«Ian Curtis 18 – 5 – 80 Love Will Tear Us Apart»

A unos 40 minutos al sur de Manchester, en el cementerio de Macclesfield, se encuentra inscrito sobre piedra fría el epitafio que sella el legado de un joven “poeta maldito” que abandonó este mundo a los 23 años. Allí, en el gélido corazón de Reino Unido, yacen los restos de Ian Curtis, vocalista y líder de Joy Division.

Han pasado 40 años desde que se puso pausa al disco The Idiot de Iggy Pop que sonaba de fondo cuando el cuerpo de Curtis fue encontrado. Son 40 años también desde su última presentación en el High Hall de la Universidad de Birmingham, el 2 de mayo de 1980. Y es, igualmente, el 40 aniversario del lanzamiento de su más famosa canción “Love Will Tear Us Apart” y del lanzamiento del último disco de Joy Division, Closer, un mes después de su muerte.

Cuatro décadas más tarde, la corta vida de un hombre que a su vez dio una corta vida a su banda —apenas 29 meses de existencia empleados en ofrecer 120 conciertos, grabar 43 canciones y publicar dos discos— sigue dotando de reservas la alacena musical de toda una humanidad. No es en vano que en honor a su recuerdo se hayan realizado decenas de canciones, películas y hasta nuevos íconos musicales hayan nacido inspirados por Ian.

Ya en julio de 1980, cuando Closer llegó a las tiendas, Joy Division había sido enterrada junto con Curtis y Bernard Sumner, Peter Hook y Stephen Morris buscaban cómo esconder la tristeza bajo una alfombra musical bordada con hilos de electrónica a la que llamaron New Order, la primera banda nacida del nuevo legado.

Junto con New Order, otros artistas han aceptado abiertamente la influencia que la música de Joy Division ha tenido sobre ellos como Tori Amos, Björk, Nick Cave, Simple Minds, Nerina Pallot, The Cure, Arcade Fire, Bloc Party y U2 entre otros; además, tanto su imagen como su estilo sobre el escenario han sido imitados por algunos músicos como Robert Smith, Bono, Sinéad O'Connor, Morrissey, Peter Murphy o Paul Banks. La lista sigue.

En la pantalla grande también su historia ha sido recordada desde los ojos de cineastas como Anton Corbijn que en 2007 relató los últimos años de la vida de Ian Curtis en la película Control, retomando parte de los escritos de Deborah Curtis, o Grant Gee, que el mismo año retrató en forma de documental la historia de la banda con su cinta Joy Division. Y no debemos olvidar 24 Hour Party People que Michael Winterbottom realizó en 2002 plasmando en ella la efervescencia de la escena musical de Manchester a finales de los setenta y principios de los ochenta, en la que Joy Division jugó un papel fundamental.

Si buscamos entender la psicología de Ian Curtis, la literatura también nos ofrece un espacio y es aquí donde vale la pena revisitar el libro de Joseph Campbell de 1949, The Hero With A Thousand Faces, con el que cada lector puede guiarse y decidir si Ian fue un héroe por suicidarse o si fue lo contrario. Para ello también hará falta revisar la sombría poesía, la desolación existencial, el desgarro emocional y el fastuoso arte que caracterizaban a Ian Curtis, con la obra que él mismo dejó en el libro So This Is Permanence: Lyrics and Notebooks, en el que el periodista de rock inglés Jon Savage recoge anotaciones personales, escritos y letras inéditas del cantautor a mediados de 2014 y que tuvo el prólogo de la viuda del vocalista.

Uno más de los monumentos a su recuerdo se yergue sobre la 77 Barton Street, Macclesfield, lugar que solía ser su residencia y que ahora funcionará como un museo que intenta, irónicamente, inmortalizar su muerte, pero también su vida, como “El museo del ahorcado”. El concepto fue ideado por el empresario y músico Hadar Goldman de 48 años de edad. Valdrá la pena visitarlo para conocer un poco más del mito y la persona detrás del ícono.

Curtis tenía 23 años, una profunda y agónica depresión, una hija que aún no celebraba sus doce meses de nacida y un corazón dividido entre su esposa Deborah, y su amante, Annik Honoré; un tormento que finalmente lo llevó a que aquella tarde del 18 de mayo de 1980 viera por última vez Stroszek, de Werner Herzog, pusiera “Sistermidnight” en el tocadiscos y un tendero en su cuello, lanzándose hacia esa lápida donde quedó claro que el amor finalmente lo desgarró.

*El próximo 17 de julio, Closer será re-editado en vinil con las versiones remasterizadas de “Love Will Tear Us Apart,” “Transmission” y “Atmosphere” por su 40 aniversario.