Primero las mujeres se mueren por putas, ahora también por elegir el rumbo de sus vidas

En la madrugada del miércoles 3 de mayo se encontró el cadáver de una mujer de 22 años en las instalaciones de Ciudad Universitaria, su cuello había sido atado con un cable en una caseta telefónica. La dejaron tirada sin ningún tipo de identificación, por lo que su novio no la pudo identificar hasta un día después. La mujer estrangulada se llamaba Lesby y el día de hoy su muerte es juzgada en lugar de ser lamentada. 

Uno podría esperar que después de que se encuentra un cadáver en Ciudad Universitaria, lo primero que se discutiría sería la seguridad del campus, la posible violencia de la zona o incluso la ineficiencia de las autoridades por descubrir la identificación de la mujer fallecida. Pero en lugar de eso, los mexicanos volvemos a repetir la historia: juzgamos a la víctima y nos metemos en su vida privada para justificar el asesinato.

Lesby era una chica que paseaba perros, no estudiaba en la UNAM y vivía en una zona cercana a Ciudad Universitaria. Una chica bastante normal, hasta que los medios de comunicación empezaron la cacería de brujas con el proceso de revictimización que minimizaba a la chica.

"Tenía problemas con [el] alcohol" escribió Grupo Fórmula en Twitter el 4 de mayo.

https://twitter.com/Radio_Formula/status/860239878126174212

La Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJCDMX) también escribió tweets acerca de lo acontecido, comenzando el relato describiendo cómo se había encontrado la víctima y publicando más mensajes donde se minimizaba a la joven. "Ya no estudiaba desde 2014, y dejó sus clases en CCH Sur, donde debía materias", se escribió en un tweet.

“El día de los hechos la pareja se reunió con varios amigos en CU, donde estuvieron alcoholizándose y drogándose”, continúo la PGJ. Puras justificaciones por parte de las autoridades, puros juicios vacíos sobre una joven que murió trágicamente. ¿Acaso Lesby se merecía ser estrangulada por "alcohólica"? Según la PGJ, sí. Y también se lo merecía porque vivía con el novio y no estudiaba. Y para rematar, fue culpa de la joven por alcoholizarse ese día. Caso cerrado. La PGJ ya no necesita buscar al asesino, puesto que la chica era drogadicta y se buscó lo que le pasó.

Primero las mujeres se mueren por putas, ahora también por elegir el rumbo de sus vidas. 

El accidente en el Paseo de Reforma ocasionado por una "puta", las mochileras Marina Menegazzo y María José Coni asesinadas en Ecuador por "viajar solas", la violación de dos mujeres (una madre y su hija de 14 años) y el asesinato de un bebé en la carretera de Puebla, y las miles de mujeres que han sido asesinadas por "como iban vestidas", por "estar borrachas", por "caminar solas en la calle".  Y ahora Lesby, 22 años, asesinada por ser una mujer como cualquier otra.

Es increíble pensar que los periodistas buscan minimizar a la víctima sacándole sus "trapitos". ¿Y qué si la chava tenía problemas de alcohol? ¿Y qué si vivía con su novio? ¿Y qué si el novio trabaja en intendencia? No justifica el hecho de que fue estrangulada, despojada de su vida de la manera más horrible.

No hace que el acto de violencia sea "menos importante". No justifica el asesinato. No debería convertirse en "otro caso más", de esos que nunca se resuelven. 

No podemos limpiarnos las manos juzgando la conducta, la vida privada, y mucho menos, la condición social en la que alguien vive. No podemos seguir diciendo "se lo merecía por puta" o "eso le pasa a la gente drogadicta". No podemos voltear a otro lado, hacernos los de la vista gorda, y dejar que este tipo de cosas continúen. Ya que bajo los parámetros de la PGJ, un gran porcentaje de personas en México tendrían la misma suerte que Lesby, y tristemente, hasta se la merecerían.

Que nos cumpla el milagrito la Santa niña de los alfileres en la FeNaL 2017

Desde Mendoza, Argentina presentamos a Mariana Päraway con "Verne y el faro"