en los últimos meses. Los jóvenes se han movilizado de manera pacífica con el apoyo de sus Universidades; la UCA fue la primera en alzar la voz y mostrar sus inconformidades hacia el presidente, teniendo como consecuencia una dura represión, al grado de que las clases fueron suspendidas desde hace un mes y once días.
Sin embargo, la universidad Jesuita no es la única que ha mostrado resistencia estudiantil. La Universidad Nacional Agraria (UNA), la Universidad Politécnica (UPOLI), la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) y la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) también han resistido y hospedado a estudiantes desde que iniciaron las represiones con balas de goma el 19 de abril.
La sociedad también se ha mantenido comunicada y ha reportado incidentes y emergencias utilizando el hashtag #SOSNicaragua en Twitter.
A raíz de esto, los nicaragüenses han llevado víveres a los estudiantes que permanecen en las diferentes Universidades. El pasado 20 de abril, un joven de 15 años llamado Alvaro Conrado fue asesinado en su intento de meter agua a la UNI.
"Todo esto es injusto. Él tenía sueños, nos estábamos preparando, ya había aprendido inglés, iba a estudiar derecho en la UCA y luego íbamos a buscar una beca en el extranjero”.
Padre de Álvaro Conrado
El Padre José Alberto Idiáquez Guevara, rector de la UCA, hizo una declaración después del terrible acontecimiento:
Como posible solución, surgió una mesa de dialogo conformada por el gobierno de Nicaragua, el sector privado, sociedad civil y estudiantes, donde la Conferencia Episcopal participó como mediadora. Algunas de las condiciones para realizar dicha junta eran que el gobierno permitiera la entrada de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y el cese a los ataques opresivos por parte de los cuerpos paramilitares.
Como respuesta, el 14 de mayo el gobierno de Nicaragua autorizó la entrada de la CIDH con el fin de analizar la situación actual de derechos humanos en el país.
El presidente Ortega solo asistió a la primera mesa, dejando a sus representantes a cargo en las siguientes. Durante estas charlas, la actitud del mandatario molestó a la mayoría de los participantes. Como muestra, el siguiente video.
Los principales temas de la mesa giraron en torno a renovar los poderes del Estado, adelantar elecciones, observación internacional en las mismas y tener más propuestas de reformas para el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social; se pide justicia y democratización en el país. Indudablemente, el gobierno lo ha ignorado todo.
"El gobierno se comprometió a seguir las recomendaciones que la CIDH le había hecho, y no lo hicieron. Es la segunda vez que incumplen los acuerdos que nos muestran que no son más que monigotes".
Representante Estudiantil
El 19 de mayo, la CIDH propuso una tregua de dos días a la cual ambas partes aceptaron. Sin embargo, a las pocas horas, sandinistas y policías atacaron la Universidad Agraria, lo que se entendió como un desinterés al pacto por parte del gobierno y por ende, la suspensión del diálogo.
El pueblo demanda la salida de Ortega. Las clases universitarias permanecen suspendidas por miedo a que cuerpos paraestatales entren y amenacen tanto al personal como a los estudiantes. El rector de la UCA es parte del diálogo y está del lado de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, que demanda la salida del presidente. Al intentar retomar las clases, las Universidades han sido atacadas, como lo fue el caso de la UCA el pasado domingo. Estos ataques han causado que el sector Universitario esté suspendido.
“El pueblo no quiere guerra, creemos en la resistencia cívica pacífica. La historia comprueba que las revoluciones armadas dejan más enfermedades que curas. Dejan vicios, muertos y muchísimos afectados; violaciones sexuales, embarazos y faltas a los derechos humanos son problemas que nacen en revolución”.
Estudiante de la UCA
Así como el gobierno ataca con armas, los ciudadanos tienen tranques o bloqueos, con el fin de cerrar vías de acceso a la ciudad. Es el método pacífico utilizado para presionar al gobierno de Ortega desde el sector económico. Actualmente, los tranques se manejan de manera escalonada; abren y cierran cada cierto tiempo de acuerdo a las acciones de las autoridades. En caso de que se suspenda el diálogo, los tranques se cierran completamente.
El 28 de mayo, la Comisión Mixta del Diálogo Nacional, integrada por tres miembros del Gobierno de Nicaragua y tres miembros de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, hizo un comunicado con la esperanza de recuperar la disposición y apertura en la mesa.
Por otro lado, el día de ayer, Amnistía Internacional entregó su informe sobre Nicaragua. Dicho documento sostiene que el país vive con una “política sistemática de represión violenta con características graves”. También acusa al Estado nicaragüense de ejecuciones extrajudiciales con conocimiento del presidente Daniel Ortega.
"Es dura la situación. Son momentos difíciles para el país, pero confío en que vamos a salir de esta más fuertes y unidos; la lucha vale por el futuro de Nicaragua".
Estudiante de la UCA