Por Valeria Estrada
A pesar de que los seres humanos nos encontramos constantemente expuestos a todo tipo de sustancias, no todos se ponen a analizar el provenir o la importancia histórica de las drogas que los rodean. El pasado 2 de junio se dio a conocer la trágica noticia de que Alexander “Sasha” Shulgin murió a los 88 años. Es posible que a primera instancia su nombre no resulte completamente familiar; sin embargo, es gracias a este revolucionario que las drogas –específicamente los psicodélicos– son como las conocemos ahora.
Sasha Shulgin es una leyenda, y como toda leyenda, se han generado mitos alrededor de este personaje, así como del legado que dejó atrás. De laboratorios y consultorios psiquiátricos, a fiestas y festivales musicales, los descubrimientos de este químico han pasado de ser simples estudios, a drogas sumamente populares.
La sustancia con la que más se le relaciona al químico es el MDMA o éxtasis; sin embargo, contrario a lo que normalmente se cree, no fue él quien inventó la droga. Fue un químico alemán que por error creó el MDMA, pero nunca pasó a ser más que una formula por escrito; permaneció en los libros por más de 60 años hasta que Shulgin, al experimentar sobre sus efectos, descubrió el potencial que tenía en la mente humana. Fue a partir de entonces que empezó a alterar las fórmulas y, de esta forma, generó más de 200 psicodélicos.
Los experimentos de Sasha Shulgin eran meramente científicos: su único propósito era entender las alteraciones en la mente humana a través de la química. Él creía que las drogas eran herramientas clave para la auto-exploración. Fue con esta intención que publicó más de cinco libros, entre los cuales destaca PiHKAL (Phenethylamines I Have Known and Loved), una obra en la cual Shulgin compartió todos sus descubrimientos con el público. En este libro, se pueden encontrar las fórmulas detalladas de los psicodélicos, y hasta un par de claves para que sus lectores también pudieran experimentar. La publicación de este ejemplar tuvo grandes consecuencias, ya que varios agentes de la DEA (Drug Enforcement Administration) se fueron en su contra.
No obstante, esto no detuvo a Shulgin. Sus descubrimientos fueron más allá de lo que muchos podrían imaginar. Fue un científico que no sólo entendía la química, sino la mente humana a la perfección, o lo más cercano a ella. Entre sus libros, sus discursos, y por supuesto, sus creaciones químicas, el legado de este grande de los psicodélicos permanecerá por siempre.
Dirty Pictures, documental cinematográfico sobre la vida y obra de Sasha Shulgin, está disponible para verse en Youtube aquí:
“How long will this last, this delicious feeling of being alive, of having penetrated the veil which hides beauty and the wonders of celestial vistas?
It doesn't matter, as there can be nothing but gratitude foreven a glimpse of what exists for those who can become open to it.”
― Alexander Shulgin, Pihkal: A Chemical Love Story.