Los orígenes del Cervantino: La cueva de Salamanca
Durante sus 49 años de existencia, el Festival Internacional Cervantino se ha convertido en uno de los festivales culturales más importantes del país y de toda América Latina. Reuniendo alrededor de 44,000 turistas cada año, en la ciudad de Guanajuato, para formar parte de sus obras, exposiciones, conciertos y toda clase de propuestas artísticas y culturales. El Cervantino le debe su existencia a una cosa: los entremeses.
Creados por Lope de Rueda, los entremeses son estas piezas teatrales cómicas de un sólo acto, que se representaban entre el primer y segundo acto en las comedias del Siglo de Oro español. Y fue gracias a estas pequeñas obras que, en 1953, el promotor cultural Enrique Ruelas Espinosa decidió crear un evento que promoviera las creaciones artísticas en lengua castellana y que homenajeara al novelista y dramaturgo español Miguel de Cervantes Saavedra a través de la representación de sus obras, dando así origen a los Entremeses Cervantinos de la Plaza de San Roque, en el atrio con la Cruz del Cristo de los Faroles.
La colección de ocho entremeses creada por Cervantes, en 1615, ha sido representada anualmente, desde entonces, por el Teatro Universitario de la Universidad de Guanajuato y el día de ayer el equipo de Ibero 90.9 tuvo la oportunidad de presenciar la puesta en escena de “La cueva de Salamanca”.
Esta pequeña obra nos cuenta los dilemas que Leonora y su criada, Cristina, deben resolver para explicar a su marido, Pancracio, la presencia de tres hombres extraños en su casa, cuando este vuelve abruptamente de un viaje.
Chistosa y ocurrente, esta obra de Cervantes, llevada a la escena por el director Hugo J. Gamba Briones, es una muestra de la atemporalidad de la comedia, que además nos trajo una nueva propuesta de su montaje en lo que el mismo Gamba describe como “teatro de atril”.
A diferencia de otros años, en esta ocasión “La cueva de Salamanca” no se presentó en la Plaza de San Roque, sino en un escenario en la Plaza de San Fernando, donde los seis actores y el director estaban sentados cada uno en una silla, caracterizados y con un atril frente a ellos, donde recargaban sus líneas.
Con una esencia radionovelesca, esta puesta en escena de “La cueva de Salamanca” definitivamente fue una gran inauguración para los entremeses Cervantinos de este año y que, sin lugar a duda, harán homenaje al legado de Enrique Ruelas Espinosa en esta primera edición híbrida del Festival Internacional Cervantino.
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