Com muito orgulho, com muito amor Hoy nos despedimos de estas benditas tierras, tras medio mes de estadía, tierra de samba y futebol, donde casi todas las palabras se rematan con el sufijo “inho”.
Brasil es un país que irradia un amor profundo al balompié y a su propio lema nacional: Orden y Progreso. Bajo esa convicción cantaban, con orgullo y pasión, en cada estadio: “Eu sou Brasileiro, com muito orgulho, com muito amor” Así sonó el país de color amarillo y azul.
Nunca serán excesivas las lisonjas a toda la gente brasileña. Con una gran alegría y amabilidad reciben a los visitantes. Los taxistas son un termómetro de la psiqué colectiva y nos encontramos con entrañables personajes: uno que nos enseñaba el video de su talentoso hijo violinista, otro que se reía cuando cantábamos en español y aquel que nos tuvo mucha paciencia para encontrar nuestro destino final.
Río de Janeiro, la primera y única capital de un Imperio Europeo en América, es la Ciudad Maravilla que se sobrepuso a las adversidades naturales para desenvolverse en las aristas de la bahía Guanábara. Los barrios de Río muestran su crisol cultural y un inexpugnable vigor deportivo retratado en las miles de personas que se ejercitan al aire libre. El orgullo carioca se delata a través de sus cuatro equipos profesionales de fútbol. Maracaná, santuario verdeamarelha, exhibió su nuevo rostro. Totalmente renovado para recibir a los campeones de las Confederaciones de la FIFA.
El Cristo que envuelve y protege a la ciudad nos redimió con su magnificencia. En el morro del Corcovado nos conmovimos del panorama de la bahía descubierta el mes de enero de 1502. Iluminado por las noches y visitado en el día. No es una gratuidad caprichosa que haya sido nombrado como una maravilla del mundo moderno.
La sede de la alegría, Fortaleza, capital del estado de Ceará. La ciudad brasileña más cercana a Lisboa y con enormes muelles por los cuales caminamos bajo la cálida brisa marítima de las aguas atlánticas.
El Estadio Castelao es una admirable obra arquitectónica. Aquí se llega en bicicleta colectiva y se retira en mototaxi. El transporte público tiene peculiaridades. El encanto disímil a lo establecido. La cultura del ingenio para optimizar la infraestructura de un lugar.
Ciudad minera, capital de Minas Gerais. Belo Horizonte, distinguida por su alta calidad de vida y rica vida universitaria. El Estadio Mineirao, en lo alto de una colina de Pampulha, centro ecológico y cultural que cuenta con museos, iglesias, un lago y aeropuerto. Las vistas son privilegiadas desde el inmueble que acoge al Cruzeiro.
Los belohorizontinos se enorgullecen de que su ciudad haya sido la primera urbe planificada de Brasil con estrictos planos de calles rectas, diagonales y una avenida que contornea su núcleo.
Brasil, muéstrate orgullosa de tus bellezas naturales, herencia social y patrimonio futbolístico, porque con mucho amor lo has sabido expresar.
Gracias a adidas México por otorgarnos el #PasaporteAdidas que nos trasladó a este suelo para relatarles nuestro cotidiano periplo.
Gracias a ti, estimado lector, por darnos la oportunidad de transportarte hasta las tierras mundialistas.
Hasta la próxima.