Texto por Andrés Durán y Salvador Nito Café Society
A sus 80 años, el director americano Woody Allen ha mantenido una tradición de realizar una película por año. Son pocos los directores capaces de sostener un ritmo de producción tan alto. Su habilidad es tal, que a pesar de la cantidad de cintas que dirige, cada una conserva el nivel de calidad esperado del cineasta. Su más reciente proyecto Café Society (2016) es muestra de esto.
Una película de época, situada en los nostálgicos años 30, Café Society narra un entrelazado y drama romántico con el estilo inigualable de Woody Allen. Estelarizada por Jesse Eisenberg, Kristen Stewart, Steve Carell y Blake Lively; el director neoyorquino juega con el espacio geográfico para crear un triángulo de amor bizarro que se desplaza entre Hollywood y Nueva York.
La relación y química entre los personajes de Eisenberg y Stewart cobra vida en la pantalla. Gracias a un trabajo de fotografía espléndido del cinematógrafo Vittorio Storaro, la iluminación al igual que el diseño de producción y vestuario transmiten las emociones de los personajes y las distintas tonalidades que definen a cada una de las ciudades donde ocurre la historia.
A pesar de contar con una estructura básica y utilizada con frecuencia en las películas románticas, Woody Allen otorga pequeños toques de genialidad que lo diferencian. Uno de ellos fue escribir el guión como una novela, con un narrador en tercera persona omnisciente. En la cinta, este papel es interpretado por el mismo Allen, quien vuelve a ser protagónico en uno de sus proyectos.
Con esta nueva entrega Allen no decepciona. Capaz de generar un sentimiento nostálgico como lo hizo en Midnight in Paris (2011), los años 30’s se convierten en un escenario glamurosamente melancólico. Café Society demuestra que el director sigue a la altura y que su talento no se limita con la edad.
La región salvaje
Recién proyectada en festivales de renombre como Berlín y Venecia, donde el mexicano Amat Escalante ganó el premio a mejor director, La región salvaje (2016) es una muestra cruda y fuerte de la naturaleza humana con elementos de ciencia ficción.
Dirigida por Escalante, protagonizada por Simone Bucio, Ruth Ramos y Jesús Meza. La cinta explora la relación de una pareja entre una joven y un ser proveniente de un meteorito. Con la temática superficial de la sexualidad, la violencia, la equidad de género y la homofobia son abordados en la cinta.
La región salvaje retoma elementos de ciencia ficción clásica como la cinta Stalker (1979) del ruso Andrei Tarkovsky. De forma similar a la “zona” dentro de Stalker, la región salvaje funciona como una metáfora para el “ello”, elemento central del psicoanálisis. Un lugar en el inconsciente del individuo donde impera el instinto primitivo, los impulsos y deseos más profundos, donde la sexualidad y la violencia marcan la pauta.
El elemento que llama más la atención es la crudeza y explicités de la cinta. Escalante no duda en mostrar la sexualidad y la violencia en su expresión más visceral, juega y empuja los límites al agregar un elemento de ciencia ficción, imágen que puede resultar desconcertante e incluso transgresora para cierto público.
La proyección de la cinta en Los Cabos contó con la presencia de Amat Escalante y el resto del elenco. En el público se encontraban personalidades como Carlos Cuarón, Ana Serradilla e Ilse Salas. Escalante expresó que existen dos versiones del guión: con y sin el elemento de ciencia ficción. También mencionó su postura en contra de la violencia hacia la mujer y la homofobia y cómo se refleja en la película.
Two Lovers and a Bear
Una producción canadiense situada en un pueblo apartado del círculo ártico. Cinta dirigida por el quebequés Kim Nguyen, Two Lovers and a Bear (2016) narra la problemática relación de dos jóvenes enamorados en una reflexión sobre la vida, contado con un elemento narrativo similar al realismo mágico.
Cuenta con las actuaciones de Tatiana Maslany y Dane DeHaan, cuya relación y química en pantalla funciona como uno de los elementos más destacables de la cinta. De igual forma, el aspecto visual llevado a cabo por la fotografía de Nicolas Bolduc enmarcado por un gran trabajo de efectos especiales, que persuaden al espectador para transportarlo dentro de la historia.
La película tiene varios puntos y giros dramáticos, por lo cual es una cinta completamente distinta de principio a fin. Lo anterior puede llegar a ser confuso y romper el trance de la audiencia, ya que la coherencia narrativa es cambiante y maleable, casi líquida. A lo anterior se añade el elemento de realismo mágico, que a su vez funciona como un aspecto casi cómico pero profundo, que aborda temáticas reflexivas sobre la vida y la religión.
Sin duda Two Lovers and a Bear es una cinta peculiar. En ella las barreras entre lo real y lo fantástico se diluyen y desbordan sus contenidos. Lo que parece real en un principio, da paso a otros lugares listos para ser explorados por la cámara. Una película que sorprende constantemente e invita a la reflexión sobre el amor, la naturaleza y la vida.
Snowden
Esta vez tenemos como protagonista a Edward Snowden, un ex-miembro del departamento de inteligencia y la historia de cómo fue que en 2013 decidió filtrar miles de documentos clasificados en pro de la libertad y los derechos civiles que habían comenzado a ser violados con un espionaje masivo en todas partes del mundo después de los sucesos del 11 de Septiembre.
La historia de uno de los héroes de nuestro tiempo. Héroe debido a la gran labor de información que se dió a la tarea de extraer para la comunidad mundial en la cual se exponían las actividades ilegales de espionaje que Estados Unidos estaba haciendo por todo el mundo.
Una historia que queda plasmada en la gran pantalla bajo la dirección de Oliver Stone, quien ya tiene un largo historial de hacer cine con temáticas políticas películas como Pelotón (1986). JFK (1991) y Asesinos por naturaleza (1994) son las algunas de las razones de por qué es él uno de los grandes exponentes en esta rama del séptimo arte.
En esta década la figura del Hacker ha comenzado a tomar poder hasta volverse una suerte de figura arquetípica, la cual ha inspirado a la creación de más de una película como El Quinto poder (2013) e incluso series tales como Mr. Robot.
Oliver Stone eligió para esta película apoyarse en el ojo de Anthony Dod Mantle, juntos logran una serie de juego de perspectiva y encuadre que juegan perfecto con la narrativa de la película.
Desde los planos holandeses picados que desconciertan, hasta las composiciones que daban la impresión y la necesidad de querer ver a alguien más en el encuadre pero ese sujeto no era más que la sensación de paranoia del personaje.
Además de la escena de la sala de conferencia en la cual Snowden se enfrenta a un Corbin O`Brien gigante que le amenaza sagaz haciendo sentir atrapado al espectador en la imposibilidad de liberarse de semejante juicio.
Oliver Stone vuelve a exponer su maestría en el arte del cine político con esta obra sobre la vida de Snowden misma que le causó ciertos problemas debido a que nadie quería financiar su película. También cabe destacar que es la primera película que graba en formato digital.
Un retrato de nuestros tiempos, donde el internet brinda gran poder, pero con ello también una gran responsabilidad, y a veces parece que nos hemos olvidado por completo de lo último.