Por Feloarias
El melómano y realizador audiovisual Lucas Silva es el cerebro detrás de una grata empresa discográfica llamada Palenque Records. Con mucha paciencia ha dedicado los últimos 17 años a recuperar grabaciones perdidas del repertorio tropical colombiano con el propósito de divulgarlas y restablecer la dignidad histórica de estos documentos. Pero su labor no se queda sólo en el trabajo de recuperación del pasado, ya que Palenque Records también ha sabido armar el presente de esos sonidos grabando leyendas, descubriendo nuevos talentos y convocando DJs para que remezclen esas joyas y las integren a las pistas de baile del presente.
Apreciando esas credenciales, Panamérika quiso hablar con Lucas Silva, un colombiano cazador de vinilos, tan admirable como los que incluimos en Monedita de oro 12", el programa con el que celebramos cinco años y 250 emisiones radiales.
¿Cómo ha sido en estos años el interés por coleccionar música y especialmente en el formato vinilo?
Desde el año 96 yo empecé a producir música afrocolombiana y grupos que nadie hubiera firmado en la época. Empecé trabajando en San Basilio de Palenque con el Sexteto Tabalá, luego con Las Alegres Ambulancias y con Batata y su Rumba Pelenquera (ahora estoy trabajando en el Pacífico también con la música afrocolombiana). Y antes, en el año 98, empecé a coleccionar acetatos porque son un testimonio muy importante de la música colombiana, pero un testimonio frágil porque si no se conserva se pierde esa herencia tan importante. Por eso he sacado compilados con Palenque Records de champeta, del Palenque, música raizal, música moderna "picotera". En el año 2010 sacamos el compilado Palenque Palenque con Soundway Records. Ese material lo armamos exclusivamente con discos de acetato conseguidos en Barranquilla y en Cartagena.
La verdad soy un apasionado a muerte por el acetato por toda una serie de cosas: el soporte, el sonido, el objeto en sí, por la importancia que tiene como retrato de una época. En los años 70 y 80 la industria del acetato estaba en Colombia en su edad de oro, era una industria muy grande, la gente compraba la música. Y le daban más valor que hoy en día, creo yo, que la gente quiere ahora bajarlo todo por internet. Entonces para nosotros como sello independiente siempre ha sido el máximo placer publicar un acetato y en mi caso ya hemos publicado tres: Son Palenque, la compilación Palenque Palenque y el disco del Faraón Bantú que salió en Alemania coproducido con Chusma Records. Y luego esperamos sacar otros tres o más, porque todavía nos queda mucho por editar ¡Ojalá que Palenque Records sea eterno!
Pero próximamente vamos a sacar otro acetato del Faraón Bantú y un compilado de Abelardo Carbonó que editaremos en España con Vampisoul.
Entendemos la importancia del vinilo como un testimonio y un soporte muy importante para conservar la música del pasado ¿Pero por qué seguir editando en ese formato cuando el mercado ofrece hoy otras alternativas?
Lo que es interesante es que sí, el mercado propone muchas alternativas, pero el mercado es cada vez más frío, capitalista y antihumano. Ya a nadie le interesa el soporte físico y sólo quieren archivos digitales. Vamos a ver cuando se acabe el CD, en unos años seguro habrá un movimiento de regreso del formato ¡Porque es que el objeto cuenta! Si vamos con esa mentalidad absolutamente capitalista y computarizada, entonces todo se volverá un archivo digital: el amor, los recuerdos y la vida, todo se van a perder, porque lo digital es tan etéreo. Y creo que es muy apasionante que esos soportes viejos vuelvan por muchas razones; por ejemplo, un set de DJ con sólo acetatos es siempre un placer, una experiencia fuera de serie. Incluso yo soy también fanático del casete y he querido hacer fiestas con un sound system con eso. Y está probado para nosotros como productores y DJs que el acetato es el formato más elegante de todos.
Pero ante todo lo más importante debe ser la música, por encima del soporte que sea, lo más importante es el mensaje. Y para nosotros ese mensaje es "la música de la selva", porque creo que la mejor música siempre ha estado en lo más profundo de la selva, donde yo he grabado la música afrocolombiana tradicional, pero donde también se crea música muy moderna. El trabajo de Palenque Records ha sido excavar en los cimientos de la música y producir nuevo material de sonidos profundamente ancestrales, pero que resultan siendo nuevos porque es la primera vez que se revelan. Pasó con el género de sexteto, que no era repertoriado ni conocido en la música colombiana o con la champeta que la sacamos del gueto y la visibilizamos para hacerla algo mundial, que ya no pertenece sólo a los costeños sino a todos los que se la gocen en el mundo.
Hemos hablado de un trabajo importante de preservación y divulgación ¿Cómo suele ser ese trabajo, dónde se buscan los vinilos y qué tan difícil es su búsqueda?
El proceso de hacer compilados reuniendo acetatos viejos es algo absurdo, son aventuras muy apasionantes, como una película de Tarantino. Yo soy un coleccionista, pero de cosas muy especiales, que son como sueños de uno que tarda cuatro o cinco años en conseguirlos. En esencia yo acudo a los músicos o a los productores originales, a los que estén vivos y trato de escribirles una discografía y es ahí que viene la búsqueda de los discos. El mayor logro de eso es que se hace como una expedición, para que uno diga que hizo el viaje tiene que sufrirlo, como decir que voy a irme caminando desde aquí hasta Brasil ¡Eso es una gran hazaña!. No creo que alguien diga en una computadora "Uy, bajé un compilado de música africana, entonces ya descubrí la música africana", porque eso es muy fácil. Lo mío es un proceso que toma muchos años, pero que me satisface mucho.
¿Y luego qué hacen para la divulgación de los discos?
Después de todo eso nosotros tomamos los discos, restauramos el acetato, lo pasamos a computador en estudios en Europa o acá, limpiamos los rayones y sacamos un nuevo master para producir el nuevo acetato. Soundway es un sello que tiene mucha experiencia en eso y la verdad me quedé sorprendido con el resultado de lo que ellos hacen.
Y lo más interesante es que rescatamos pedazos perdidos de nuestra historia musical que en algún momento fueron olvidados. Hoy en día nos damos cuenta que esos tesoros son las piezas realmente fundadoras, ahí están los pioneros de la champeta mucho antes que cualquiera que se destaque hoy, pioneros que hicieron cosas importantísimas y que estaban completamente muertas, por ahí escondidas. Al darnos cuenta de nuestra historia musical, llenamos un gran vacío cultural de reconocimiento hacia grandes personajes vanguardistas que no fueron muy entendidos en su época. Para mí es placentero porque rescatamos discos y no nos quedamos en eso, yo los recojo también para inspirarme y volver a hacer música nueva. De estos procesos han salido grupos como Ondatrópica, de esta herencia que estamos rescatando con gente como Mario Galeano, Matik Matik, Vampisoul, Analog Africa y muchos otros personajes que hoy estamos en eso.
Dentro de lo que has recopilado, nos gustaría que nos hablaras de algunos ejemplos de esas joyas recuperadas...
Ahora es más fácil, pero al comienzo tomaba muchos años. Me tomó seis o siete años conseguir toda la discográfia de Son Palenque porque ni siquiera ellos mismos la recordaban, ya que cambiaron de nombre en algunas épocas y había mucho editado con esos nombres. Ahora es más fácil porque se crearon redes de coleccionistas, pero en ese tiempo era algo más solitario. Hay cosas que aún no he conseguido y que son para mí como un grial, como es el caso del catálogo completo de Machuca, un sello que hubo en Barranquilla para mí con lo más psicodélico de su época. Y no se ha podido porque esos discos muchos extranjeros se los han llevado a sus países. Y los pueden copiar y subir el mixtape a internet, peo no es igual, porque siempre que yo hago un compilado parto del principio de la exclusividad musical. Mi batalla es por conseguir música que nadie tenga.
Y temas tan particulares de la historia de la música requieren años de investigación, de buscar personajes que estuvieron implicados en su producción. También hay que ver si esta gente no tiene canciones inéditas, que dejaron por fuera de un LP porque eran demasiado raras en su momento. Entonces yo busco las canciones raras, verdaderamente locas, que traigan una fusión inesperada, que sean grandes momentos de lucidez, de esos grandes momentos que ocurren sólo una vez en la vida. Y lo que conseguimos son grandes cimas para todo el que quiera estudiar lo que es la producción musical de verdad.