¿Qué sería de un día de la Candelaria sin tamales? ¿O de un día de Reyes sin rosca? Son la clase de platillos típicos que son esenciales dentro de estos festejos. Pues en Estados Unidos vivirán un Super Bowl… sin guacamole.
Con el ascenso de Donald Trump a la Casa Blanca, a los productos mexicanos se les ha negado el acceso a dicho país. Tan sólo en la presente semana un cargamento de 120 toneladas de aguacate fue retenido en la frontera entre Estados Unidos y México; si lo comparamos con las 95 mil toneladas que México envió previo al SB 50, esto equivale aproximadamente el 8% del aguacate consumido en aquel partido. Y seguramente es tan sólo un caso de lo que sucede en la frontera sur de Estado Unidos, donde el limón argentino también ya fue retenido: recordemos que éste es otro ingrediente indispensable para el guacamole.
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La cercanía geopolítica entre México y EU lo vuelven el principal exportador de aguacate mexicano, más no es el único. En otros países como Japón o Canadá también se consume este fruto; si Trump no quiere la producción mexicana, muchos otros países si estarían interesados en consumirla, desde los ya mencionados hasta nuevos mercados como Nueva Zelanda. Con el TLC fuera de la jugada, México debe resignificar los propósitos de su comercio global, y dejar por un lado el apego regional a los EU.
Si bien no es el platillo principal del Súper Domingo (esas son las alitas), sí es indispensable para millones de norteamericanos, incluso en su vida cotidiana, con el tan de moda avocado spread. ¿Será que ahora apuesten por hummus, o algún paté? La respuesta la sabremos dentro el próximo domingo. Mientras, disfrutemos de un aguacate relleno o de una torta con extra aguacate; total, en México jamás se le hará el feo.