El término "indie" comenzó a usarse a mediados de la década de los ochenta, como distintivo para las bandas que pertenecían a compañías discográficas independientes; antes de eso, ya existían el sello Factory Records y su grupo estrella: New Order, anteriormente conocidos como Joy Division. Sí, ese Joy Division. Muchas décadas han pasado ya (al respecto, un buen documento sobre esos años es la película 24 Hour Party People, del director Michael Winterbottom); hoy, estos auténticos pioneros del rock indie han dejado muy atrás sus días en Factory, pero siguen activos y están de regreso con nuevo material. New Order era de esas agrupaciones que sorprendieron por su integridad; después de la muerte de Ian Curtis supieron que no debían seguirse llamando Joy Division y fueron lo suficientemente honestos para cambiar de nombre. Ahora, con la salida de Peter Hook en 2007, ¿no deberían haber cambiado de nombre de nuevo? A lo largo de veintisiete años en la banda y ocho álbumes de estudio, Hooky ―como es conocido― sin duda se volvió más importante en la alineación que Curtis en dos álbumes: el pulsar de su bajo era mucho más que simples acordes que marcaban el ritmo, le dio un sonido distintivo, no sólo a New Order, sino al post-punk y al technopop como subgéneros. Entonces viene la pregunta obligada: si sacrificaron el nombre de Joy Division, ¿por qué no sacrificaron el de New Order? ¿Acaso este nombre se ha vuelto más importante en la escena musical?. O bien, ¿Bernard Sumner, Stephen Morris y Gillian Gilbert se han vuelto demasiado viejos como para comenzar de nuevo?
Muchas preguntas, pero hay que plantearse la más importante: ¿Music Complete es un álbum digno del buen nombre de New Order, o no? Un fan aferrado de Hooky diría: "qué importa", pero para ser objetivos, hay varios aspectos a considerar. El álbum consta de once canciones largas (diez de ellas arriba de los 5'00"). El enfoque de sus composiciones no ha variado mucho, aunque sí han revitalizado algunos de sus arreglos, como puede apreciarse en "The Game" o "Unlearn This Hatred", esta última revestida con la producción de Tom Rowlands de Chemical Brothers. Otros temas evocan a sus influencias seminales, como "Plastic", que trae a la memoria al italiano Giorgio Moroder, o "Tutti Frutti", en cuya mezcla de ingredientes predomina un dejo al estilo de Kraftwerk. Por supuesto, están las que conservan pura el aura inconfundible que los ha distinguido, como "Academic", o la seleccionada para primer sencillo, "Restless". Finalmente, algunas resaltan por dar un colorido diverso a su típica gama, como "People on the High Line", con su ritmo funky y la participación de Elly Jackson (La Roux) en los coros, o "Stray Dog", con el legendario perro Iggy Pop como invitado en las vocales.
https://www.youtube.com/watch?v=THwp-hWtC5Y
La ejecución. Punto delicado. Desde el primer tema, llama la atención el predominio del bajo ―como es su costumbre―, y aunque Tom Chapman (colaborador de otro proyecto de Bernard Sumner, Bad Lieutenant) hace un gran trabajo de mímica al estilo de Peter Hook, carece de la misma fuerza, aunque esta sutileza sólo será notoria para los fanáticos aferrados. El sintetizador de Gillian Gilbert y el ritmo de Stephen Morris siguen en buena forma, pero la voz de Bernard Sumner se siente algo opaca, cansada, sin el brillo que llegó a alcanzar en obras destacadas como "Regret" o "Crystal"… claro, está cerca de cumplir los 60 años.
En un balance, encontramos a un conjunto bien integrado, de creatividad inquieta, con ideas nuevas, al que si le damos unos años más de vida podría desarrollar una nueva propuesta; sin embargo, el título Music Complete suena a testamento: ¿significa que New Order ha completado su ciclo? En el sitio de New Order aparece una definición de diccionario de este término: "finish making or doing". ¿Es éste el final? Sobre el futuro del grupo, no hay ninguna declaración oficial al respecto, así que la interpretación queda abierta. Finalmente, sólo resta mencionar el diseño de la portada, trabajo de su eterno amigo y colaborador Peter Saville, quien los ha acompañado desde los días del mencionado sello Factory Records: una sencilla composición de líneas negras cuyos espacios contienen colores primarios, en un cuadro que ―con excepción de los trazos diagonales―, recuerda al viejo maestro Mondrian. Para concluir: da gusto escuchar a estos veteranos; los que esperaron tendrán una buena recompensa, los que piensen que se van a decepcionar no lo harán, aunque probablemente tampoco levantará las pasiones demasiado alto, y difícilmente se volverá popular entre los millennials. Aún así, si a algún DJ le da por poner alguna de las piezas de Music Complete en una fiesta, seguramente obtendrá una buena respuesta de los asistentes.