J.J. Cale (1938 - 2013)Por: @AlanisMoon
Hoy, las guitarras lloran suavemente . Es un sollozo. Casi imperceptible. No obstante, si se alienan del ruido de la ciudad, aguzan el oído y recargan su oreja en el cuerpo de su instrumento, lo escucharán. Hay una razón para ello: el 26 de julio del 2013 J.J. Cale murió de un ataque al corazón.
Hace muchos años, en un mundo con turbulencia bélica, nacería John Weldon Cale. Pero las guitarras y la música, hoy, lloran por el nombre de J.J. Cale. Jarvis Cocker alguna vez dijo que algunos nacen para la grandeza, otros para morir y otros para llorar, en el caso de Cale, él nació para la música. Fue guitarrista, cantautor, multi-instrumentista, productor e ingeniero de sonido. Se dedicó al rock & roll. Al blues. Al folk. A hacer canciones memorables. Quizá fue el hecho de que llegara tarde al panorama —hasta 1972 (con 33 años) debutaría con su álbum Naturally—, lo que ocasionó que su nombre no estuviera a la altura de guitarristas como Eric Clapton —con quien Cale colaboró en múltiples ocasiones. Sin embargo, al mismo tiempo, esa aura mística de autor de culto lo ha impulsado a otros estratos.
“Cocaine” (sí, el clásico que re-grabó Clapton), “Call Me The Breeze”, “After Midnight” o “Magnolia” son algunas de las composiciones que dejó Cale. Imperecederas. Relevantes. Indispensables para definir todo un género. En sus letras, hablaba de sus vivencias. Como un cronista de una Oklahoma, o cualquier ciudad estadounidense en un país que ya jamás conoceremos, pues hace mucho tiempo que dejó de existir el mundo como lo vivió Cale. Y aún así, el retrato quedó sonofijado: reflejado en coros, o en riffs inmortales que siguen rebotando en los cuartos de los aspirantes a guitarristas de hoy.
Hoy, las guitarran lloran suavemente, pero con el afinamiento adecuado, una ligera sacudida y algún rasgueo de notas inmortalizadas por J.J. Cale, el sollozo pronto se irá y lo suplirá un solo de los mitológicos, para cerrar los ojos y comprobar que la guitarra, de hecho, está sonriendo.