Teatralidad, placer y dolor con Mitski y su primera vez en México
Hay presentaciones cuya carga emotiva deja un eco para quienes las presencian. El show de Mitski en el Corona Capital 2022, sin duda alguna fue una de ellas. Eran las 8:40 PM y con el cielo ya oscuro, cuando en la pantalla del escenario emergió una imagen verde con grabados, mientras comenzaron a sonar las percusiones de “Working For The Knife”, canción del más reciente álbum de Mitski, Laurel Hell (2022, Dead Oceans), dándole inicio a uno de los mejores shows del día viernes de este festival.
Para quienes habían visto presentaciones de Mitski anteriormente, saben que su danza es una de las cosas más particulares. Así fue como en “Working For The Knife” comenzó a hacer pasos y gestos sugestivos, desde pasarse el micrófono por su cuello y todo su cuerpo, evocando experiencias como el dolor y el deseo, la violencia y el placer, dos umbrales que estarían tocándose mutuamente durante todo el concierto.
La coreografía que usa Mitski en sus conciertos, no es como la que usualmente vemos sobre un escenario en un festival, sino que se asimila más a los movimientos que podemos presenciar en el teatro y más que fungir como un ornamento, se vuelve un elemento simbólico más que aunar a la presentación. La danza que hizo Mitski fue elaborada junto con su amiga, bailarina y coreógrafa, Jas Lin, inspirándose en su gusto compartido por la danza butoh.
Las canciones en las cuales se vuelve más evidente este dramatismo y expresividad, fue en “First Love/Late Spring”, poniendo su muñeca en la frente, un beso al aire que después aterrizó en el pecho, una palma de la mano para alejar a alguien mientras cantó “So please hurry leave me / I can't breathe / Please don't say you love me” y un baile lleno de saltos, brazos levantados y mucho movimiento cuando el sonido de la guitarra se fortaleció, simulando un comportamiento infantil en su momento más puro.
Al finalizar “First Love/Late Spring”, llegó “Geyser”, canción en la que Mitski inició poniéndose su micrófono detrás del cuello, evocando la imagen de estar cargando algo sumamente pesado que lastima. Esto puede ser significativo en tanto que “Geyser” habla sobre la relación que tiene la artista estadounidense con la música y el ímpetu absorbente que siente por escribir canciones: “Será lo que necesite que yo sea. Haré lo que sea necesario para poder seguir haciendo música”, expresó Mitski al respecto del significado de este track.
Pero el momento en el cual la violencia y el placer alcanzan un momento cumbre, definitivamente fue en “Drunk Walk Home”. Cuando inició el baterista, Mitski se tiró al suelo y comenzó a cantar, abatida, desde ahí. Poco a poco, intentó levantarse mientras cantó “Fuck you and your money!”, las luces del escenario se tornaron rojas y Mitski comenzó a simular puñetazos al ritmo de la percusión. Para quienes vieron las pantallas, pudieron observar destellos de rojo, negro, el cabello alborotado de Mitski soltando golpes: una oda a los momentos más eufóricos, doloros e insaciables que forman parte de nuestra condición humana.
Una de las discusiones que han habido entre fanáticos de esta artista, es que sus shows se cataloguen como lugares en los cuales sentir dolor y sentir tristeza, cuando en realidad pueden ser momentos de diversión y felicidad. Si bien es cierto que encapsular a una artista en solamente la tristeza puede ser reduccionista, es indiscutible que el dolor y la frustración, también son parte del abanico emocional y sonoro dentro de las presentaciones de Mitski.
No obstante, nos regala momentos preciados en los que se puede sentir, gritar, llorar, reír, amar. Abre un gran espacio sonoro que gracias a su danza, su mirada expresiva y su canto, se vuelve un portal efectivo a todas aquellas cosas que no nos permitimos sentir ni expresar en público.
La conexión entre Mitski y su audiencia es difícil que pase desapercibida, pues uno de los momentos más conmovedores, fue cuando habló español para presentar a su banda y para preguntarnos si sabíamos que esta era su primera vez en México, cosa que, para quienes han estado esperando su llegada desde años, era ya una cruda realidad. Después de expresar su felicidad de estar en la Ciudad de México, continuó con “Nobody”, dándonos después también momentos de baile con “The Only Heartbreaker”.
El concierto llegó a su fin con Mitski agradeciéndole y diciéndole a su audiencia que les amaba y procedió a cantar “The Pearl”, para después salir del escenario dando brincos, despidiéndose de la gente y de su gira, ya que este era su última presentación del 2022, pero la esperanza de que vuelva en algún otro momento, ahí permanece.
Fotos: Andhrea Soto