Primer edición de RadioBosque con instalaciones místicas
Por Héctor Aguilera
El 2 de noviembre, Archipiélago nos invitó a olvidar del caos urbano en las afueras de la Ciudad de México para celebrar el Día de Muertos en la primera edición de RadioBosque.
Además de ofrecernos un genial lineup en colaboración con Eco Live y Mayan Warrior, curado con los actos más frescos de la música electrónica como The Blaze, y encabezado por los veteranos de la misma, Underworld y Hot Chip, el espacio rural rodeado de árboles y las instalaciones de arte crearon un nuevo concepto en el que la unión de expresiones artísticas, tecnológicas y musicales fueron transportadas a un espacio de verdes intensos.
Al llegar, La Antena desvío mi mirada, siendo el elemento icónico de RadioBosque y un gran punto de encuentro para ver a mis amigos. Ciertamente la energía que transmitía conectaba a todas las estaciones y me dirigí así a bailar la tienda de techno Sounds of the City.
Al salir visité Ilumina, una escultura interactiva que a través de sensores mide el estado colectivo del corazón de los participantes para alimentarse de energía y activar un asombroso show de luces y sonidos. Fue una experiencia surreal en la que la tecnología eclipsa con lo místico.
Al terminar el tan esperado set de Underworld en el escenario RadioBosque, ya caída la noche, recorrí El Camino, la más reciente instalación del diseñador de luz Paolo Montiel Coppa. El trayecto consiste de cientos de luces suspendidas en el aire que bailan con tu caminar a lo largo de un túnel de árboles en el bosque.
Al salir seguí la fiesta en Mayan Warrior, un Art Car traído directo desde Burning Man en el que entre luces, lasers y explosiones sudamos la noche a los ritmo de los live sets de WhoMadeWho y Monolink.
Por último, antes de irme recorrí la instalación por la que estaba más emocionado, el Laberinto de Cocolab. Fue con el asombro de alguien alguien desorientado me dejé guiar por las luces entre los caminos rodeados por paredes de pinos. Una experiencia inmersiva de colores, ritmos y sonidos en un lugar desconectado al planeta en donde sucedía el festival.
Las estaciones de esta primera edición de RadioBosque nos dejaron con la sensación de haber vivido tanto en tan sólo un día en medio de la naturaleza.