Recuperación
Algunos dicen que la depresión no tiene cura y que más bien es una condición de vida, no lo sé. En mi experiencia hubo meses en los que mi nube se fue y pude ver el sol con claridad. Afortunadamente, cuento con una red de seres queridos y ayuda de una profesional. Mi camino a la recuperación no fue lineal. Yo creo que ningún camino a la recuperación es en realidad un camino recto con un final chick-flick en el que todo sale perfecto. Los pensamientos intrusivos no se van, sino que se van las conductas y las acciones que tomamos de acuerdo a esos pensamientos. Es decir, no controlas lo que piensas, sino cómo reaccionas.
Aparte del ejercicio físico, una alimentación adecuada, dormir y asistir con un profesional, se pueden implementar otros hábitos en el día a día que hacen más llevadera vida cotidiana. A continuación, enlistaré algunas cosas que me han ayudado. Advierto que no soy psicóloga, soy una estudiante joven que lidia con esto día a día. Mi “investigación” es puramente empírica y mis técnicas me han servido, pero hay que recordar que no todos recorren el mismo camino que yo he recorrido. La depresión se vive diferente en cada realidad.
1.- Arteterapia
(O el "mejor afuera que adentro")
Escribir me sirvió mucho en mis peores momentos. No lo hice con el afán de “curarme”, solo lo hice con el afán de sacar todo. La catársis consiste en sacar todo lo que tienes embotellado y muchos artistas realizan obras catárticas. Hay gente que le sirve escribir todo en su diario como una lluvia de ideas, rayar con pinturas, cantar, tocar música. Universidades e institutos han realizado estudios que comprueban que el arteterapia funciona para disminuir síntomas de enfermedades mentales. Escribir un diario es muy funcional. A veces, hay cosas que no queremos contar o que sí las contamos no van a ser entendidas. Según la Adler Graduate School, el arteterapia ha servido por más de un siglo. Ayuda a concientizar pensamientos que están muy ocultos en nuestro subconsciente, libera estrés y ansiedad, facilita la comprensión de uno mismo y aparte genera habilidades relacionadas con la creatividad.
2.- Mantras
Los mantras son una tradición milenaria de meditación que comenzó en el Tíbet. Consisten en la repetición de sonidos que se van grabando poco a poco en tu subconsciente y que después de mucho tiempo empiezas a procesar en la mente consciente (es decir, lo que piensas a manera de conversación interna en tu día a día). En este caso, me tomaré la licencia de llamarle mantras a esas cosas que uno se repite para bajar los niveles de ansiedad cuando estás sumamente estresado o sumergido en una estado mental en el que te sientes adecuado. Son ideas que he aprendido y me ayudan a centrarme y regresar a un lugar estable:
Solo porque un pensamiento recurra a tu cabeza todo el tiempo, no significa que es verdad. (O el sabio: "que se te resbale).
En ciertas corrientes de meditación, el pensamiento se piensa como algo inevitable pero no es necesario darle atención a cada uno de ellos. En la meditación, es un cliché muy sabido el intentar poner la mente en blanco. Sin embargo, una meditación bien realizada se trata de dejar ir los pensamientos. Explicaré esto con la analogía de los coches. Imagina que estás sentado viendo coches, esos carros son tus pensamientos. Velos pasar y déjalos ir, no te tienes que subir a cada uno de ellos.
Si tomas como verdad absoluta todo lo que te dice tu mente y tienes depresión, podrías llevarte a ti mismo a un lugar oscuro. Tu mente de alguna manera u otra es autosaboteadora, simplemente por el hecho de que te dice cosas negativas al oído sin parar. Es importante aprender a disociar entre lo que es verdad y lo que es un pensamiento inútil que solo está ahí para causar dolor innecesario. Estudia tus pensamientos y duda de ellos, no todos los tipos de introspección son buenos. A veces asumimos cosas que nos lastiman, porque pensamos que son verdad automáticamente. Sólo porque lo pienses diario, no lo convierte en una máxima bajo la que tengas que vivir diario. Compara y habla, lee y expande tus horizontes. Empápate con versiones ajenas a tí, no las aceptes de inmediato pero entiende que no porque hayas llegado a una conclusión por la repetición de ciertos pensamientos, es verdad.
- Deja venir las olas
Guardar tensiones y acumularlas nos vuelve una olla express de emociones. Para estar más estable, hay que aprender a controlar la bestia salvaje que es nuestro cerebro y por eso, un buen hábito es gobernarnos a nosotros mismos y evitar los famosos breakdowns.Los breakdowns o crisis no son más que un estallido de emociones. La negación es peligrosa, negar todo el tiempo cierto dolor y no darte tiempo de duelo te puede llevar a un episodio difícil de controlar. Un ejemplo de crisis es cuando te dan ataques de ansiedad o también las enfermedades que se somatizan (cuando te da un resfriado por no procesar ciertas cosas en tu psique).
Cuando la psicóloga me veía alterada me recordaba que las emociones son inevitables y llegan como olas. Piensa en cualquier sensación como olas. Deja que te mojen las olas de la tristeza y ve procesando todo a su tiempo, no huyas de ellas y dejes que las pequeñas olas se acumulen y se vuelvan una grande ola porque esas son más difíciles de amasar. Las olas nunca dejarán de llegar, así es la vida y es una verdad con la que se tiene que vivir. Es parecido a la analogía de los coches, deja que llegue el dolor y procésalo. Procésalo, NO lo guardes. No te esfuerces en sacar ciertas emociones o pensamientos porque es un trabajo que nunca terminarás de realizar.
- Deja de asumir que tienes control de todo
Creo que algo que te servirá mucho es estar consciente de lo que se puede controlar y lo que no. En la vida, nos frustra el no poder controlar lo que nos disgusta y sobretodo si es algo referente a nosotros mismos. Parece que porque la depresión es “nuestra” y la sentimos dentro de nosotros, podemos y debemos cambiarla. Mi obsesión por intentar cambiar todo y ser una persona neurotípica (que no tiene enfermedades mentales), solo me llevó a un cansancio y a la lección de que no puedo cambiar quién soy.Así como no puedo cambiar mis ojos a azules, ni medir 1.85 cm, no puedo cambiar que a veces todo me va a pegar con más ansiedad, o que tengo una tendencia hacia sentirme triste fácilmente, o simplemente tengo épocas en las que no siento nada en absoluto.
A lo que voy es que: nunca dejes de esforzarte por cambiar para bien, pero cuando intentas demasiado algo y no puedes cambiarlo, a veces hay que aceptar que hay cosas fuera de nuestro control. Es el muy famoso y difícil: dejar ir cosas que tu no puedes cambiar y trabajar en lo que sí se puede cambiar.
- La felicidad no es como la piensas Nuestra fijación con lo que pensamos que tiene que ser, es un signo de querer controlar todo.
3.- Compulsiones “saludables”
Las adicciones son algo a lo que lamentablemente, las personas que sufrimos de depresión somos más propensas, según el instituto Addiction Center de Estados Unidos, alrededor de un tercio de las personas con depresión tienen una adicción al alcohol o a fumar.
Al estar en una crisis o en un episodio de depresión, a veces buscamos la salida fácil. Lo fácil es fumar un cigarro para calmar el ansia (cosa que hace totalmente lo contrario). Hace un año, una amiga con la que pasaba mucho me dijo que había notado que cada vez que me sentía enojada, triste o muy inspirada fumaba cigarros. Cuando me lo dijo, me di cuenta que ni yo estaba enterada de eso, que ya lo hacía inconscientemente. El cerebro se acondiciona fácilmente, sobretodo si se trata de sustancias adictivas como la nicotina o el alcohol. Cada vez que tienes una emoción fuerte y la canalizas con un cigarro, es el mismo mecanismo cuando le das un premio a tu perro por hacer una pirueta.
Si llegas a un punto de crisis o ansiedad intensa, te recomiendo que cambies tus compulsiones con algo más sano. Si te dan ganas de meterte algo a la boca, asegúrate que sean pepinos. Así podrás masticar la cantidad que desees y no te sentirás peor más tarde. En mi caso, tomo tés, es una manera de calmarme y cuidarme. Acostumbrarte a cuidarte cuando estás en tus peores momentos, hará que desarrolles una lucidez de pensamiento y que seas menos propensa a tomar decisiones impulsivas que te lastiman y de las que luego te arrepientas. El té es una bebida que por sí misma es curativa, así que te haces un favor si tomas algo que te gusta y que te hace bien a la vez. Evita el café, ya que la cafeína no es nada buena. Tampoco sigas la tradición de embriagarse para desahogarse, si sigues esto al pie de la letra cada fin de semana, sin que te des cuenta puedes caer en el alcoholismo. Y si estás leyendo esto, no quiero pregonar, como un sermón de Iglesia, qué es incorrecto y qué no; simplemente advierto los peligros de llegar a esos extremos.
Así que aplica el treat yo’ self, entrena a tu cerebro a cuidarse y a apapacharse cada vez que estés pasando por momentos tormentosos. Tener depresión es de por sí algo que cansa, no quieres luego andar lidiando con dolores de estómago, o con la cruda del cigarro. Repito, se trata de consentirte pero siempre y cuando sea sano. Sí, puedes comer tu comida favorita para hacer mejor tu día pero tampoco está bien comerte diez de tus donas favoritas. Todo se trata del balance. Si tienes el balance físico, es más fácil lidiar con tu mente.
Piensa en la depresión como una piedra que tienes que cargar, no la hagas más pesada ni añadas más.
4.- Habla con la gente adecuada
Es importante crear una red fuerte de personas que te apoyen, ya sean familia, amigos o tu pareja. Al hablar de tu depresión, estás abriéndote sobre algo personal; es importante saber con quién compartes algo que te pone en un lugar vulnerable. Me he dado cuenta a las malas, que no se puede hablar de esto con todos y esperar una respuesta profunda o de la cual pueda sacar provecho. Recuerda elegir a gente con suficiente inteligencia emocional y madurez para sacar este tema a la luz; es saber elegir a quien te dará consejos y te acompañará en ese viaje. No sólo de los psicólogos o psiquiatras puedes obtener mensajes valiosos, una conversación con un amigo al que le tengas mucha confianza puede ser muy sanador. Solo recuerda, que a veces no todos entenderán y por lo tanto no siempre darán consejos acertados.
5.-Evita triggers
Los triggers son cualquier cosa que nos causan una reacción repentina de ansiedad o sentimientos negativos.En nuestra época hay información fluyendo en todas partes. En las redes y en cualquier medio de comunicación están, pero a veces es difícil sortearlos. Mi recomendación es que tengas cuidado con tu uso de redes sociales, a veces cuando estamos con un pensamiento negativo rondando nuestra cabeza por mucho tiempo una publicación o una foto puede aumentar nuestras sensaciones negativas. No podemos evitar lo que la gente publica, pero hay que saber qué es lo que se tiene que seguir en redes sociales. Elige las ideas que consumes.
Ojalá mis experiencias sirvan de algo; a mi me han servido, por lo menos. Mis recomendaciones en el día al día son estas, sin embargo no son todas. Lo más importante, es que cuentes con una red de apoyo y que asistas con un médico, al final de cuentas la depresión es una condición médica.
Recuerda, no te sientas mal por sentirte diferente al resto del mundo. Todo se reduce a que celebres la diversidad de tu manera de estar en este planeta. Sí, la vida es diferente si tienes depresión, pero no hay mal que por bien no venga. Aprovecha tu visión del mundo, escribe, haz arte, haz lo que quieras pero no intentes con tantas fuerzas cambiar quién eres. Un compañero de clases dijo hace dos semanas una frase que aprecié bastante: “No eres esclavo de lo que ya entiendes”. Conócete y así empezarás a tomar las riendas: acéptate, cuídate y después crecerás.