Gimme The Power no es una clase de historia común y corriente -o una lección que daría algún maestro que se niega a responder la Evaluación Universal de Docentes-. Ésta, es una clase de historia chida.
Para contar la historia de Molotov es necesario regresar el cassette de nuestra memoria colectiva y comprender la concatenación de eventos socio-políticos en México, que dieron pie al surgimiento de una banda de rock contestataria: Así, el documental hila los diferentes puntos en que la juventud ha sido acallada (desde el ‘68 y Avándaro, pasando por la Guerra Fría y los años de hegemonía del pop en los 80, cortesía de las producciones de Luis de Llano, hasta llegar al Zapatismo y las crisis económicas post “Error de Diciembre” del ‘94).
Facturado con el particular estilo de Olallo Rubio -perfeccionados con varios años de tirarle al poder desde los micrófonos y dos largometrajes previos, el documental ¿Y tú cuánto cuestas? y la ficción This is Not a Movie- esta nueva investigación tiene una narración casual, irónica, calculada e interesante. En 1 hora 40 minutos, el documental incita a que el público reflexione sobre historia, pero sobre todo, logra provocar a las nuevas generaciones para continúen en su resistencia cultural contra los poderes. Olallo Rubio, junto con Micky, Tito, Paco y Randy y una serie de críticos, intelectuales, managers y músicos arcaicos del Olimpo nacional, nos llevan de la mano (con mucho humor) a conocer los orígenes de Molotov y a encontrarnos con una dura realidad: un pueblo que no conoce su historia, está condenado a repetirla. Hay quienes dirán que este documental no es lo suficientemente “objetivo” y sólo se dedica a contar los aspectos más macabros de nuestra historia para defender a una banda políticamente incorrecta. Un documental desde naturaleza, tiene como imposibilidad ser objetivo: la objetividad simplemente no existe.
En la reciente conferencia de prensa con motivo del lanzamiento de Gimme The Power se cuestionó a Olallo Rubio en cuanto a que si era oportunista de su parte estrenar el documental en tiempos electorales, en especial, tras lo acontecido con el fenómeno estudiantil #YoSoy132. Olallo respondió: “No es oportunista, es oportuno.” Vaya que lo es. Esos jóvenes que han alzado la voz en el Movimiento, sin duda han escuchado las canciones de esta banda. El mensaje de Molotov no se perdió, se transformó.
Cuando salió ¿Dónde Jugarán las Niñas? (1997) yo tenía 9 años y lo recuerdo. En mi vida, como en la de otros de mi generación, Molotov llegó a prender la mecha de la rebeldía; es por esto que Molotov desde sus inicios, a finales de los 90 hasta ahora en este 2012, han sido y serán siempre una bomba (valga el cliché). Ahora es en forma de documental que se escucha la opinión contestataria de la banda. Gimme The Power nos deja una moraleja sencilla: hay quienes levantan la voz y gritan sus inconformidades; Molotov escogió tomar las guitarras, micrófonos y escenarios para cantar y burlarse, no únicamente porque es lucrativo, sino porque el Rock puede gritar lo que muchos sólo saben callar.