Todas las fotos cortesía de MUTEK
Justo antier cuando se hablaba del punto de ebullición del subsuelo electrónico nacional, ahora MUTEK sorprendió con el venue que hospedó Play 2: El sótano de un restaurante en la calle López del Centro Histórico.
Los artistas fueron ubicados justo en el centro de una especie de cuadrilátero, un escenario bastante ingenioso con visión periférica, un espacio idóneo para entender más a detalle el techno irreverente de Las Brisas, quienes a base de abstractas improvisaciones vocales calentaron la noche para Los Mekanikos, quienes dejaron muy tibias las paredes del Foro Normandie con una coreografía al estilo Kraftwerk.
Superstudio llamó la atención por la interacción lumínica que se generó durante su presentación: Barras de led encendiéndose al ritmo de los sintetizadores de Jerónimo. Fue curioso que la lluvia elevara la temperatura de la noche porque de un momento a otro el agua que caía en la calle se comenzó a filtrar hacia el sótano donde todos bailaban.
Se formaron cascadas diminutas que después se convertirían en charcos. A pesar de haber sido erradicados por el personal de limpieza, la evaporación de estos se combinó con el sudor provocado por la audaz alemana. Lena Willikens, con un set de casi hora y media, se llevó el aliento de los presentes.
Pasadas las primeras dos horas de la madrugada del viernes, un par de estrobos acompañaron rítmicamente las percusiones violentas de Paula Temple. Los exóticos bailes y el ambiente industrial de inmediato lanzaron la referencia de la épica fiesta en Zion, la ciudad que se plantea dentro de la diégesis de la trlogía de The Matrix.
Mutek, un festival que procura las artes digitales y la música de avanzada, termina su segunda noche con déjà vus cinematográficos furísticos.
Aquí unas fotos tomadas por el staff del festival: