La película de la semana: 'No'
Justo en el fin de semana de elecciones intermedias en nuestro país –y en medio de un clima de polarización de la opinión pública que enfrenta cada vez más a un pueblo al que se califica como “bueno o malo” y se le llena de etiquetas– el cine es un territorio capaz de recordarnos que el simple ejercicio de la democracia es algo que hay que festejar.
Por ello, nuestra película de esta semana es No, cuarto largometraje como director del también guionista y productor chileno Pablo Larraín que con ella coleccionó premios y aplausos en festivales como Cannes, Toronto, San Sebastián y Locarno.
Responsable de cintas tan interesantes como Ema, El club, Neruda o Jackie, Larraín cierra con No, una trilogía sobre la dictadura militar en su país que incluye también las cintas Tony Manero y Postmortem. En las tres revisa no sólo un tema fundamental de su filmografía como la obsesión con el poder, sino también la descomposición del tejido social y los estragos de la violencia que ha dejado tras de sí en la sociedad chilena un régimen militar autoritario.
Contada desde la posición del más débil, o al menos del que no se encuentra en la posición dominante, No relata la épica personal de un joven publicista que se encarga de liderar los esfuerzos creativos que conseguirán, gracias a una campaña de anuncios televisivos, que Pinochet pierda el plebiscito de 1988 y convoque a elecciones.
Así, una vez más un retrato construido desde una película nos sirve como metáfora y espejo y nos permite mirarnos en él para aprender y avanzar. Para recordar que, además de que los pueblos latinoamericanos nos parecemos más de lo que a veces reconocemos, el camino más corto hacia convertirnos cada vez en un mejor país pasa por el ejercicio de la democracia y la búsqueda de consensos.
Por eso merece mucho la pena ver No estos días en Netflix o Amazon Prime Vídeo y recordar que el camino que queda por recorrer aún es largo.
El More