Por Leo Moreno (@protopeople) Brooklyn, 2010. Andrew Savage, Austin Brown, Sean Yeaton y Max Savage, originarios de Texas, forman Parquet Courts: una mezcla de punk con americana que atrapó rápidamente la atención del público. Su primer álbum, American Specialties, fue presentado en casete y poco después en vinil. Lleno de guitarras atonales y filosas con influencia de las bandas alternativas de los noventa, este primer trabajo mostraba indicios de una original visión de la música y de una inteligencia lírica encantadora. Letras como “Páginas de Facebook / ¡Aburrido, aburrido! / El rock n´roll me tiene roncando” dejaban ya ver lo que Andrew, líder de la agrupación neoyorquina, tenía en mente sobre el estado de la música contestataria.
En el verano de 2012 la banda lanzó Light Up Gold (Dull Tools Label / What’s Your Rupture?, 2012) disco que los llevó a su primera gira por Estados Unidos. Post-punk e indie hard rock, nostalgia, enredos de guitarras y letras como “Tú sabes que Sócrates / murió en la pinche banqueta” fueron elementos que los convirtieron en los favoritos del indie rock. Dos años después lanzaron Sunbathing Animal (What´s Your Rupture?, 2014) y menos de seis meses después vino Content Nausea (What´s Your Rupture?, 2015) bajo el seudónimo Parkay Quarts, álbum que evoca la sensación de vivir en un lugar que provoca ganas de vomitar, donde todo cambia muy rápido y el ritmo es frenético.
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Human Performance (Rough Trade Records, 2016) es el quinto trabajo de estudio de la banda en el que se detecta de inmediato una madurez musical y temática que ya se avistaba durante el progreso de sus esfuerzos previos. La relevancia del rock y su poder para transformar o cambiar las cosas está latente durante los catorce temas, pero no hay ingenuidad. Esa lírica encantadora se ha vuelto siniestra y la música acompaña de manera consistente a mensajes introspectivos que, sin perder el sentido del humor, describen el sentimiento de haber entendido al monstruo de concreto. Esta es la oda definitiva de Parquet Courts a la gran manzana.
Con temas regularmente basados en lo mundano, Parquet Courts ahora muestra un lado más intelectual y consciente, más sobre lo pensante que sobre la vibra. El espíritu de las letras creadas por Savage y Brown no es político, pero sí crítico y reflexivo, algo que se agradece en una época en la que está claro que el mundo está de camino hacia el carajo. El álbum arranca con “Dust” (primer sencillo del disco), un tema que Savage define como “la búsqueda de la paz en un mundo de ruido, con el polvo como la metáfora de todos los ladrillos de caos que se construyen a tu alrededor”.
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“Entra por la ventana / entra por el suelo / entra por el techo y entra por la puerta / El polvo está por todas partes / Barre”. Esta es una pieza sobre la sofocación producida por el sistema actual, por tanto progreso que nos ahoga.
Este es el primer álbum de la banda en el que todos los miembros contribuyen a la composición de los temas, pero debemos decir que Andrew Savage es un gran letrista. Filosofía, punk, animales, Stalin, ópera y la existencia misma son temas que ha tocado. Ahora, se enfoca más en su interior, en su alma, lo que le da aún más importancia a sus textos. En canciones como “Human Performance” se nota esa genialidad. “Soy una buena persona o estoy engañando a todos / incluso a mí” canta Andrew, con una voz profunda y crítica sobre el amor y la soledad.
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En “Captive of the Sun” la voz cambia de contexto y se muestra diferente a lo acostumbrado, con un sutil rapeo que avanza relajado y fluye sobre la melodía. “No salgo / No me divierto / Vivo como un cautivo del sol”, dice Savage, quien siempre tuvo interés en la escena de rap de Houston. Esta es una voz de consciencia que no pretende decirte cómo vivir, sino externar aquello que debe decirse, aquello que debe expulsarse del fondo del corazón.
“Outside” es la melodía más ligera del disco, aunque la temática sea sobre expiación y aceptar errores. De corta duración pero no menos importante, el tema invita a buscar lo dulce en lo más amargo y habla de la liberación que produce la honestidad. El beat desequilibrado genera confianza y da a entender que su mensaje es real, que quien lo canta está viviendo la situación a plenitud, luchando contra los movimientos que buscan hacerle caer.
Es inevitable pensar en The Velvet Underground debido al tipo de ritmo que parece que está por caer pero se mantiene firme como locomotora; o bien, debido a la cadencia de las voces sobres las guitarras punteadas. También viene a la mente Bob Dylan; la forma del canto que parece hablado y las texturas vocales que parecen venir de un grito ahogado. En esta era digital, Parquet Courts se siente verdadero, muy físico. En una ciudad en la que hay de todo sucediendo todo el tiempo, el cuarteto sureño ha crecido y se ha inspirado en ella para sacar lo mejor de sí. Para hablar de lo más relevante, ya que no hay espacio entre tanto polvo para la frivolidad.
“Berlin Got Blurry” es el segundo sencillo del álbum. El video muestra la ciudad alemana de la manera más básica. Es como tomar una cámara de viaje y simplemente grabar diversos aspectos de Berlín, con insertos de Andrew tocando y cantando en distintos escenarios. Las frases describen bien la ciudad: “El servicio del celular no es tan caro / Eso requiere compromiso pero no lo tienes / Ser un extraño parece no requerir esfuerzo / Pero saberse extranjero es un hábito muy solitario”. Los solos de guitarra tipo spaguetti western le añaden originalidad al tema, que muestra también de la mentalidad experimental de la banda; el atrevimiento es aplaudible.
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Otro tema muy interesante es “I Was Just Here”. De manera displicente, la canción se desarrolla como un animal que cojea para hablar sobre un restaurante chino que cerró, pero que aquella persona a la que le canta no se enteró. Las líneas de guitarra parecen bromear con el escucha hasta la mitad del tema, cuando de pronto todo explota con un final épico muy punk. Súper punk. Bien ubicado y sin pretensiones. El disco entero respira el aire que le da vida a una ciudad como Nueva York, y se conceptualiza en lo que una urbe de esta magnitud genera en sus habitantes. Por esto, no podía faltar la violencia física. “Two Dead Cops” es un punk de pocos tonos inspirado en el asesinato de dos policías en el barrio de Andrew. El “desempeño humano” en su más retrógrada expresión.
Dentro del encanto musical de Parquet Courts, en el que se pueden detectar influencias de diversos tipos y sonidos de diferentes décadas, se encuentra también un ideal. Hay que pensar, hay que usar la cabeza, analizar y entender lo que pasa a nuestro alrededor. Un rock inteligente que va más allá de los compases, poses y escenas. Es reconfortante saber que se puede hablar de rock sin justificaciones o explicaciones. Aquí la actitud lo es todo, con un mensaje de autodescubrimiento, aceptación y análisis de las circunstancias. Música para la reflexión, para el cerebro. Eso es más rock que muchas otras cosas. Este es el esfuerzo más oscuro e introspectivo de Parquet Courts hasta el momento; uno en el que no se trata de salvar al mundo, sino de salvarse a uno mismo para entonces poder tener las herramientas para buscar salvar algo más.