Poco menos de un año separa a nuestro país de la nueva era de la Fórmula Uno en México y a pesar de todo el gusto y la ilusión que ello pueda causar, la realidad es que la máxima categoría del deporte motor llega probablemente en el momento más insípido de toda su afortunada y apasionante historia, y la verdad es que México ha estado acostumbrado a todo menos a eso. En la primera era de la F1 en México que fue entre 1962 y 1970, grandes pilotos como Jim Clark, John Surtees, Graham Hill o Jackie Ikxx se llevaron la bandera de cuadros en nuestro país. En la segunda etapa, que fue de 1986 a 1992, llegó el momento más intenso de la Fórmula 1, con el legendario enfrentamiento de Ayrton Senna y Alain Prost, aderezado por otros pilotos históricos como Nigel Mansell y un naciente Michael Schumacher.
Y aunque aún hay muchos nombres importantes que conformarán la parrilla de la Fórmula Uno el próximo año, lejos se ven esos enfrentamientos que son capaces de dejar sin aliento al espectador. Tras el cambio de motores en la presente temporada y los problemas monetarios que afectaron prácticamente al 50 por ciento de los equipos participantes, se ha destapado una cloaca que deja ver la severa crisis en la que se ha sumido la Fórmula Uno.
Hace unas semanas, previo al Gran Premio de los Estados Unidos, equipos como Force India, Sauber o Lotus, amenazaron con no correr la carrera debido a los fuertísimos problemas económicos que estaban luchando por afrontar. A esa amenaza incluso se le sumó el caso de Marussia y Caterham que no pudieron efectuar el viaje a Austin ni a Brasil, lo que redujo la parrilla original de 22 autos, a solamente 18.
Esta crisis desde hace tiempo ha fomentado el aumento de una práctica no nueva en el automovilismo, que es que el talento de muchos pilotos novatos, se vea opacado por las carteras de otros que no lo son tanto. Es el caso del equipo Sauber, que anunció que tanto el regio Estaban Gutiérrez, así como su compañero alemán, Adrián Sutil, deberán abandonar el equipo para darle paso a Marcus Ericcson y a Felipe Nasr, con los enormes patrocinadores que traen detrás.
Incluso ante la posibilidad de que Marussia o Caterham no integraran la parrilla del próximo año, se manejó la teoría de que equipos como Ferrari, McLaren, Mercedes o Red Bull, pudieran tener tres autos en lugar de los dos que han existido tradicionalmente, teoría que causó muchas controversias.
Por lo pronto este es un tema que ha afectado directamente a los protagonistas de la máxima categoría del deporte motor, pero este se ha reflejado en el disgusto de la mayoría de los aficionados, que vieron en este 2014, una de las peores temporadas de los últimos años. Poca competitividad, menos espectáculo y una inestabilidad total en todos los niveles. Ojalá que la temporada 2015 sea mejor para la Fórmula Uno, pues México se merece un regreso digno al gran circo.