Por @davosea
Foto por Paulina Maqueda
Uno de los lugares más bizarros en México para llevar a cabo un concierto es La Faena, esa cantina/museo taurino en donde las paredes se adornan con vitrinas que incluyen maniquíes con vestimentas de toreros famosos en algún momento del siglo XX. Sin importar lo creepy del lugar, el PLAY 2 del Festival Mutek se presentó aquí con 4 actos nacionales y uno argentino. El común denominador: el ruido, el minimalismo y, por momentos, la interacción con el público.
Una vez más Tijuana demostró que es una de las capitales de la electrónica más fina que se puede hacer en este país. Tres de los cuatro actos nacionales procedían de aquella ciudad fronteriza; nos referimos a Vampire Slayer, un integrante de Maniquí Lázer en su proyecto alterno; Machino, más ruido ‘house/technoso’ acompañado de visuales hipnóticos; y Point Loma, alias de Ramón Amezcua, en un proyecto en donde en lugar de hacernos bailar, presentó una electrónica introspectiva muy difícil de digerir.
El acto final y estelar fueron los Frikstailers con su show Klik & Firk. El show consistió en el dúo argentino acompañado de un ingeniero biónico, quienes invitaron al público a subir al escenario para que interactuaran con los gadgets que habían construido específicamente para este show. Un sistema electrónico que sonaba a base del tacto humano y bombillas que encendían y apagaban, eran suficientes para lograr efectos sonoros electrónicos, mientras los Frikstailers improvisaban en sus secuenciadores.