Cada siglo, desde la conquista, ha habido al menos una pandemia en México

Cada siglo, desde la conquista, ha habido al menos una pandemia en México

¿Sufrimos una epidemia cada siglo en México?

La pandemia del COVID-19 es una calamidad que nos afectó a todos a nivel global, sin embargo en México no es para nada un hecho aislado, pues la historia de nuestro país nos demuestra que ya han sucedido otras epidemias antes.

A lo largo de este texto se demostrará de forma general como cada siglo se ha dado por lo menos una pandemia desde la llegada de los españoles. Para este recorrido histórico se han tomado en cuenta algunas investigaciones tanto de la Red de Historia Demográfica como de otros académicos especializados, así como información de páginas de noticias y otras webs pertinentes. 

La Conquista virulenta – Años 1500

La más conocida de todas es la de la supuesta “viruela” que ayudó a los conquistadores españoles a tomar Tenochtitlán. Según el investigador Francisco Guerra de la Universidad de Alcalá de Henares, fue traída a México por la gente de Pánfilo de Narváez, quien llegó desde Cuba con la intención de apresar a Hernán Cortés.

Luego de dirigir un ataque nocturno al campamento de Narváez en Cempoala, Cortés logró derrotarlo, aprensado a varios de sus hombres e integrándolos a sus tropas, entre ellos venían los contagiados. La enfermedad se difundió rápidamente entre los Tlaxtaltecas que seguían a Cortés y luego entre los Mexicas que resistían la invasión española.

David Ruiz Marull explica además en un artículo del Diario español La Vanguardia que los síntomas eran “fiebre alta, piel llena de puntos rojos, vómitos, hemorragias de forma abundante, delirios, disentería y convulsiones”. 

Aproximadamente desde abril de 1520 hasta enero de 1521, los estragos del “huey cocoliztli” (gran mal) provocaron entre 12 y 15 millones de muertos de una población de 25 millones de mesoamericanos, entre ellos al Tlatoani Cuitláhuac que dirigía la defensa de Tenochtitlán, provocado no por la viruela si no en realidad por la Salmonella Enterica, una de las seis subespecies de la Salmonella, relacionada con la fiebre tifoidea, esto según un estudio que Vågene, Å.J. y otros investigadores publicaron en la revista Nature Ecology & Evolution.

Pedro Canales Guerrero, investigador de la Universidad Autónoma del Estado de México, reporta que en 1525 hubo una epidemia que los indios llamaron “Cocoliztli”; algunos historiadores han propuesto que se trató de tifo, pero no parece haber tenido la importancia de las posteriores, a juzgar por la pocas evidencias documentales”.

El inicio del Matlazáhuatl – Mediados de 1500 y principios de 1600

La doctora Norma Angélica Castillo Palma de la UAM y un equipo de investigadores citan a Bernardino de Sahagún para referir que en 1547 se dio un brote de Matlazáhuatl (algunos investigadores sostienen que era la Peste Bubónica, mientras que otros dicen que fue la Tifus Exantemático) que los españoles llamaron “Tabardillo” o “pujamiento de sangre” (por el sangrado abundante) registrado en la zona de Texcoco cuyos síntomas eran hemorragias de sangre “y juntamente con calenturas, y era tanta la sangre, que les reventaba por las narices”.

El equipo de investigación agregó que el primer libro de medicina que se publicó en México: La Opera medicinalia de Francisco Bravo, está en su mayor parte dedicado a la enfermedad que “con brotes periódicos, diezmaba a la población mexicana”.

Para 1605 hubo una alta tasa de sobremortalidad infantil en Huexotla, perteneciente a Texcoco, Castillo Palma comentó que “los vehículos de contagio del tifo (eran) especialmente la lana de borrego y sus pulgones, así como los piojos en humanos” dentro de la zona que formaba parte de uno de los caminos reales que conectaba la Ciudad de México con el puerto de Veracruz.

Pero fue hasta 1631, que de acuerdo a estos investigadores de la UAM, Thomas Gage escribió: “por todo el país se propagó un tipo de enfermedad contagiosa, casi tanto como la peste, que llaman tabardillo. Era una fiebre en las mismas entrañas, que casi nunca llegaba el séptimo día porque generalmente llevaba en la tumba el tercero o quinto. El olor fétido que despedían los enfermos era suficiente para infectar al resto de la casa y a todo el que viniera de visita. La boca y la lengua despedían olor a materia podrida y antes de morir adquirían un color tan negro como el carbón. Poquísimos españoles fueron contagiados, pero los indios generalmente sufrían todos del mal. Se decía que la epidemia empezó por México y se propagó de pueblo en pueblo hasta llegar a Guatemala”.

El investigador de la Universidad Autónoma del Estado de México, Pedro Canales Guerrero propone que esta enfermedad fue en realidad la Tifo porque las ratas que contagiaban la Peste Bubónica no hubieran podido sobrevivir el viaje en barco desde Europa, además de que el Tifo humano afectaba principalmente a los adultos, pues quienes sobrevivían permanecían inmunes después. 

El Gran Matlazáhuatl – Años 1700

La investigadora del CIESAS, América Molina del Villar reporta que en agosto de 1736 “en un obraje de la ciudad de México, algunos indios enfermaron y murieron a consecuencia de una severa enfermedad llamada Matlazahuatl. El nombre náhuatl del padecimiento revelaba algunos de sus síntomas característicos: matlatl, que significaba red, y zahuatl, pústula o granos, o sea red de granos”.

Molina del Villar comenta que para la primera parte del año de 1737, esta enfermedad ya se había diseminado por varias partes del país, desde el altiplano central hasta el septentrión novohispano (Sonora y Durango). “Las cifras de muertos fueron elevadas, principalmente en las grandes ciudades del virreinato, como la Ciudad de México en donde murieron cerca de 40,157 tributarios y en Puebla fallecieron alrededor de 7,685 individuos, entre españoles, indios y castas”.

Sin embargo hubieron otros lugares que fueron mayormente devastados: “En Cholula sucumbieron 16,926 personas, mientras que en Querétaro, Silao e Irapuato murieron más de cinco mil”.

Esta investigadora comenta que “La política médica durante el Matlazahuatl no sólo estuvo encaminada a conocer y curar la enfermedad, sino también a prevenirla. Para contrarrestar esta enfermedad, las autoridades civiles y religiosas llevaron a cabo varias iniciativas, desde actos públicos (procesiones y novenarios) para implorar la intercesión divina, hasta la creación de lazaretos, inspección de boticas, prohibiendo algunas prácticas médicas y colocación de luminarias para sanear el medio ambiente”.

Pero esta pandemia también fue reportada en el periodo 1736-1738 en otras partes del país: en el Valle de Toluca por Verónica Flores Gutiérrez de la Universidad Autónoma del Estado de México; en Morelia, Pátzcuaro y Uruapan por el Dr. Oziel Ulises Talavera Ibarra de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo; en el Valle de Tlacolula, Oaxaca, por la Dra. Ana Rosalía Aguilera Núñez de la Universidad de Guadalajara y en Zacatecas por el Dr. Tomás Dimas Arenas Hernández del Centro de Actualización del Magisterio en Zacatecas, por nombrar algunas investigaciones.

Las Fiebres Misteriosas de la Independencia – Años 1800

Un par de años después del inicio de la Guerra de Independencia se desató la epidemia conocida como “fiebres misteriosas” que según José Gustavo González Flores de la Universidad Autónoma de Coahuila, tuvo su primera aparición en el “Sitio de Cuautla” de 1812, donde se enfrentaron Morelos y Félix María Calleja. 

Este investigador comenta también que “por los síntomas, se le ha asociado al tifo exantemático, enfermedad que se diseminaba con facilidad en condiciones poco higiénicas, falta de agua, alimento y hacinamiento de personas. El constante ajetreo de personas y tropas incidió decisivamente para que su dispersión fuese más veloz y efectiva, por lo que la epidemia se propagó por todo el oriente del obispado michoacano, como en casi toda la Nueva España entre 1812 y 1814”. La epidemia de este siglo es una de las menos comentadas por la historia de México, pero hay investigadores que han profundizado en las consecuencias demográficas que dejó en ciertas regiones del país.

Uno de los que más trabajo ha hecho en algunas parroquias de Tlaxcala y de la zona de Texcoco es el Investigador de la Universidad Iberoamericana, David Robichaux, quien en conjunto con el doctorante en Antropología Social Jorge Martínez, lideran un grupo de investigación compuesto principalmente por estudiantes del posgrado en Antropología Social (Maestría y Doctorado), ellos han encontrado resultados por medio de la revisión de registros parroquiales. 

Robichaux y Martínez utilizan los registros en línea de la página FamilySearch para trabajar los pueblos de Tepetlaoxtoc y Tepexpan en el Estado de México, reviviendo como era la vida y la economía de la región. Ellos comentan que “los datos de los registros matrimoniales y de información matrimonial revelan una amplia gama de oficios, destacando el de arriero, por encontrarse Tepetlaoxtoc en la ruta más importante entre México y Veracruz. Esto sugiere también una ruta de contagio”.

Además estos investigadores plantean que el “12 de abril de 1813 el virrey declaró que la epidemia estaba presente en la ciudad de México, donde se calcula que se murieron más de 20 mil personas. Esta cifra representa una proporción significativa de la población, ya que en 1811 la ciudad contaba con más de 168 mil habitantes, crecida por la migración de los que huían de la violencia del incipiente Guerra de Independencia. En 1813, se había reducido a un poco menos de 124 mil personas”.

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Aunque hay registros de que en Puebla y Tlaxcala ya estaba la epidemia en 1812, los meses con más afectación para la región Texcocana, según el equipo de investigación fueron en el verano de 1813, esto es después de haber llegado a la ciudad de México, permitiendo trazar por medio de mapas una ruta de la enfermedad. Además de que gracias a los registros de bodas, bautizos y defunciones han podido rastrear familias enteras que desaparecieron o nuevas familias formadas a partir del matrimonio de viudos.

Otros investigadores que han trabajado esa epidemia son: Jenire Escobar Sánchez y Miriam Aimé Torres Plata de la Universidad Autónoma del Estado de México en Almoloya de Juárez, Edo. Mex.; Juan Luis Argumaniz Tello de la Universidad de Guadalajara en esa misma ciudad; Celina G. Becerra Jiménez de la Universidad de Guadalajara y Carmen Paulina Torres Franco perteneciente a la Universidad Pedagógica Nacional ambas en los Altos de Jalisco, por nombrar algunos.

La Revolución de la Gripe Española – Años 1900

Las epidemias anteriores azotaron únicamente en América, sin embargo la que fue considerada la primera epidemia global fue la de la Gripe Española o Influenza, surgida durante la Primera Guerra Mundial en 1918, esta fue advertida en el frente francés por los países beligerantes, quienes evitaron mencionarla para no desmoralizar a las tropas. Sin embargo, España que se había mantenido neutral, reportaba sin restricciones las noticias sobre la actividad de esta enfermedad, según información que comparte la página de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermades (CDC).

La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera a esta la más mortal de todas las pandemias al causar la defunción de entre 20 y 50 millones de personas alrededor del mundo y aproximadamente 1.800 millones de contagiados entre 1918 y 1920 (un tercio de la población mundial de aquel entonces), provocando una revolución mundial respecto a la peligrosidad de las enfermedades.

Según el diario El Universal, luego de registrarse casos en Estados Unidos, primero entre soldados que volvían de Europa y luego entre la población general, la Gripe Española llegó a México entre septiembre y octubre del 1918, diseminada por los barcos y el ferrocarril alcanzó rápidamente todo el territorio nacional afectando principalmente a la población de entre 20 y 40 años, así como a varios animales domésticos como perros y gatos.

Los síntomas eran: gripe, fiebre alta (40 grados), dolor corporal, diarrea, vómitos, hemorragias y dificultad para respirar, llegando a provocar un promedio de 1,500 a 2,000 muertes diarias para alcanzar un número total que ronda entre los 300 mil y los 500 mil difuntos en México. 

Cabe mencionar que aunque la Revolución Mexicana terminó oficialmente en 1917 con la proclamación de la Constitución Mexicana por parte de Venustiano Carranza, algunos historiadores la alargan debido a los periodos violentos que concretaron en 1924 la presidencia de Plutarco Elías Calles, el llamado “Jefe Máximo de la Revolución”.

El Nuevo Milenio y las pandemias – Años 2000

Empezando con la Influenza Porcina H1N1 a finales de la primera década del milenio, según la OMS, esta epidemia tuvo sus primeros dos contagios en un par de niños de San Diego, CA, Estados Unidos en marzo del 2009. Sin embargo la misma organización se contradice al comentar que el inicio de la pandemia también fue en una empresa de granjas porcinas en el poblado de La Gloria, municipio de Perote, Veracruz; dándose el primer caso o “paciente 0” en el entonces niño de cuatro años Édgar Hernández (al que incluso le hicieron una estatua que adorna su pueblo natal).

El Teniente Coronel y médico militar, José Antonio Frías-Salcedo refiere que a partir del 11 de abril del 2009 “se fue propagando en Estados Unidos y Canadá. Hasta que el 11 de junio de 2009, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró a la Gripe A (H1N1) como una pandemia mundial tras haberse registrado más de 30 mil casos en 74 países diferentes y como consecuencia de ello murieron 140 personas”.

Este médico militar comenta que “la influenza es de etiología viral, cambiante y con alta tasa de contagiosidad, se transmite por vía aérea y por medio de fomites con secreciones respiratorias; además de ser la causa más frecuente de ausentismo laboral y escolar con incalculables repercusiones sociales, políticas y económicas”. Agregando que “en personas susceptibles (obesos, embarazadas, hipertensos, diabéticos, neumópatas, bronquíticos crónicos, enfisematosos, asmáticos, pacientes con fibrosis quística e inmunodeficientes), se complica con procesos bacterianos (micoplasmas, estafilococos, estreptococos, clamidias, micobacterias) provocan insuficiencia respiratoria grave que amerita apoyo ventilatorio, debido a necrosis pulmonar, hemorragias y es capaz de causar la muerte”.

Durante esta epidemia se implementó el plan de la cuarentena en las personas, en el cual sucedieron distintos hechos, según el diario El Universal: el 28 de abril del 2009, un temblor de 5.7 grados Ritcher en CDMX dejó 14 edificios afectados, un incendio, así como caídas de árboles y postes. La pandemia obligó a cancelar eventos masivos, como la Feria de San Marcos en Aguascalientes o a posponerlos como el Festival Vive Latino que pasó de mayo a junio de ese año.

El mismo medio de comunicación señala que ya desde entonces circulaban mensajes con información falsa que se propagaban por Facebook, Twitter, YouTube y Messenger (aún no existía Whatsapp); la industria de la carne de puerco tuvo una caída grave en sus ventas y por el contrario aumentó la demanda de limpiadores, desinfectantes, enlatados y cerveza, especialmente de esto último. Además se realizó una producción interesante de memes que ayudaron a abordar con humor la pandemia.

El COVID-19 — 2020

Respecto al COVID-19, esta enfermedad comenzó según los medios de comunicación en un mercado de Wuhan, China a finales del 2019, polarizando a todo el mundo entre cuarentenas y contagios. Pero además restringiendo las actividades presenciales y traspasando las interacciones laborales, académicas y sociales al mundo de las tecnologías de comunicación.

Al igual que en 2009, se buscó que las personas se quedaran en casa para evitar múltiples contagios y al igual que en ese momento, las noticias falsas y la instrumentación política de la información se hizo presente. Al igual que los memes.

Las nuevas dinámicas virtuales y/o de alejamiento personal generaron ansiedad, depresión y otro tipo de padecimientos similares, afectando además la economía del país al detenerse las industrias no consideradas de primera necesidad.

Para principios de julio a nivel mundial habían 14.8 millones de casos confirmados, 8.34 millones de personas recuperadas y 612 mil muertes. Respecto al caso de México, el 20 de julio se reportaron 349 mil 396 casos confirmados y 39 mil 485 personas fallecidas.

A pesar de todo, ya varias instituciones médicas están trabajando en una solución, está la vertiente de quienes se enfocan en medicamentos para combatir el COVID-19 y la de los que se preocupan por una vacuna para prevenir la enfermedad. Hasta ahora son éstos últimos los que llevan un adelanto anunciado, como lo es la farmacéutica AstraZeneca, cuyo vicepresidente ejecutivo de investigación Mene Pangalos le comentó a CNN en Español que esta podría estar lista “en cualquier momento a partir de septiembre” si les salen bien los ensayos clínicos.

La carrera por un bien necesario, como lo son el fármaco o la vacuna que lograrán la detención total de la pandemia, se ha vuelto una necesidad primordial para la humanidad, así, una vez listo esperemos que el valor de mercado pueda estar disponible para todos y no sólo para las clases privilegiadas, pues habrá de primera instancia una sobre-demanda del mismo. Ya veremos si paulatinamente las diferentes compañías logran desarrollar tantas soluciones que abaraten el producto y democraticen el acceso a la salud. Pero eso sólo el tiempo lo dirá.


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