¿Por qué la literatura feminista importa?
Sabemos que históricamente el papel y la participación de la mujer ha sido relegado a un segundo plano. Sin embargo, con el paso del tiempo, ha sido posible mediante diferentes movimientos sociales, recursos y herramientas, procurar la lucha por la igualdad, la liberación y la reivindicación de los derechos de la mujer. Una de las maneras para alcanzar esto es a través la producción literaria.
Un ejemplo importante es el clásico feminista: La mística de la feminidad publicado por Betty Friedan en 1963. Considerado un hito en el auge del feminismo de segunda ola y un libro cuyo impacto social entre las mujeres de la época ha sido ampliamente estudiado y documentado. Se ha dicho que este libro encendió el movimiento contemporáneo de mujeres en 1963 y, como resultado, transformó permanentemente el tejido social.
En un artículo titulado Considering the Impact of the Feminine Mystique publicado en 2013, se analizan 188 entrevistas con mujeres sobre la lectura de La mística de la feminidad; los resultados demostraron que las mujeres que lo leyeron, les provocó “una revelación”, que las “golpeó en la cara” les “dio el derecho al divorcio" y mostró que sus “problemas eran sociales". Se ha dicho incluso que La mística de la feminidad ha servido como una especie de libro de autoayuda porque cambió la forma en que las mujeres se sentían sobre sí mismas y sobre sus vidas. Algunas se divorciaron, volvieron a la escuela, buscaron empleo y negociaron matrimonios más igualitarios, y muchas se percataron de su depresión. Estos efectos terapéuticos en las mujeres dieron paso a movimientos posteriores que fusionaron el cambio emocional y político.
Más adelante, Gloria Steinem continuó demostrando el poder de las palabras que se reflejó en cambios sociales tangibles. Trabajó como columnista para el New York Magazine y fue una de las fundadoras de la revista feminista liberal Ms., reconocida por ser enteramente de propiedad y operada por mujeres. En 1969 publicó el artículo "After Black Power, Women's Liberation" (Después del poder negro, la liberación de las mujeres) que la posicionó como una de las líderes de dicho movimiento junto con Betty Friedan
En su aniversario número 80, la plataforma digital takepart, publicó en 2014 un artículo titulado: 5 Ways Gloria Steinem Made Life Better for American Women (5 maneras en las que Gloria Steinem mejoró la vida de las mujeres norteamericanas). A continuación recopilamos los puntos ahí mencionados y como ilustran los cambios sociales que la autora impulsó.
El primer punto: las historias de las mujeres importan. El artículo señala que las revistas para mujeres estaban llenas de recetas y consejos para el hogar antes de que Steinem cofundara la revista Ms. en 1971. El primer ejemplar de ésta se vendió en una semana, y demostró que las mujeres tenían ambiciones e intereses más allá de ser esposa y madre. Ese legado está vivo dondequiera que veamos escritos inteligentes sobre problemas reales que preocupan a las mujeres.
El segundo punto: Gloria Steinem nos enseñó que las feministas pueden ser divertidas y glamourosas. En algún punto, se creía que una feminista era, por definición, muy poco atractiva y carente de humor. Steinem acabó con esos estereotipos. Su refrescante apariencia y actitud la congraciaron a ella y al movimiento con muchos detractores. Los hombres sexistas se sintieron consolados y las mujeres con estilo intrigadas.
En tercer lugar, nos enseñó también que tener hijos no es una obligación. Como es sabido, ella no contrajo matrimonio hasta los 66 años (y aún así, solo para que su esposo David Bale, de origen sudafricano, pudiera obtener una visa) y por elección propia nunca tuvo hijos. Donde alguna vez a una mujer con esta misma convicción se le vio con lástima o incluso desdeño, hoy la familia nuclear heterosexual ha dejado de ser la norma.
El cuarto punto señala que Gloria Steinem nos enseñó a escoger nuestra batalla y a seguir luchando. En 1969, antes del caso Roe v. Wade, Steinem cubrió un "speak-out” sobre el aborto para la revista New York, un evento al que ella llamó "gran clic" y su despertar feminista. Ella misma abortó cuando tenía 22 años, y su descripción de la experiencia es esclarecedora y a la vez empoderadora: “Se supone que [el aborto] nos hace una mala persona. Pero nunca sentí eso; fue la primera vez que asumí la responsabilidad de mi propia vida. No iba a dejar que las cosas me pasaran. Iba a dirigir mi vida.”
Por último, mostró cómo hacer que nuestra ira funcione a nuestro favor. Steinem alguna vez dijo "la verdad te hará libre, pero primero te hará enojar". La ira sigue siendo un tabú para las mujeres, aunque un gran motivador. Una vez le preguntaron si sentía que las mujeres de hoy son malagradecidas por los logros de la segunda ola de feminismo, ella respondió: "Espero que sí ... Nuestro trabajo no es hacer que las mujeres jóvenes se sientan agradecidas’. La gratitud nunca radicalizó a nadie. Tuvimos que enojarnos por nosotras mismas; ‘No andábamos por ahí diciendo 'Muchas gracias por darnos el voto’. Nos enojábamos porque éramos tratadas de manera desigual, y se enojaron ellos también".
Los anteriores son sólo algunos ejemplos de cómo la literatura feminista ha impactado la vida de las mujeres. De la misma manera que lo hacen hoy en día autoras como Malala –hasta hoy la mujer más joven en recibir el premio Nobel de la paz– y cuyos esfuerzos por promover la educación de las niñas la ha llevado a recorrer el mundo, o Chimamanda Ngozi Adichie, una de las literatas más influyentes de África en la actualidad. Sin duda, el panorama ha comenzado a tomar una apariencia distinta y se dirige, poco a poco, hacia un contexto de mayor equidad gracias a los diversos esfuerzos que miles de mujeres realizan día con día. Guardando las proporciones correspondientes, es posible afirmar que en la lucha feminista y su impacto social, la producción literaria ha sido uno de los más grandes impulsores.