La película de la semana: 'Cosas imposibles'
Cuando se habla del cine hecho en México en los últimos años se suele caer –tal vez como un reflejo de la polarización que se vive en nuestra sociedad en muchas otras esferas en estos días– en el uso de etiquetas y descalificaciones que no aportan nada positivo. Lo mismo podemos encontrar a quienes señalan que nuestra industria sólo produce comedias románticas intrascendentes o a los que, por otro lado, se quejan de las películas que ganan festivales en el extranjero gracias a una crudeza, a la que acusan de lucrar con una realidad social particularmente compleja.
Lo “comercial” y lo “autoral” que viven en conflicto, en realidad, solo en las mentes de quienes entienden el mundo como una pelea constante.
A mitad de camino entre esos dos supuestos cines, o de esos dos prejuicios que sería bueno reconocer, de una vez, para dejar de caer en el juego que proponen, se encuentra Cosas imposibles del realizador veracruzano Ernesto Contreras.
Quinto largometraje de ficción de su director, responsable de cintas como Párpados azules, Las obscuras primaveras o Sueño en otro idioma, Cosas imposibles se revela como la más luminosa y amable de todas sus obras hasta la fecha. Como una historia que, además de proponer reflexiones pertinentes sobre nuestra realidad, abraza al espectador con calidez.
Retrato de la soledad y la empatía entre dos personajes que, tras haberlo perdido todo, necesitan volver a empezar. La película aprovecha la solidez de un guion impecable y la extraordinaria química de sus actores principales, una Nora Velázquez espléndida y un Benny Emmanuel entrañable, para recordarnos que no hay viaje mas interesante que el que se emprende para enfrentar a los fantasmas y miedos propios; lo mismo da que estos vengan del pasado o de la incapacidad de asumir la propia identidad frente a los demás.
Una muestra más del talento y madurez de un autor que, sin renunciar a los temas de toda su filmografía ni a hacer un comentario social sobre lo que le preocupa, interesa y entretiene al tiempo que deja un gran sabor de boca.
Ni historia tremendista ni comedia insulsa. Cosas imposibles es una de esas cintas que ayudan a luchar contra los prejuicios que pesan sobre nuestro cine. Más películas así para tiempos como los que vivimos.
El More.
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