La ira como motor de cambio: Arun Gandhi
Arun Manilal Gandhi entendió desde pequeño, que la violencia no es el camino para conseguir nada en este mundo. Tuvo una infancia llena de lecciones, acertijos y preguntas filosóficas. Su abuelo Mahatma Gandhi le inculcó que a través de cuentos y pequeñas lecciones, el amor es el camino.
Ahora ha convertido estas enseñanzas en un pequeño libro de 11 lecciones con la intención de que el lector encuentre en ellas pilares para una vida más pacífica y sin violencia.
Como parte de las actividades de India en la FIL Guadalajara 2019 y durante la presentación del libro El don de la ira: y otras lecciones de mi abuelo Mahatma Gandhi, Arun explicó que en su primera edición escribió este libro bajo el nombre El legado del amor, “pero nadie quería publicarlo, nadie, hasta que una mujer me buscó para decirme que sería un bestseller. Ahí con la editorial, decidimos cambiar el nombre, por alguna razón El don de la ira vendería más libros”, dijo mientras la audiencia reía nerviosa de pensar que en estos tiempos vende más la ira que el amor.
Arun no ha podido evitar hablar de las manifestaciones violentas que existen en todo el mundo y no se ha resistido a dar una lección a la audiencia. “Cuando nosotros somos violentos pasivamente con alguien, se va almacenando ira en esa persona, ira que después se manifiesta en violencia física. Así, de alguna manera, todos aportamos a la violencia que existe en el mundo”.
Su abuelo le enseñaba con lecciones que al principio no podía comprender, como cuando de niño Arun tiró su lápiz camino a su casa porque ya estaba muy pequeño y quería uno nuevo. Cuenta que cuando llegó a casa a pedirle a su abuelo uno nuevo, este comenzó a hacerle todo tipo de preguntas extrañas sobre el lápiz “¿por qué estaba muy pequeño? ¿aún escribía?”, Arun confundido con todas las preguntas, dijo a su abuelo que el lápiz servía pero ya era difícil de usar. Gandhi le dijo que para hacerlo se utilizaron muchos recursos, tanto humanos como de la naturaleza, y que estaba dañando todos esos recursos al tirarlo cuando aún servía. Gandhi le dio una linterna a su nieto y lo mandó a recuperar la pieza.
“El consumo de recursos también es violencia pasiva y también genera violencia física”, concluyó después de contar el relato.
Para concluir con su presentación, Arun invitó a quienes lo escuchaban atentamente a practicar la introspección “porque para cambiar al mundo solo es necesario que cambie uno mismo”.