(Sexto Piso, 2008)
Cinco cuentos en los que el autor israelí traza universos tan asequibles como imposibles. En cada relato, Etgar Keret retrata la cotidianidad y divaga entre lo absurdo y la muerte, combinando el humor, la ironía y la nostalgia, elementos que se han vuelto característica y clave del éxito del escritor.
Pizzería Kamikaze es el relato más extenso y el que da título al libro. Haim, el protagonista, es un hombre común que, después de suicidarse, va a parar a un universo habitado por todos aquellos que decidieron acabar con su existencia. El mundo al que ha llegado Haim no dista mucho del que conoció en su vida pasada, y es que no es un universo especial, es la vida misma: con platos sucios, accidentes automovilísticos e imbéciles hambrientos de fama y poder. El único elemento que separa a este nuevo mundo del anterior, es que esta vida no tiene final posible. Keret construye un universo exacto en el que la muerte deja de ser inherente y el paso de los días tan aburrido y monótono como en la vida anterior.
Los personajes que habitan en los distintos mundos creados por Keret, resultan ser muy peculiares, e incluyen desde un hombre que, como no pudo llegar a ser Dios, decidió ser conductor de autobús y procurar el bien común; hasta un útero que, de tan bello, fue donado a un museo. En “El coctel del infierno” el lector tendrá acceso al pueblo de Uzbekistán: lo único que hace atractivo a este lugar es que se encuentra junto a las puertas del infierno. Las personas que salen de él (cada cien años), hacen de este pueblo un sitio interesante. El día en que las puertas del infierno desaparecen para siempre, los habitantes mueren de tedio.
Un libro para leer entre risas y de una sentada. El escritor israelí teje hilarantes analogías por medio de mundos que le dan la vuelta a lo ordinario y confirman dos cosas: lo absurdo de la vida y lo paradójico de la existencia humana.