Nosotros cantamos con Björk

Nosotros cantamos con Björk

Foto vía Bjork (FB oficial)

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A principios de agosto, los productores de Björk encargaron al equipo de producción local que contactaran a un coro estudiantil para acompañar su concierto y espectáculo multimedia Cornucopia. Después de buscar un poco, dieron con Staccato, Coro Universitario de la UNAM, especializado en música contemporánea a cappella y con catorce años de trayectoria nacional e internacional, dirigido por el maestro Marco Ugalde. Yo canté en este coro durante cinco años, y felizmente pude integrarme al proyecto.

Bergur, el director musical de Björk, me confesó que estaba un poco nervioso porque todos los coros con los que habían trabajado llevaban más de tres meses estudiando la música para cuando empezaron a dar conciertos. Nosotros nos tuvimos que rifar en dos semanas. Como se imaginarán, el reto era enorme. La música de Björk no es nada fácil y todas nosotras tuvimos que, prácticamente, poner nuestra vida en pausa por un mes entero para trabajar en sesiones maratónicas de estudio, ensayos, grabaciones, sound checks y conciertos. Poco a poco nos fue cayendo el veinte de los altísimos vuelos de la producción de la que formábamos parte.

Todos sus músicos son unos malditos genios: Bergur Þórisson (a cargo de la electrónica y dirección musical, quien por cierto presenta su álbum nuevo Varða esta semana), Ruth Bennett (la arpista), Viibra (el septeto de flautistas, o “Flutopians”), y Manu Delago (percusiones). Entre músicos de semejante calibre, nos sentíamos un poco como los colados, pero el resto de los músicos y del equipo inmediatamente nos hicieron saber que éramos parte del equipo. Había una sensación de camaradería muy horizontal entre todos.

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No nos trajeron su espectáculo:
hicimos algo juntos.


Al igual que las flautistas, la mayoría de los coralistas venimos del mundo de la música clásica. Estamos acostumbrados a escenarios pequeños y a hacer nuestra música en condiciones óptimas para nuestra concentración. Por mucho que hubiéramos ensayado, enfrentarse por primera vez a un auditorio lleno de personas eufóricas con bajos que braman a todo lo que da, confeti cayendo sobre nuestras cabezas y distracciones por todas partes, es absolutamente desconcertante. Nada te prepara para esto. En la canción de “Body Memory”, por ejemplo, teníamos que leer con un ojo una partitura complicadísima, llena de contratiempos y disonancias, mientras que con el otro, estábamos viendo un blinker en la cabina del recinto para estar al tanto del tempo, que va muy rápido. El órgano retumba en todas partes, no puedes distinguir el pulso de la música y no puedes escuchar ni tus pensamientos, mucho menos lo que tú o tus compañeros están cantando. No te puedes distraer ni por un instante porque pierdes el hilo.

Las demás canciones tenían que cantarse de memoria, y teníamos que estar muy conscientes en todo momento de en qué momento de la rola estábamos. Algo que aprendimos muy pronto es que no puedes seguir a Björk, porque ella canta algo distinto cada vez. Al revés, teníamos que ser la base sólida sobre la que ella pudiera improvisar.


Foto vía Bjork (FB oficial)

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Para “Hidden Place”, por ejemplo, el arreglo era totalmente a cappella, es decir, para coro, sin acompañamiento instrumental. Musicalmente no era la pieza más difícil, pero iba de memoria y si nos descarrilábamos, no había una pista electrónica u otro instrumento que nos pudiera salvar: éramos sólo ella y nosotros. Es muchísima responsabilidad y todos estábamos muy nerviosos. Además de estar pendientes de nuestras líneas, el tiempo y el sonido del coro en general, teníamos que mantenernos firmes ante las locuras e improvisaciones que se le ocurriera hacer a Björk en el momento (por ejemplo, nadie nos advirtió que Björk da patadas al piso cuando se prende). Según fueron pasando los conciertos, nos fuimos sintiendo más cómodos. Björk se fue soltando más y empezó a improvisar encima de nosotros. En los últimos dos conciertos realmente sentíamos que estábamos jammeando juntos, creando algo nuevo, efímero y único.

Como he platicado en mi programa Clásica para desmañanados (transmitido por 90.9 los domingos a las 10 am), en su música, Björk combina y contrasta la naturaleza con la tecnología. Como espectador, la experiencia dirigida por la argentina Lucrecia Martel es multisensorial y extrema. La estética de todo el concierto es orgánica. El escenario está hecho de estructuras que parecen hongos, los vestuarios hacen a los músicos parecer seres mitológicos acuáticos y los intricados visuales están llenos de formas orgánicas, flores y raíces. Las canciones seleccionadas y los visuales que la acompañan son reflexiones profundas sobre la condición humana, con un énfasis especial sobre el medio ambiente y la reivindicación de lo femenino.

Algo que aprendimos muy pronto es que no puedes seguir a Björk, porque ella canta algo distinto cada vez. Al revés, teníamos que ser la base sólida sobre la que ella pudiera improvisar.


Lo que hace tan especial a la música de Björk es que hace uso de todos los recursos de la música clásica contemporánea: melodía, armonía, arreglos e instrumentación. Pero también explota plenamente los recursos del mundo de la música comercial: sonidos electrónicos, equipo de audio de primer nivel, visuales complejísimos. Incluso se construyeron instrumentos especialmente para el concierto: cuatro flautas unidas en un círculo para formar una gran Flauta Circular, una “Segulharpa” (arpa electromagnética) y una cámara de reverberación con un diseño orgánico donde el sonido de la voz o la flauta reverbera naturalmente. Otros instrumentos inusuales que acompañaron el concierto fueron el Aluphone (instrumento de percusión hecho de campanas de metal afinadas), el Xylosynth (xilófono-sintetizador) y pipas de órgano que generaban sonidos gravísimos que retumban en los huesos.

Para cada gira, Björk y su equipo escriben arreglos nuevos. Incluso cada lugar en el que se presentan dentro de la misma gira llevan arreglos nuevos. Es decir, lo que se escuchó estas semanas en México no se volverá a escuchar nunca más en ninguna parte. Para esta gira, la dotación instrumental fue septeto de flautas y arpa, que es extremadamente inusual, incluso dentro del mundo de la música clásica. Y cuando un arreglo está bien hecho, es casi como una nueva canción. En esta gira, creo que lo más destacable fue el arreglo a cappella de “Hidden Place”, el arreglo con percusiones de ”Mouth’s Cradle” y el arreglo de “Venus as a Boy” para flauta y voz.

Foto vía Bjork (FB oficial)

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Björk no convivió mucho ni con sus propios músicos ni con nosotros. No tuvimos oportunidad de platicar con ella, pero siempre fue muy linda y cordial. Tampoco ensayamos con ella. Los ensayos generales y sound checks se hacían con una pista de su voz. Björk estaba viéndonos atentamente desde las butacas, y nos daba notas después de cada pieza. Me dio la impresión de que intenta utilizar su voz cantada lo menos posible alrededor de los conciertos para poder darlo todo cuando está en el escenario. Por lo mismo, necesita varios días de descanso entre un concierto y otro, lo cual incrementa los costos de la gira y, por lo tanto, de los boletos.

Después del último concierto, Björk pasó al camerino a agradecer nuestro trabajo y echarnos un montón de flores. Estaba contenta. Nos dijo que fue el mejor “Hidden Place” que ha escuchado. Me dio la impresión de que buscó un coro local con toda la intención de hacer música colaborativamente con los jóvenes del país. Es decir, no nos trajeron su espectáculo: hicimos algo juntos. Además, ella busca rodearse de jóvenes y adopta un papel de mentora de las nuevas generaciones de músicos, nutriéndose de nuestra energía a la vez que nos inunda de su experiencia.

Foto vía Bjork (FB oficial)

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Personalmente, Björk ha sido una enorme influencia en mi trabajo como compositora y directora coral. Recuerdo muy claramente haber estado de público en el concierto que dio en Guadalajara durante su Volta Tour. Recuerdo haber visto al coro y jurar: “Algún día voy a estar ahí”. Y pues ahí lo tienen, los sueños sí se cumplen. Y sí, se rebasaron todas mis expectativas. Y Björk sigue y seguirá siendo mi mentora y mi maestra, ahora desde un lugar muy profundo y aún más personal.

Sentimos un gran apoyo del público, especialmente el último día, cuando nos recibieron con Goyas y casi nos hicieron llorar a todos. Fue impresionante sentir la energía del público eufórico. Ya entendí por qué la gente se vuelve adicta a esto. Quisiéramos que nunca hubiera terminado esta experiencia, pero no nos queda más que volver a nuestras vidas de simples mortales y atesorar esta experiencia en nuestros corazones, el momento en que tuvimos la oportunidad de hacer música con una de las almas más potentes y creativas de nuestra época.


Elisa Schmelkes

Elisa Schmelkes

Es locutora de Clásica para desmañanados, todos los domingos a las 10 am por Ibero 90.9. Además es compositora, directora del No Coro y ha sido coralista toda su vida. Puedes escuchar su programa sobre Björk aquí.


Testimonios

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“Personalmente, me impactó que la producción de este show se parecía a la de una ópera: mientras los músicos están en el escenario cantando o tocando, en el backstage hay una complejísima maquinaria de decenas de personas que operan los videos, la escenografía, las cortinas, hay encargados de vestuario y de logística, técnicos supervisando y montando partes del escenario... Sentí una satisfacción muy grande porque el resultado de esta coreografía tan precisa es un espectáculo de altísimo nivel. Y para aquellos de nosotros que ya veníamos con un conocimiento y un gusto por la música de Björk, la experiencia fue aún más especial”.

Aura González, soprano 


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“Me impresionó muchísimo la organización del evento y la coordinación de la producción, pero más me impresionaron la cantidad de aplausos que recibimos como coro, como mexicanos y como Pumas de la UNAM.

Tuve un momento muy especial con una de las flautistas: en un paseo que dimos por Xochimilco comentó que le encantan los "vochitos". Yo tengo uno, y me ofrecí a enseñárselo y a que lo manejara. El último día de concierto me buscó a la hora de la comida para decirme que ya estaba lista y nos fuimos al estacionamiento. Al ver el vocho de lejos comenzó a gritar de emoción. Nos subimos al coche y no podía con su felicidad (y yo tampoco, me contagió toda su emoción). Arrancó y le dimos una vuelta al estacionamiento del Parque Bicentenario, ella iba gritando y sonriendo. Como el volante es un poco duro, ella me dijo "You are strong", y entonces empecé a cantar esa frase de la canción "Tabula Rasa" de Björk. Nos la pasamos cantando toda la vuelta”.

Linda Elizabeth Andrade, contralto


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“Estábamos compitiendo con otro coro para cantar en este concierto, y tuvimos que grabar un video cantando Mouth's Cradle para que Björk decidiera con qué coro se quedaba. Ese día estuve muy nerviosa, hasta que nos enviaron la foto del correo que envió ella misma diciendo que se quedaba con Staccato. ¡Ese fue uno de mis días favoritos en la vida! Fue en ese momento cuando dimensioné el gran reto que teníamos enfrente.

Hubo un momento en el que estábamos ensayando y de pronto llegó Björk y se paró frente a nosotros. Nos estaba escuchando y nos estresamos mucho porque estaba seria y atenta. Al final Björk nos dijo que lo disfrutáramos e incluso que la hicimos llorar. Todos respiramos, nos relajamos y ella nos dio fuerza y motivación para seguir adelante.

Odilón [el productor local] nos dijo ‘Björk lloró dos veces, eso significa que están haciendo un buen trabajo’. Él siempre encontraba un momento para hacernos reír o para subirnos el autoestima con frases como ‘Björk los escogió’, ‘Esto se lo ganaron’, ‘No trabajan para ella, ¡trabajan con ella!’“

Ana Andrade, soprano


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“La vez pasada que vino Björk al Auditorio Nacional ella estaba en su ruptura y yo en la mía. En esta gira, Cornucopia, ella sale de su duelo y habla de abundancia y cosas nuevas. Yo también estoy en ese momento de mi vida, me han pasado muchas cosas buenas y esta es una de ellas. En su música, ella es muy sincera, muy genuina. Como psicóloga, mi trabajo es escuchar historias y entiendo su proceso de manera muy humana, me conmueve mucho.

Uno de los temas del concierto es la reivindicación. En mi trabajo veo a muchas pacientes mamás solteras que tienen que lidiar con hombres que las abandonan o que no cumplen acuerdos. En su canción Tabula Rasa, Björk exhorta a que dejemos de aceptar esto agachadas y escribamos nuestra historia en nuestros propios términos. Cornucopia es su forma de darnos fuerza para salir de un duelo o relación violenta, desigual, injusta”.

Diana Sánchez Pacheco, contralto


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“Björk siempre me resultó muy enigmática. Nunca había logrado entenderla realmente. Como público, la conocía de tiempo atrás, desde The Sugarcubes, y no terminaba de agarrarle la onda. Desde que la vi en vivo más recientemente, me resultó impresionante lo claro que tenía su mensaje artístico, y como la autenticidad definió su carrera. Ahí me hice fan.

Ya ahora, sobre el escenario, yo me situaba en la orilla del coro que quedaba más cerca de ella, hacia el centro del montaje. Durante el intro de Body Memory tanto ella como nosotros estábamos en silencio, pero ella de espaldas al público. En ese minuto, durante las 5 noches pude observar algo que podría parecer intrascendente, pero a mí finalmente me hizo entender un poco de quién es Björk.

Desde mi lugar le podía ver claramente el rostro, aún con las máscaras que llevábamos todos. Lo que noté fue que gesticulaba mucho, como si tuviera la boca seca. Parecía querer ordenar todo sutilmente, incluyendo su rostro, mientras se mecía en su lugar de adelante a atrás. Parecía querer acomodarse la ropa y prepararse para el momento de voltear. La vi vulnerable. La vi humana.

Detrás de esa monolítica artista, encontré alguien que, como yo, parecía concentrarse únicamente en que el concierto fuera lo mejor que podía ser. En sentir cada instante de cada canción. Concentrada en el arte.

Para cerrar, invitaron a integrantes del coro a subir a bailar Notget. Inmediatamente pedí yo subir en la última fecha, pues sabía que sería la más intensa porque los lugares del público ya no eran numerados.

Ahí, bailando, metido completamente en la experiencia y sintiendo cada nota, cada luz, cada instante, fue que Björk también bailando se acercó al coro, me miró y sonrió agitando las manos. Siempre dijo lo complacida que estaba con el coro, pero ahí, la vi realmente feliz. La vi entregada. Finalmente su arte cobró un nuevo sentido, y yo sonreí también. Fui feliz de sentirme en compañía de almas semejantes a la mía. Como la de todos en ese escenario. Como la de ella. Artistas”.

Manuel Camilli, compositor, multiinstrumentista, filmscoring, maestro

18 años de trayectoria. Amante de los tacos y de los Dallas Cowboys. Sección de Bajos del coro Staccato UNAM. / IG y TW: @mancamilli FB: Manuel Camilli


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“Lo que me cautivó cuando entré a Staccato fue el repertorio y el ambiente del coro, y creo que fue por eso que Björk nos notó. El equipo de producción siempre mostró la mejor disposición para trabajar en el poco tiempo que tuvimos para montar las piezas, y la retroalimentación de Bergur y Björk fue de mucha ayuda para lograr estos conciertos".

José Manuel Torres, bajo


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“Recibimos las partituras de Mouth’s Cradle y ese mismo día teníamos que grabar un demo para ver si Björk nos aceptaba o no. Ese día fue de trabajo maratónico, pero lo hicimos y logramos conquistarla”.

Gerard Estrada, tenor


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“Ha sido toda una experiencia trabajar con una artista de este tamaño. Desde que tengo memoria y me gusta el escenario, siempre la vi como un ente, y al darme cuenta que realmente es una artista completa, interdisciplinaria que siempre ha buscado, con su ser pero también con su generosidad... No es del todo pop, viaja por varios géneros, explora sonidos e instrumentos, ambientes y texturas nuevas y dando un espectáculo de primera. Como coro tuvimos que trabajar muchísimo para lograr lo que pedía la partitura, y además lograr escucharnos y vibrar con los músicos y con ella”.

Ingrid Gabriela, contralto


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“Fue una lección de vida haber formado parte de sus conciertos. Ella y su equipo construyen experiencias audiovisuales integrales que llevan al público a un viaje introspectivo, y ser parte de esa experiencia hace que se impregne su energía profundamente en tu cuerpo. Björk no es una artista normal. Ella encarna una sensibilidad de la naturaleza y de la vida, y emerge para compartirla con el público y con su equipo”.

Edsel Farid Toledo, tenor


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“Mi acercamiento a la música de Björk ha sido por dos vías muy claras, la emocional, que despierta en mí sensaciones y estados de ánimo, y la intelectual; que me deja absorto analizando sus progresiones, texturas, melodías y estructuras.

Esa experiencia musical se catapulta al máximo cuando escuchas la calidad y potencia del audio, cuando te cruzas con los músicos que llevan semanas en el tour y te percatas de eres parte de la maquinaria; una de las piezas que hacen funcionar el show. Cuando escuchas y ves a la artífice interpretándose a si misma, dando indicaciones, ajustando detalles, agradeciéndonos estar ahí haciendo arte junto a ella”.

Juan Manuel Pérez Castellanos, bajo 


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“Me gusta verme siempre como aprendiz en todo lo que hago, y esta vez la lección fue de una magnitud inesperada. Como artista escénico musical, pensar, ver y sentir el show desde el punto de vista interpretativo me ha inspirado muchísimo.  Dar un concierto es compartir con el público algo que sientes la necesidad de gritar porque para ti es verdad, porque tú crees en eso y quieres que tu público lo entienda.

De esa necesidad de gritar la verdad se desenvuelve todo lo demás. Fue muy impresionante ver cómo cada detalle está cuidado al máximo. La hechura de todo está muy bien pensada y ejecutada para fortalecer el discurso. Creo que esto sólo se logra con ayuda de un equipo de seres con quienes compartes tu visión del mundo, un equipo que se termina convirtiendo en tu familia. Se forma una comunidad que está dispuesta a gritar contigo. Ahí nace la magia.

Llegó un momento, mientras estaba cantando, en que me sentí parte de ese universo. Sentí que siempre había vivido ahí.  Fue maravilloso.

En cuanto a ella, me encantó sentir su sensibilidad, ver su sonrisa, oírla vocalizar y ver un poquito de sus procesos de transformación para los conciertos”.

Sara Itzel Morales, soprano. @sara.cantablile. Facebook: SaraItzelSoprano


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“Todos los conciertos fueron únicos, pero nada superará al último. Saber que al día siguiente ya no verás a Björk es un trauma que te obliga a darlo todo. Y para hacer más especial el momento, la gente nos ovacionaba como a cualquier rock star.
Debo confesar que en la apertura, de tanta emoción y energía que se sentía por parte de todos, la boca se me secó como jamás me había pasado en la vida (ojalá hubiera tomado de esa agua mística de Björk que vendían afuera). Esa tensión-emoción se mantuvo hasta el final, haciéndonos sentir que estábamos en un sueño etéreo, fluyendo en una sola dirección. Música, amigos, risas, Björk, Bergur, Viibra, Manu, toda la producción... Una meta de vida cumplida”.

Jaqueline Zárate, contralto

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