"Pom Pom" - Ariel Pink

La tercera canción del álbum debut de la banda inglesa Scritti Politti, Songs to Remember (1982), se llama “Jacques Derrida”, escrita y cantada por Green Gartside, principal miembro de la agrupación y gran aficionado del afamado filósofo de la deconstrucción. En 1983, durante una clase en la École Normale Supérieure de Paris, estudiantes de Derrida le mostraron la canción con avidez, evento que suscitó el primer encuentro entre Green y Jacques. El tema de conversación: la noción de la expresión espontánea y sin mediación. Tiempo después, Green se expresaría acerca de esto en una entrevista con el crítico Simon Reynolds: “Cuando conocí a Derrida, me dijo que lo que yo estaba haciendo era parte del mismo proyecto de deshacer y trastornar el sentido que él mismo estaba proponiendo. Derrida ha escrito que lo que caracteriza al músico, y lo separa del resto, es la posibilidad de la carencia de significado. Ese trastorno del signo siempre ha sido parte de mi experiencia con el pop, desde los primeros momentos – el pop se trata del abuso del lenguaje”.

Es posible pensar en la música como algo que deshace, interrumpe y desorganiza el lenguaje debido a que sobrepasa sus límites semánticos. La música apela a una sonoridad sin discurso; en la medida en la que ésta no es semántica, pues carece de un fundamento sólido de significado. La música de Ariel Pink, como la de Scritti Politti, acude de forma referencial a los significados que puede dar al sexo, al amor cortés y a las historias de fantasías; circunscribe y da nuevas perspectivas a algo que no necesariamente está entero ni es completamente definido en la realidad.

Ha pasado ya más de una década desde que Ariel Pink salió de un cuarto rentado en Crenshaw, California, con carretes de cinta magnética repletos de canciones de amor, todas pop, autodestructivas y zanquivanas. The Doldrums (2004) y Worn Copy (2004), álbumes que sacaría a nombre de Ariel Pink’s Haunted Graffiti a través de la disquera independiente de la banda pionera del indie hipnagógico Animal Collective, transformaron la percepción de la ciudad de Los Angeles como semillero y remanso del indie e inspiraron una serie movimientos resurreccionistas que priorizan la autoproducción: desde nuevos artistas lo-fi y la cultura del cassette, hasta el surgimiento de los géneros que que se fían de la producción musical de recámara.

Las muecas irónicas, el toque cursi y un ya característico espíritu retro-maníaco (re)definen Pom Pom, segundo álbum que Ariel Rosenberg lanza sin utilizar el nombre de su banda (El primero es Witchhunt Suite for World War III (2007), un sencillo digital lo suficientemente denso como para conformar el imaginario de un álbum entero).

Si Mature Themes (2012) era un álbum en el que nos encontrábamos con un Ariel Pink recuperándose de un rompimiento amoroso, en Pom Pom le seguimos el juego en una cacería sexual y emancipadora, con sus destructivas consecuencias. Las narrativas encontradas en canciones como “Lipstick”, cuya instrumentación especialmente reminiscente del new wave ochentero asiste en contar la historia de un casanova/depredador que sonríe mientras amenaza a una chica con llevársela a sus adentros. "Wash me in blood" suena repetidas veces en una voz baja que hace que la canción parezca un tributo reminiscente de la voz de Peter Murphy de Bauhaus.

“Lipstick” es seguida inmediatamente por “Not Enough Violence”, canción en parte escrita por el novelista contemporáneo Alex Kazemi. En esta canción, Ariel continúa el uso de recursos convencionales de la estética goth para continuar con la historia retorcida del personaje descrito en la anterior pista. Las melodías incluso recuerdan levemente a “One Hundred Years”, canción que abre Pornography (1982) de The Cure.

En su reseña del álbum en cuestión para Pitchfork , Jeff Weiss continuamente hace evidente la lucha sexo/amor que se presenta dentro del imaginario de Pom Pom. Este antagonismo es sin duda uno de los temas principales debido a la continuidad que se le puede dar con respecto al lanzamiento anterior de Ariel. "Sexual Athletics" es un muy bello ejemplo de la paradoja discursiva del álbum. En ella, Ariel Pink utiliza de nueva vez cambios radicales en la estética sonora para transmitirnos las dos caras del deseo expresado. Al inicio, recibimos recibimos letras llenas de alardes y una desinhibida imágen de perversión sexual (haciendo referencia, de hecho, a Alice in Wonderland de una forma hilarante y clara al punto de la confusión entre la perversión y la inocencia infantil); inmediatamente después, escuchamos un coro que reza "all I wanted was a girlfriend", que nos recuerda a su amistad con Christopher Owens de Girls, con quien llegó a portar la bandera de la debilidad de corazón hombro con hombro. De alguna forma, la validez del argumento se pierde dentro del mismo y hace que tengamos la capacidad de preguntarnos en última instancia si es relevante pensar en la cuestión del amor viniendo de Ariel Pink, o si es simplemente un chascarrillo al que nos tiene muy mal acostumbrados.

Pom Pom, hasta cierto punto un álbum conceptual, también incluye meloso y jangly sencillo “Put Your Number in My Phone”. En la letra de la pista, seguimos a un Ariel que ruega dulcemente por conocer mejor a una chica de un puesto de tacos en el Eastside de Los Angeles, para después botarla decisivamente por medio de un correo de voz que escuchamos al final de la canción. La naturaleza de la temática nos hace pensar que puede ser un guiño intencional y bien planeado a miles de canciones que hablan de una temática similar; incluso su contexto histórico nos lleva a pensar que “Put Your Number in My Phone” es, probablemente, una versión ironizada y pasada por un filtro surrealista del inmencionable hit "Call Me Maybe" de Carly Rae Jepsen. Ya sea como mofa o un simple tema de referencias cruzadas y discursos entrelazados por el concepto del smartphone, "Put Your Number in My Phone" es una de las canciones de anhelo más representativas de las últimas décadas.

El final del álbum, “Dayzed Inn Daydreams”, no requiere ni si quiera una serie de discursos engañosos para inmiscuir al escucha dentro de la bipolaridad de Rosenberg. Los cambios esquizofrénicos en la estructura de la canción nos remiten más a un anacronismo y ayuda a recordar a un Ariel que se encontraba lejos de ser una persona famosa, menos controversial y de ninguna forma reconocida como un héroe del pastiche y la reproducción estilística.

Dentro de la narrativa de Pom Pom, Ariel Pink pasa de identidad en identidad, de rockero a rana (como en "Exile On Frog Street") y de adolescente a adulto  (como podemos escuchar en la canción "Picture Me Gone") en menos tiempo de lo que imaginamos. La temporalidad en la música de Rosenberg es algo líquido y absurdo; sus elementos sonoros y las instrumentaciones cambian de forma como cuando surgen palabras compuestas o absurdamente se re-significan nombres de productos que llevan utilizándose durante años. Del pañuelo deshechable al "Kleenex", de la cinta adhesiva al "Diurex" y de Scritti Politti a Pom Pom. Una hora con ocho minutos son suficientes para abstenerse de negar cualquiera de las múltiples y ridículas, aunque cautivadoras, facetas de Ariel Pink.

El disco físico del extracto lo pueden encontrar en la Roma Records, que se encuentra en Álvaro Obregón 200, Colonia Roma. Para más información visiten su sitio web: laromarecords.com

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