Me llaman Zócalo

Este artículo fue publicado originalmente en la columna de Ibero 90.9 en Publimetro. 

Es extraño cómo juega la memoria, es extraño tener una. A veces es tu amiga en los días amables, pero cuando todos gritan confundidos, esos días mi memoria es de sangre. He tenido muchos nombres, ahora me dicen “Zócalo”.

¿De qué hablan estos hombrecillos que caminan encima de mí? La vida pasa siempre tan dispersa. ¿De qué pueden hablar éstos que sólo viven minúsculas partes del tiempo cuando yo llevo miles de años aquí? Me río cuando no se dan cuenta que llevan luchando e ignorando siempre los mismos problemas, se abalanzan con armas y palabras contra el otro.

Alzarán sus banderas y las caras pintadas chispeantes de niños que sólo conocen las luces brillantes, pero ¿y después? La vertiginosa vida continuará, no necesariamente de la mejor forma, mientras unos toman fotos para celebrar y recordarme hay otros que buscan sentados en mis orillas una oportunidad de trabajo, algo para sofocar el hambre que siempre andan cargando en el cuerpo.

Jugarán los niños persiguiendo los pájaros de plástico, olvidando cómo eran los reales. Fui lago y después concreto, me pintaron un “Fue el Estado”, pero no han presentado a los desaparecidos. Hay niños que continúan raspándose los pies descalzos conmigo mientras otros pasan riendo con el celular en la cara. Hay fiestas, bailes y risas contagiosas, pero no paran las marchas desesperadas pidiendo días distintos, otro modo de no sufrir tanto la vida.

Es extraño tener memoria, es extraño y doloroso, porque a veces de tantas cosas que ves pasar, todo te parece claramente absurdo.  Hoy, alguien saldrá a gritar que son uno, ¡Qué viva la Independencia! Pronto vendrán a gritar por los desaparecidos. Cuando se vayan, un concierto llegará.

Yo no pido nada, soy un observador pasivo, dejo correr la sangre de los sacrificios, la humillación de la inquisición, el fulgor del comercio, la suave melodía del músico ignorado, las pisadas de los que bailan con los tambores, los pies raspados por la pobreza y los zapatos de marca de los que se creen neutrales. Yo no significo nada hasta que ustedes ponen alguna creencia y acción en mí.

 

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