"Holly" - Nick Waterhouse

Thematically this record feels more like a novella, or a poem with sections, or even a film, than a collection of songs…” - Nick Waterhouse

 

Dentro del revival musical que ha surgido durante los últimos años con artistas como Disclosure con sonidos noventeros, Savages con ochenteros o Daft Punk con unos más setenteros; llega Nick Waterhouse a irse todavía años más atrás hasta llegar a la década de los cincuenta.

Waterhouse tiene un look muy parecido al de Buddy Holly, nombre que curiosamente, coincide con el título de su segundo material. Después de Time’s All Gone (2012) aparece Holly, una especie de concept album que va contando - entre diálogos internos y aventuras aisladas dentro de la ciudad -  la historia de una tal Holly en Los Ángeles.

El álbum abre con “High Tiding”, donde desde el principio se escuchan las raíces del soul y el R&B que sirven de guía a través de Holly. Desde que el disco empieza, sitúa al escucha en un ánimo oscuro y sensual; el sentimiento sigue con “This Is a Game” que con arranques de saxofones violentos le da un mood parecido a la covereada “Fever” de Little Willie John.

Nick Waterhouse

Dentro de las diez canciones que conforman su segundo material, hay tres covers: el primero es “It #3”, original de Ty Segall, quien también pertenece a la escena underground de Orange County, California y a quien Waterhouse solía abrirle conciertos. Los otros son “Let It Come Down” del jazzista Mose Allison y ”Ain’t There Something Money Can’t Buy” del baterista Isaac “Redd” Holt. Lo que tienen los tres covers en común es que su sonido es más limpio, claro y definido que el de las piezas originales, pues Waterhouse utiliza ritmos más precisos con ágiles guitarras y melodías tensas.

La mayor inspiración para Holly la sacó del guionista Robert Towne (The Godfather), pues después de ver Chinatown (1974), una película de infidelidades y asesinatos, Waterhouse quedó tan extasiado como con la primera escucha de algún gran álbum. “Dead Room” se arregla con un riff de órgano de funeral y es una pieza bastante sexy y siniestra; una canción que podría aparecer justamente dentro de este perverso filme.

Aunque la portada parezca un homenaje al flower power setentero, el disco manda a quien lo escuche no sólo a una época en la que reinaban Chuck Berry o Muddy Waters, sino que transporta a la mente a aquel lugar que describe las vivencias de Holly, aquellas vivencias efímeras que van llenando/creando memorias cada vez que el LP se acomoda en la tornamesa.

Aunque Holly no propone nada nuevo, la co-producción entre Nick Waterhouse y Kevin Augunes (The Black Keys, Edward Sharpe & The Magnetic Zeros) hace que un sonido tan viejo pueda tener una perfecta nitidez. Este álbum es un excelente soundtrack para un día lluvioso y solitario, acompañado de una buena copa de whiskey, o para aquellas nostálgicas madrugadas de insomnio en las que ya se escuchó tantas veces el Kind Of Blues de Miles Davies que hace falta cambiarle a algo que ante tal abandono, acobije con una historia narrada por preciosas voces.

Zigma Internacional 7 de marzo de 2014

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