Más allá de lo que puedan decir señoras cuarentonas, 50 Sombras de Grey no es la quintaescencial película erótica de nuestros tiempos. Es un refuerzo de paradigmas respecto a las relaciones de pareja que debimos haber descartado hace décadas. 50 Sombras de Grey según la vox populi es una revolución sexual; en realidad lo único visionario de la película es la aspiración a tanto poder adquisitivo. Fuera de esto, el affaire entre Christian Grey y Anastasia Steele es refrito de los arquetipos sociales que ya conocemos: hombre fuerte, adinerado, incapaz de demostrar sus sentimientos de manera sana y mujer virgen, sumisa, de baja autoestima que cree poder cambiar a este hombre complicado si se queda con él. Esta es la receta de cajita para una relación destructiva: existe desde Madame Bovary hasta 9 Semanas y Media.
La ficción no existe en el vacío. Lo que ocurre en la capa mediática determina la vida real. A esto le llamo el Efecto Jaws. Tras el estreno de la película en el 75 el tiburón blanco fue estigmatizado, perseguido y prácticamente extinto. con el auge de 50 Sombras… se anticipa un incremento en crímenes domésticos y de género, según el Centro Nacional Sobre el Abuso Sexual de E.U.
Estamos en un plano consciente sobre la capacidad humana de superar errores ¿para qué seguir con aquello que nos hizo tanto daño? Como el concepto de sexualidad cambió, es necesario explorar nuevos límites de esta área ¿es posible crecer si seguimos consumiendo químicos de antaño disfrazados de revolución?
Merecemos mejores productos, eróticos y de todo género; que lo que se nos embute por ojos hacia el cerebro. El único antídoto es saber que somos seres críticos y tenemos el poder de exigir calidad. Debemos hacerlo, de otra forma quedamos sometidos sin darnos cuenta. Ahora podemos decidir sobre lo que deseamos en la vida sexual. ¿Queremos novedad, excitación, ruptura de tabúes? Perfecto. Con consentimiento y respeto. Pórtense mal y cuídense bien.