Kendrick Lamar, el Santo Patrón del Hellow Festival 2017
Fotos por Daniel Hernández
Cuando salió untitled unmastered (TDE, 2016) escribí un texto para reseñar este inesperado material de Kendrick Lamar. Esta fue la primera vez, de muchas, que usé la cita “La música calma a las bestias salvajes, éramos los flautistas de Hamelin, simplemente calmamos la tormenta”, del DJ Jazzy Jeff. Luego de la presentación de Kendrick en el Hellow Festival de Monterrey, Nuevo León, confirmó dicha teoría. Kung Fu Kenny tuvo la fuerza para domar a las miles de personas que se dieron cita al Parque Fundidora y hacer de su debut en México una experiencia más allá del plano terrenal.
Al finalizar la tarde vaporosa en el Fundidora, un carismático Rivers Cuomo con playera del Tiburón, sí del equipo de futbol veracruzano, dio por finalizado el show de Weezer para darle paso a la estrella de la noche. Kendrick Lamar fue sobrio a su llegada al escenario, tras una presentación espectacular en la que se cuenta la introducción de Kung Fu Kenny, este personaje en el que se basa su más reciente disco DAMN. (TDE, 2017), salió al llamado para comenzar con el ritual al son de “DNA.” uno de esos trancazos musicales que K Dot acostumbra. Los raperos son esos entes glamourosos que con mucha parafernalia suelen llenar el escenario, muchas veces es la pura pose. Como bien apuntó Vale Estrada en su cuenta de Twitter, Kendrick salió en pants y con una camisa de manga larga sin saber que se enfrentaría a la calidez del público azteca, pero sobre todo al intenso calor y humedad de la Sultana del Norte.
Una de las cosas que se aprecia al ver a Kendrick Lamar en vivo es la marcada diferencia que existe entre sus discos “pares” de sus “nones”. Su segundo disco good kid, m.A.A.d. City, de 2012, producido por el Rey Midas, Dr. Dre, y el cuarto, DAMN. son una colección de hit tras hit y fueron los que predominaron en el setlist. Su tercer disco To Pimp a Butterfly (TDE, 2015) quedó un poco olvidado, mientras que el primero Section.80 (TDE, 2011) brilló por su ausencia. “ELEMENT.” y su pegajoso coro “If I gotta slap a pussy-ass nigga, I'ma make it look sexy” puso a sudar a toda una multitud que conforme avanzó el show se comprimía hacía el escenario, como si fuera un festejo religioso y quisieran estar cerca del santo para alcanzar su bendición. El combo más sorprendente de la noche fue el de “King Kunta” con el “untitled unmastered 07”, mejor conocida por la pandilla como Levitate, sobre todo por la respuesta del público ante esta última canción que bien podría ser considerada como una canción rara para los shows en vivo.
Arriba del escenario, Kendrick es un gran maestro de ceremonias, un verdadero MC. K Dot no fue el clásico rockero que trata de hablar español con el público y caerles bien, el rapero de Compton hace un show bastante ligero, no se mueve mucho por el escenario e interactúa con la gente lo necesario. En su debut en México, Kung Fu Kenny se mostró asombrado por la respuesta de la audiencia, a pesar de su relativa cercanía con el pueblo mexa y el impacto global que ha tenido desde la salida de su segundo material discográfico.
Y es que gkmc cuenta con tracks hechos para ser la columna vertebral de un show en vivo: “Swimming Pools” comenzó con la ola que arrastró a la pandilla a un estado de euforia que tuvo a bien seguir con el sueño de Kendrick en “Backseat Freestyle” y culminar con fajos de billetes en la pantalla en la presentación de “Money Trees”, uno de mis momentos favoritos por el poderoso hook donde rapea: “todo el mundo respeta al sicario, pero la persona frente al arma vivirá por siempre”. Una de las sorpresas de la noche fue cuando comenzó el beat de "Collard Greens" de Schoolboy Q y Kendrick se aventó el ya tradicional verso en español del rapero de Compton que culminó con el "pinche cabrón".
Todos estos momentos de diversión y fiesta a cargo de K Dot no le restan peso al mensaje político que suele dar en sus canciones, en este caso en su presentación en vivo. Lo mismo pidió que la gente alocara con “LOYALTY.”, una de las canciones más pop del DAMN., así como dio un breve mensaje de unidad y esperanza antes de interpretar una de las más esperadas de la noche: “Alright”, perteneciente a To Pimp a Butterfly (2015), su disco más aclamado por la crítica, pero el más espeso para un show tan corto como el del Hellow Festival.
La mezcla entre norteños y capitalinos arropó a Kendrick, quien aprovechó algunos de los espacios entre canciones para hacer la tradicional dinámica de “a ver quien grita más fuerte, los de la izquierda o los de la derecha”. Los visuales de fondo fueron un aspecto clave para el show con la temática del Kung Fu Kenny. Durante algunos breves cortes apareció en las pantallas la narrativa que sitúa a Kendrick en el mundo de las artes marciales y las intensas batallas que libró. A pesar de que el hip hop siempre ha sido un género musical bien socorrido en México, en algunas ocasiones el rapero se siente muy distante del público, si no pregúntenle a Kanye quien, luego de la modesta audiencia en su concierto del Palacio de los Deportes hace casi 10 años, no ha regresado.
La fanaticada que estuvo en el Fundidora fue muy cálida con Kendrick, coreó su nombre cuantas veces le fue posible, cantó de principio a fin, al menos, más de la mitad de las canciones y sorprendió al Californiano cuando en “HUMBLE.” la voz del público dejó sin palabras, de forma literal, a Kendrick Lamar quien sólo se paró a la mitad del escenario para observar cómo miles de personas cantaron a todo pulmón el famoso “Bitch, be humble, bitch, sit down”. Para finalizar la hora exacta de presentación, King Kunta regresó el beat, tomó de nuevo el mic y reinterpretó “HUMBLE.” para sellar una sólida primera visita a México.
En una época en la que los ídolos son efímeros, la figura de Kendrick Lamar es vital para el mundo moderno. Desde su surgimiento, el hip hop le robó protagonismo al rock, negar su importancia dentro de la cultura popular de los últimos 50 años es pura necedad. Kendrick se encuentra en el Olimpo, en la época más fructífera de una carrera efervescente que en sólo cinco años lo colocó en la lista de los mejores raperos de toda la historia. Tener a K Dot en el Hellow Festival como primera parada en suelo mexicano fue un gran primer paso, no sólo para invitar a los promotores a traerlo a la CDMX, sino para mostrar que los raperos son los nuevos rockstars y que son capaces de llenar el foro que elijan. Al finalizar, Kendrick se paró estoico para prometerle al público mexicano que volverá. Yo le creo. Esta fue la primera visita de este nuevo profeta que ha llegado para predicar con su palabra y llevarla a cada rincón del planeta.