El reciente fallecimiento de Chavela Vargas nos hace pensar ¿de dónde son las cantantes de ranchero? Sabemos que la cantante mexicana nacida en Costa Rico, por lo que más se destacó fue por su afán interpretativo, su leyenda oscura de bohemia trashumante, su sexualidad intensa e inversa, personaje de la cultura popular y que se auto comprometió a ser LA interprete de las canciones arrebatadas de José Alfredo Jiménez.
La canción bravía parecía un asunto de hombres. Las intérpretes, no digamos las compositoras, estuvieron sometidas al estigma de la mujer-vampiro rural, que sólo podría ser encontrada en cantinas y bares de mala muerte o en palenques alejados del bullicio y de la falsa urbanidad. Recordemos a “La caponera” del cuento El gallo de oro de Juan Rulfo.
La canción ranchera no es sólo un asunto de charros bragados y echadores. Así lo demostró en un primer momento Lucha Reyes y su voz punzante y afilada. Los intérpretes y las intérpretes de canciones rancheras fueron la voz y el oído de los ebrios de alcohol y de amor.
De Lucha Reyes a Lucero, los escuchas de escasos recursos adquirieron su psicóloga de bolsillo que no los juzgaba sino los aconsejaba desde el verso rasposo y el vaso lleno de tequila, bebida oficial de la canción ranchera y tema de muchas interpretaciones.
Frases que quedan en la historia:
- "La vida es bellísima, pero la muerte también es hermosa. Yo he dicho muchas veces que voy a ir a mi propio velorio, pero a burlarme de mí." (Chavela Vargas).
- "Me tomé 45.000 litros de tequila, por eso, soy mitad sangre y mitad tequila" (Chavela Vargas).
- “Yo nací así. Desde que abrí los ojos al mundo. Yo nunca me he acostado con un señor. Nunca. Fíjate qué pureza, yo no tengo de qué avergonzarme... Mis dioses me hicieron así.” (Chavela Vargas)