La cuarta producción de GUM y las ventajas de ser desfavorecido
Uno de los grupos de rock actuales más inquietos es Tame Impala, y dentro de Tame Impala, probablemente su integrante más inquieto es Jay Watson. Por lo menos, ha demostrado ser sumamente prolífico: mantiene en excelente forma a su banda alterna Pond, acaba de producir el sobresaliente álbum Performer de Montero, y además tiene su proyecto alterno a su banda alterna, de nombre Gum, que es el que nos ocupa en esta ocasión.
Para empezar: ¿por qué necesitaba otro proyecto? Puede decirse que Gum es en realidad el canal para lanzar su material personal y solista: ÉL es Gum; durante su infancia en Northam, al oeste de Australia, sus seres queridos lo apodaban Gumby, en alusión al popular personaje animado en stop motion que salía en la tele. Bajo este pseudónimo ha sacado ya cuatro álbumes: Delorean Highway (editado en 2014, pero con material grabado en 2011); Glamorous Damage (2014); Flash In The Pan (2016) y el flamante The Underdog, de 2018.
Gumby (vamos a llamarle así) puede explotar en Gum sus facultades artísticas: aquí escribe las canciones y es multiinstrumentista. Además expande la exploración musical de su repertorio hacia terrenos más amplios ―si bien dentro del país de la psicodelia―. Al igual que en ciertos temas de Tame Impala, canciones como "Couldn't See Past My Ego" dejan sentir la resonancia del Pink Floyd de Syd Barrett, mientras que las secuencias electrónicas bailables de "The Fear" nos remiten al Screamadelica de Primal Scream. "Serotonin" (una sustancia del cuerpo que genera bienestar y felicidad) con su ambiente etéreo tipo Air, parece querernos decir que el bienestar implica estar sedado. Incluso "Trying My Best" tiene ese sintetizador techno pop que se puede encontrar en el Primary Colours de los Horrors. El espectro musical parece ser tan colorido como la portada del álbum, y cabe mencionar que no obstante su complejidad, The Underdog fue grabado con músicos en vivo.
Más allá del estilo, Jay Watson tiene otras cosas que decirnos… para empezar: ¿qué es un underdog? Es el término en inglés para referirse al desfavorecido; por poner un ejemplo muy claro, en el Súper Tazón LI, el favorito era Patriotas y el desfavorecido Halcones. Mención aparte merece el famoso personaje animado Underdog, conocido en México como Supercan. No es sorpresa que la letra del tema titular hable de un tipo ―podría ser el mismo Jay, ¿por qué no?― que se siente relegado por la persona que ama, pues siempre hay alguien más. Lo interesante del underdog es que, a pesar de ser el contendiente que tiene las probabilidades más lógicas de perder, también tiene un encanto especial, y muy frecuentemente atrae las simpatías del público. Gumby se refiere a su obra como "una evocación a esa sensación de triunfo y de estar en un universo paralelo que experimentas cuando gana la persona que no debería". Parece una descripción adecuada para la segunda banda paralela de un baterista australiano.
La imagen caleidoscópica de la portada es muy congruente con la estética de la psicodelia que reinó en los años sesenta, con todo y sus colores vivos; por su parte, la tipografía fugada evoca el arte visual de obras como Help!, cuyo tratamiento ha sido retomado por bandas neopsicodélicas como King Khan o Zechs Marquise.
¿Para quién es The Underdog? Desde un punto de vista ético, para quienes creen en proyectos independientes alejados de la corriente principal. Los proyectos desfavorecidos. En el aspecto estético, es para los amantes de música que cambia de forma, capaz de transportarnos fuera de este planeta, y de provocar diversos estados mentales. Sí, música inquieta, como Gumby.
Encuentra a Juanito el del demo en Twitter como @eldeldemo.
