El eterno mexicano: Molotov al Cervantino
¿Por qué Molotov funciona tan bien en un evento como el Cervantino? ¿Por qué no traer a otro tipo de banda a un evento de cultura mundialmente reconocido? La respuesta es sencilla: Molotov expresa, por mucho, gran parte de la mexicanidad contemporánea, entendida como la colectividad de conciencias y praxis de ideologías dentro de una misma comunidad. Por lo anterior, cabe entonces la pregunta, ¿qué ideas persiguen definida o indefinidamente a la psique del mexicano?
De entrada, un suceso relevante: luego de 16 años, la noche de ayer, cuatro generaciones se dieron encuentro en la explanada de la Alhóndiga de Granaditas con la intención de disfrutar uno de los tantos eventos prometedores del festival. El concierto de una de las bandas de rock más polémica de nuestro país ¿Cumplieron con la expectativa? Eso dependerá siempre del campo de visión de cada quien, pero lo que es innegable es la catarsis que el público mostró al corear las canciones más emblemáticas de la banda: “Noko”, “Voto latino”, “Gimme tha power”, “Frijolero” y “Puto”.
Lo estrafalario, más allá de debatir si era adecuada o no la participación de Molotov en el Cervantino, es considerar ¿cómo logra una agrupación creada en 1995 y consolidada para 1997, estremecer por igual tanto a adultos como a jóvenes, si la brecha generacional suele encontrarse tan bien delimitada? Sobre todo en cuanto a gustos musicales se refiere.
La respuesta, considero, es el entendimiento sociopolítico de los mexicanos respecto a la política de su país; una imagen compartida y que mediante las líricas de la agrupación, expone aquello que a veces no es tan sencillo decir ante la voz pública.
El canto irreverente de la banda apoyada por la algarabía de una audiencia conformada por generaciones X, Y, Z y uno que otro Baby Bloomer gritando a todo pulmón “Si por hambre acaba en el bote, para mí es más inocente que el que tiene fuero y es intocable por ser del gabinete”, “no me llames frijolero, pinche gringo puñetero” o “hay que arrancar el problema de raíz y cambiar el gobierno de nuestro país”, no es más que el reflejo de un México inconforme con su pasado/presente político, económico y social. Pero también es reflejo de la búsqueda de actuar a partir del presente para mejorar el futuro. Por ello el porqué de contar con la participación de Molotov en la edición XLVI del Cervantino. El futuro es hoy, lema oficial del festival este año. Pero sobre todo, la relevancia de pensar en una mejor forma de ilustrar a un mexicano promedio, con todo y sus etnolingüismos, sus pensamientos, percepciones y demás peculiaridades que lo vuelven único.
¿Se les ocurre alguien mejor?
Fotos por Esteban A. Catalán