Publimetro / Viernes 22 de enero 2016 La Columna de Ibero 90.9
por Dulce María González
¿Te imaginas vivir en un México sin maíz (en todas sus variantes), sin maguey, frijol o chile? Estoy segura de que no seríamos los mismos, porque todo eso que es tan cotidiano para nosotros, es lo que nos brinda parte de nuestra esencia y de nuestra identidad como mexicanos.
Pero hablar de nuestra mexicanidad, no es sólo hablar de maíz, tequila o de Teotihuacán, es hablar también de nuestro idioma.
En México hablamos español desde hace cientos de años, pero no ha sido pretexto para sucumbir de nuestras indispensables e invaluables lenguas indígenas, las cuales, siguen subsistiendo en algunas regiones de nuestro país. Varias de ellas se extinguieron como: el ópata, cuitlateco, pochuteco o el lipán, otras más están en riesgo de desaparecer como: el lacandón, cochimí, cucapá, entre otras.
Y es que es entendible que todo cambie, evolucione o deje de existir, puesto que es parte del ciclo inherente a lo natural; pero realizar leyes elitistas, alejadas por completo del ejercicio pleno de nuestros Derechos Humanos, es inadmisible.
El 14 de octubre del 2014, las comunidades indígenas de Tlacolula y de Teotitlán en Oaxaca, las radiodifusoras comunitarias: Neza Radio, Radio Xalli, La Voladora Radio, Radio Tierra y Libertad, Radio Nandhía, y miembros de la Asociación Mexicana de Productores Independientes, interpusieron 10 demandas de amparo contra las leyes[1] que establec en trato discriminatorio en la entrega de frecuencias al darles a ellos las de peor calidad y guardar las “mejores” para fines comerciales, el IFT solicita requisitos técnicos descomunales que les dificultaría el acceso a las frecuencias, limitaban las fuentes de financiamiento a medios comunitarios y no consideraba el respeto a las lenguas indígenas, ya que exigían transmitir en el “idioma nacional”.
Ayer, La Suprema Corte de Justicia de la Nación, realizó un fallo a favor de la integridad, una resolución que condena la discriminación y da razón a la nación, concedió la demanda de amparo al poeta y periodista Mardonio Carballo, quien también fue uno de los inconformes contra la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión.
Mardonio representa con gran orgullo a una parte de la población que ha sido continuamente omitida, una fracción poblacional que debería ser atesorada en lugar de relegada. Impuso respeto y respaldo legal al conocimiento, a nuestro patrimonio, a nuestra propia identidad y a nuestras raíces. Gracias Mardonio
Dulce María González @mariaaltb es colaboradora de Ibero 90.9
[1] Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, Artículos: 15, 83, 85, 89 y el 230 de la Ley antes mencionada