La película de la semana: 'Sin señas particulares'
En medio de un momento particularmente interesante para la manera en la que consumimos el cine en nuestro país, no sólo por las restricciones que ha traído consigo la emergencia sanitaria que vivimos si no también por la proliferación de plataformas de streaming que han llegado a formar parte del mercado nacional, se estrena en los complejos cinematográficos de todo México Sin señas particulares.
Ópera prima como directora de la guionista y productora Fernanda Valadez, habitual socia creativa y colaboradora de Astrid Rondero (Los días más oscuros de nosotras, 2016), Sin señas particulares llega a la cartelera después de un exitoso recorrido en festivales que le ha conseguido reconocimientos en eventos tan importantes como Sundance, San Sebastián, Zurich, Tesalónica o Morelia.
A todos esos premios valdría la pena agregar una idea recurrente, que se repite en algunas reseñas de la crítica especializada de nuestro país, que consideran a la cinta como la mejor película mexicana del año pasado.
Más allá de los premios y los análisis favorables, tal vez el mayor atributo de la propuesta de Valadez son la mirada cercana y directa y la manera de contar, que distinguen a su primer largometraje de una incontable lista de historias que se acercan al tristemente tema popular de la desaparición de personas en los años recientes.
Hay en Sin señas particulares, además de una intimidad y cercanía abrumadoras, un valor para decir y denunciar la soledad y el abandono en el que se encuentran las madres que buscan a sus hijos, las familias desamparadas o los ciudadanos de a pie, que resulta muy poderoso y contundente.
Siguiendo la estela de infortunios que deja tras de sí el viaje de una “madre coraje” empeñada en encontrar a su hijo que se fue para el otro lado y está desaparecido, recorremos un campo minado lleno de trampas mortales, de muy diferentes naturalezas, en las que se ha convertido ese paisaje inabarcable que conocemos hoy como México.
Del road movie al thriller, del cine de denuncia hasta la frontera poco clara que parecen rozar el documental, la cinta se traduce en un fresco social que hace preguntas incómodas y ofrece respuestas complejas y, necesariamente, dolorosas.
Poderosa en su discurso y contundente en su narrativa, Sin señas particulares no solo merece todos los premios y críticas elogiosas que ha recibido, si no que es una cinta imprescindible y útil para quien trate de entender cómo operan los mecanismos de la violencia en la sociedad mexicana de nuestros días.
Desde el 5 de agosto se puede ver en Cineteca Nacional, Cinemanía, La casa del cine, Cine Tonalá y complejos de Cinépolis y Cinemex en todo el país.