El Super Bowl como evento multimedia, es uno de los epítomes del entretenimiento, no solo estadounidense, sino mundial. Año con año, los números romanos van cambiando de figura, al igual que los equipos, pero la expectación por el primer domingo de febrero no hace sino crecer.
El juego final de la NFL ha crecido tanto que hasta su extensión se ha multiplicado, no siendo suficiente el domingo del juego para cubrir las ansias de propios y extraños que se preparan para la hibernación de futbol americano profesional hasta agosto.
US Airways Center se convirtió en la célula mediática que habrá de explotar unos días más tarde, siendo aquí cuando todavía se puede discernir entre el espectáculo y el deporte. Medios de todas partes del mundo, libros y estadísticas para los periodistas deportivos y disfraces parafernalicos para los demás.
Como era de esperarse, los Patriots fueron cuestionados cual inquisición sobre el tema de los balones desinflados. "Sólo pensamos en Seattle". La constante respuesta del coach Belichick ante la constante pregunta.
Brady, por otro lado, dueño de la mitad de las cámaras en US Airways Center, dijo estar bendecido por poder llegar a un sexto Super Bowl sin lesiones de por medio, enfatizando además, la proeza que implica dadas las circunstancias del juego. La postal segura en cualquiera de sus formas del Súper Tazón XLIX.
Del otro lado, quizás la seguidilla de Media Days que han tenido los Seahawks mostró un equipo relajado, que en palabras del coach Carroll, "vinieron a coronar otra temporada y sobretodo a disfrutar el ambiente del juego final de la NFL".
En el stand 6, Marshawn Lynch, corredor de los Hawks, llegó por primera vez a su lugar en el Media Day y todos los periodistas pensaron en el milagro: Lynch finalmente accedería a una conferencia de prensa. Tres preguntas después, todo volvió a la normalidad y lo único que dejó "Beast Mode" fueron sus icónica Skittles. "Hay a quien se le da y a quien no", defendió un Richard Sherman a quien si se le facilitó el don de la lengua.
¿Qué más podrían agregar? Dijo un periodista cuando el cronómetro se congeló en ceros tras la ronda de preguntas de los todavía campeones Seahawks. Así es, ¿qué más podrían agregar? La guerra de palabras está en el aire y la guerra en el emparrillado cada vez más cerca.
Omar García